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Ver para aprender

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Cuando nacemos el sistema visual no está maduro hasta los 7-8 años de edad. De hecho, evoluciona a lo largo de toda nuestra vida, pero los cambios más significativos se producen en los primeros años de vida.

Muchos problemas visuales deben ser tratados durante la infancia. Por eso es importante que los niños pasen revisiones lo antes posible y siempre antes de comenzar el colegio.

En la detección de estos trastornos es fundamental el papel de los padres, de los maestros y del óptico-optometrista. La detección y el diagnóstico precoz de algunas anomalías visuales, es crucial para prevenir futuros desórdenes en el aprendizaje, de ahí la importancia de un examen visual completo. Un tratamiento adecuado permite que los hijos tengan una buena visión durante el resto de su vida.

Se debe realizar la primera revisión visual completa en el primer año de vida y, sobre todo antes de los 3 años (previa al inicio de la Educación Infantil), y a los 6 años (inicio de la Educación Primaria). Consiste en una evaluación completa que, además de la agudeza visual, valore si la visión del niño está preparada para afrontar con éxito la escolarización, pues el 80% de lo que el niño aprende entra por sus ojos.

Si observáramos alguna anomalía, el óptico-optometrista les explicará con detalle en qué consiste y les asesorará sobre el mejor tratamiento: lentes de contacto, gafas, terapia y/o entrenamiento visual, etc.

Las revisiones rutinarias que se recomiendan:
• De 0 a 3 años si los padres, maestros o pediatra notan cualquier anomalía ocular (pupila blanca, desviación de los ojos, etc.)
• A los 3-4 años: Revisión obligatoria sobre todo si los padres llevan gafas. A esta edad el niño puede colaborar en ciertos test de visión por lo que se puede detectar defectos de refracción y ojo vago poniendo un tratamiento eficaz.
• Cada año hasta los 14 años, dependiendo si existe o no defectos de refracción
Los motivos más frecuentes de consulta de optometría infantil son los siguientes:
• Si se observa que el ojo se desvía frecuentemente
• Si el niño tiene lagrimeo
• Si aparecen legañas frecuentemente al levantarse
• Ojos rojos de manera frecuente
• Pupila de color blanquecina o no es redonda
• Acercarse mucho viendo la televisión o al papel cuando escriben
• Dolores de cabeza cuando escriben o leen mucho
• Entornar o guiñar los ojos
• Rascarse los ojos con frecuencia
• Diferencias de visión al taparse los ojos
• Caída de los párpados superiores

Eva Barrado y Navascués
Directora y óptico-optometrista de Opticlinick.es Las Rozas
www.opticlinick.es
 

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