Ya en Bachillerato y… Todavía no sabe qué estudiar
Muchos alumnos no tienen claro qué camino académico seguir tras acabar Bachillerato. La vocación no aparece en todos los casos, por eso es muy importante orientarlos de forma adecuada.
Por Terry Gragera
“Muchos estudiantes llegan a Bachillerato sin saber qué quieren hacer, incluso a segundo, aunque para entonces ya suelen tener una opción, aunque no estén totalmente convencidos de que ese es su sueño. En primero de Bachillerato ya suelen decidir porque no quieren aplazarlo a segundo: la preparación de la EVAU consume todas sus energías”, expone Mª Isabel Abradelo de Usera, vicerrectora de Estudiantes y Servicios a la Comunidad Universitaria de la Universidad CEU San Pablo.
Pero ¿es negativa siempre esta indecisión? “El mercado laboral actual es muy versátil y se prevé que aún lo será más en el futuro, por lo que veo positivo que nuestros chicos tengan cierta flexibilidad a la hora de decantarse por un grado universitario o estudios de FP”, aclara Antonio José Almagro Martínez, catedrático de Orientación Educativa.
A tener en cuenta
“Las preferencias personales, pero también las aptitudes son fundamentales”, destaca la vicerrectora. Insiste en este punto Antonio José Almagro: “No podemos dejar que el alumno se guíe exclusivamente por sus impulsos. Desgraciadamente siempre hay alumnos que toman decisiones basadas en criterios poco objetivos como hacer lo mismo que sus amigos u optar por estudios muy atractivos social o económicamente para los que no están preparados”.
Por ello, a la hora de escoger estudios hay que tener muy en cuenta la trayectoria académica, los intereses manifestados y las aptitudes personales. El error en la elección es posible, pero no ha de ser definitivo, “la persona puede cambiar mucho durante este periodo de transición a la adultez”, dice el catedrático, una idea que apoya la vicerrectora: “Siempre hay fórmulas de reconducir una elección que no nos satisface”.
Entre dos opciones
A veces los estudiantes no tienen una preferencia muy marcada y se debaten entre dos titulaciones. ¿Cómo decidirse por una de ellas? Estos son los consejos de Antonio José Almagro:
- Elegir según la modalidad cursada en Bachillerato, descartando las opciones que estén fuera de la rama de conocimiento de esa opción.
- Hacer una comparación entre las disciplinas que plantean la duda.
- Tener en cuenta las salidas profesionales presentes y futuras.
- Considerar la trayectoria escolar para tomar una decisión ajustada a las posibilidades reales. Si no hubiera posibilidad de decantarse por una u otra rama de conocimiento, la opción podría ser simultanear dos titulaciones o hacer un grado y completarlo con un máster de otra rama de conocimiento, como aconseja la vicerrectora de esta universidad, María Isabel Abradelo.
A veces, a pesar de la vocación o del convencimiento, la nota de la prueba de acceso a la Universidad no es suficiente para acceder a los estudios elegidos. ¿Es buena la idea de un año sabático para repetir la EVAU un curso después? “Es preferible empezar otro grado afín y luego, si es posible, reintentar el acceso a la titulación deseada, incluso hacer un módulo superior de FP que también tiene reconocimiento de créditos en algunos grados”, recomienda Mª Isabel Abradelo.
Hay que contar, además, con que en la nueva oportunidad existe, tal como expone Antonio José Almagro, “el riesgo de no superar la nota y quedarse con la triste sensación de haber malgastado un año de su vida”, por lo que aconseja “intentarlo un año más, pero matriculándose en su segunda o tercera opción”.
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La opinión de los padres
“La opinión de los padres es muy importante, pero no siempre objetiva. Con frecuencia vuelcan sobre sus hijos frustraciones no conseguidas y pretenden que sean lo que ellos no pudieron ser.
Otras veces los padres piensan que los hijos deben seguir sus pasos y estudiar lo que ellos estudiaron (algo muy habitual en médicos, abogados…). También los hay que no son conscientes de las limitaciones académicas de los hijos e intentan derivarlos hacia opciones poco realistas”, destaca Antonio José Almagro Martínez, catedrático de Orientación Educativa. “En general, detecto que la presión de los padres es más fuerte en los estratos socioeconómicos medio/alto y alto, siendo menos relevante conforme desciende el nivel cultural de las familias”, explica.
Por su parte, Mª Isabel Abradelo de Usera, vicerrectora de Estudiantes y Servicios a la Comunidad Universitaria de la Universidad CEU San Pablo, destaca cómo la opinión paterna es solo un paso más “cuando se ha conseguido una relación fluida con los hijos y cuando estos han ido aprendiendo poco a poco a tomar sus decisiones responsablemente a lo largo de su vida, en un entorno que les apoya, pero que no anula su responsabilidad sobre sus acciones”.
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