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Jordi Royo: “La clave es tomar conciencia de los efectos de las relaciones tóxicas”

El director clínico de Amalgama7 habla de la importancia de la prevención y la Educación a los jóvenes en relaciones tóxicas para atajar este problema como otros como el bullying escolar.
Aitor Caballero CortésLunes, 14 de febrero de 2022
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El director clínico de Amalgama7, Jordi Royo | © Amalgama7

La vida de soltero en España es cada vez más común –hasta un 36% en el 2020–, pero sin embargo estar solo no siempre es fácil. Ya sea por una economía muy ajustada, que prácticamente obligue a vivir en pareja, o nuestra intencionalidad de querer y ser queridos, ser soltero sigue siendo complicado. Por ello, y con la llegada de San Valentín, son muchas las parejas que celebran su amor, aunque en ocasiones este no es del todo sano. Jordi Royo, director clínico de Amalgama7 y experto en psicología infanto-juvenil, explica lo importante que es evitar las relaciones tóxicas y sus comportamientos, y cómo padres e hijos pueden actuar en estas situaciones.

¿Qué consideras que debe tener una relación tóxica para considerarse como tal?
–Es aquella que alguno de los dos de la pareja aísla de alguna forma u otra de sus propios amigos o familiares. Por lo tanto, establece un tipo de relación de dominado y dominador, en el cual, si esto fuera una empresa, uno tiene un 90% de las acciones y el otro un 10%. Al final, es una relación asincrónica, en el que uno tiene el poder en la pareja y lo maneja, y el otro está “secuestrado”.

¿Cuáles pueden ser los motivos para que un joven pueda caer en este tipo de relaciones?
–Porque en principio no lo son, o parece no serlo. Al principio, la persona tóxica puede presentarse muy dicharachera, divertida, extrovertida… o a veces se expresa desde la pena. ¿Por qué es tan difícil de ver? Un ejemplo que se hizo en psicología en los años 80 sobre los seres humanos y animales y su adaptación a situaciones adversas lo explica. Una rana, cuando la intentas meter en una olla con agua hirviendo, salta, pero si la metes en agua fría y poco a poco la vas calentando, no tiene esa reacción. Esto es lo que en el fondo, nos pasa a los seres humanos cuando estamos en una relación tóxica, nos vamos adaptando. En el caso de las personas, se suele dar con cosas como enseñar los mensajes del móvil o dar la clave al otro, prohibir quedar con amigos, recriminar el salir con otra gente sin la pareja… hasta llegar a temas de chantaje emocional, como un “si me dejas, me mato”.

¿Hay algún tipo de perfil determinado que sufra más estas relaciones tóxicas, ya sea por edad o género?
–Yo creo que no es tanto las diferencias de género, que al final es bastante parejo, sino el tipo de presión que se ejerce. Cuando el tóxico es él, el chantaje emocional suele ser más primario y directo: “no quiero que te vistas así, no salgas…”. Sin embargo, cuando es la mujer, el chantaje es más sutil: “tu madre no me gusta, no quiero ir a tu casa”. Tiene más tendencia a aislarlo de los demás, de las personas con las que tiene más afecto. Pero al final, esto solo son grandes rasgos, se trata de analizar de qué tipo de chantaje emocional se produce en cada caso. Por ejemplo, los hombres también tienden más a agredir a sus parejas.

"Una relación tóxica es asíncrona: uno tiene el poder de la pareja y el otro está secuestrado"

¿Hay algún síntoma que haga ver a los padres que sus hijos están en una relación tóxica?
–Hay muchos indicadores indirectos. Por ejemplo, los cambios de ánimo sin explicación lógica, una desmotivación académica y por lo tanto un bajón en su rendimiento, o también un desánimo en sus aficiones. También el alejarse de sus amistades de toda la vida. Pero hay que tener cuidado, ya que estos síntomas puede deberse a otras patologías: desde el consumo de drogas hasta sufrir bullying. En todo caso, estos síntomas nos dan a entender que algo no va bien, y aquí es cuando los padres deberían pedir ayuda.

