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La Academia critica el "tratamiento indiferenciado entre Historia y Memoria" en los currículos del Ministerio

Hay un "exceso de presentismo y de exclusiva atención a la más reciente etapa de la historia contemporánea en la determinación del programa de 'saberes básicos'", denuncia la Academia.
Diego FranceschJueves, 24 de febrero de 2022
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© Andrii Muzyka

La Real Academia de la Historia ha participado en el trámite de audiencia e información pública establecido por el Ministerio de Educación y FP sobre el Proyecto de Real Decreto por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas del Bachillerato. La Academia ha presentado sus aportaciones cumpliendo con uno de sus cometidos estatutarios y con «ánimo constructivo para que puedan ser tomadas en consideración» y, en su caso, «aplicadas e incorporadas en el texto legal final», dice la Academia.

Entre estas alegaciones, que ocupan 16 páginas, destaca en primer lugar la que señala que en el currículo hay un «exceso de presentismo y de exclusiva atención a la más reciente etapa de la historia contemporánea en la determinación del programa de «saberes básicos'». Este «sesgo presentista –añade la Academia– produce planteamientos explicativos que privan a los estudiantes de la necesaria visión diacrónica que caracteriza la perspectiva histórica integrada«.

«La priorización de la historia contemporánea sobre la historia de épocas anteriores no concede espacio y relevancia a los procesos históricos previos a la ‘Contemporaneidad'», alega la Academia. «Sin esos sustratos –añade– es muy difícil entender la mayor parte de las líneas de evolución histórica ‘contemporánea'».

Objeciones a la reducción de contenidos históricos

Otra de las críticas de la Real Academia es que se aplican ‘vectores’ dependientes de presupuestos sociológicos en los ‘saberes básicos’ que se proponen en el anteproyecto y que quedan agrupados en tres bloques de los que solamente uno es de competencia historiográfica, el denominado: ‘Sociedades en el Tiempo’. Los otros dos ‘Retos del mundo actual’ y ‘Compromiso Cívico’ son de contenido sociológico o directamente político; contenidos que, en todo caso, se abordan en las materias de Geografía, Economía y Ética o deberían formar parte de una asignatura diferente. «Una asignatura de Historia de España tiene contenidos suficientes para completar un programa sin que sus horas lectivas deban ocuparse en esas otras materias, válidas en cuanto tales, pero no intrínsecas a la misma», añade el documento de alegaciones.

«Los contenidos sociológicos, politológicos, o de especialización económica pivotan sobre los históricos y deben ser, por tanto, posteriores», añade el escrito. «Sin definidores precisos de los contenidos en las secciones que se incluyen, es imposible discernir si la materia es histórica o ético-proyectiva«, señala.

Tratamiento indiferenciado entre Historia y Memoria

La Academia también aborda el «tratamiento indiferenciado de Historia y Memoria» y, en este sentido, señala que «es preciso que el proyecto diferencie claramente entre Historia como disciplina científica que busca el conocimiento objetivo y general del pasado y que está dotada de los instrumentos adecuados y específicos para tal fin, y Memoria, que es una apreciación o evocación inherentemente subjetiva, parcial y cambiante«.

Por otro lado, en cuanto a la Historia de España y la Historia del Mundo, la Academia afirma que «resulta básico el conocimiento de otras realidades vinculadas a la historia de España (América, África, Pacífico), pues existieron interacciones con esos mundos durante varios siglos». Y añade que «una lógica priorización de Europa y el Mediterráneo, de Occidente y del Mundo hispánico, no debería impedir que los alumnos de Bachillerato tengan alguna idea