Yo creo que la mayoría de padres lo detectan en seguida, pero el problema es cómo los padres pueden transmitir a la víctima que realmente lo es. La reacción natural de los hijos es de “papá tu no te metas, no la conoces como yo…” para justificar al agresor y a vivir como una injerencia lo que hacen los padres. Por lo tanto, los padres a veces pueden tener un buen mensaje, pero no son el mejor mensajero. Lo que se trata es determinar cómo hallar ese buen mensajero.

Y en el caso de los jóvenes que sufran este tipo de relaciones ¿cómo podrían ellos plantarse ante este tipo de situación?
–Los adolescentes confunden la confianza con el control extremo, y la intimidad con el aislamiento. Cuando nosotros, desde Amalgama7, tratamos con este tipo de casos, les decimos que hagan una lista de diez puntos fuertes y débiles de su pareja. Normalmente, cuando hacemos esto, suele haber más puntos débiles que fuertes, además que esos puntos débiles suelen ser más importantes. Además de esto, es importante tratar no solo con la víctima, sino con la otra parte, ya que estas personas tóxicas suelen necesitar ayuda psicológica también. En muchas ocasiones, se lo planteamos a la propia víctima no solo como ayuda de pareja, sino de forma individual. Aunque la reacción del afectado es que su pareja no querrá acudir, e incluso la víctima es probable que acuda a escondidas. Ahí es el momento de hacerle ver que ha perdido totalmente la libertad.

"Los padres pueden tener un buen mensaje, pero no son el mejor mensajero. Lo que se trata es determinar cómo hallar ese buen mensajero"

Ahora que también hemos tratado a las personas que causan esa toxicidad ¿qué pueden hacer los padres con esa persona?
–En muchas ocasiones, alguno de los padres de esta persona tóxica también lo es, si no los dos, y por lo tanto, son menos los padres que reconocen que su hijo o hija es el causante de esa mala convivencia con su pareja. También pasa que los padres de esa persona suelen ser menos accesibles, porque el hijo se distancia de ellos.

¿Hay una tendencia a que los hijos se comporten de forma tóxica si los padres también tienen esa relación tóxica?
–De la misma forma en la que si en una casa los padres fuman tabaco, hay más probabilidades de que el hijo también fume. Es la misma relación. Al final, las personas somos el resultado de la genética y el aprendizaje. Si el hijo ha crecido en un contexto de maltrato emocional o psicológico, es probable que él se relacione así con las parejas con las que esté. Por ejemplo, casi el 70% de los hombres que maltratan a sus mujeres, han sido maltratados de niños. Por eso decía que en muchas ocasiones, los padres del maltratador sirven para entender el origen, pero los padres del maltratado sí que son relevantes en el proceso terapéutico.

"Los padres del maltratador sirven para entender el origen, pero los padres del maltratado son los relevantes en el proceso terapéutico"

¿Ha habido un aumento de relaciones tóxicas, o es que actualmente se habla más de ello?
–El mundo lo podemos dividir en antes y después de internet. Por tanto, no es solo que se trate más o menos, sino que también este tipo de maltrato es diferente, al igual que ocurre con el bullying. Antes solo era en la escuela, pero con internet pasa a ser las 24 horas. Es similar con las relaciones tóxicas. Podemos decir que estos chantajes emocionales son, por tanto, más frecuentes y más intensos actualmente.

¿Cuál crees que podrían ser los primeros pasos para evitar este tipo de conductas?
–Al igual que con el bullying se interviene de forma estructural para actuar de forma global contra ello, este tema de las relaciones tóxicas se tendría que tratar como tal. Debería ser un tema importante desde la escuela o al menos en la ESO: explicarles a los jóvenes qué es una relación tóxica, explicar los síntomas, cómo protegernos de esto. El poder tomar conciencia de los efectos de las relaciones tóxicas es la clave, y este tipo de prevención, por desgracia, no existe en estos momentos.

Ahora que es San Valentín, y por suerte las relaciones tóxicas no son mayoría ¿cómo influye una relación amorosa sana en los jóvenes?
–Primero habría que definir que es una relación sana. Una relación sana es recíproca. Es una empresa en la que ambos tienen un 50% de las acciones. Es una relación que, en definitiva, te ayuda a ser mejor, e incluso puede sacarte de tus problemas, o evitar otros futuros.

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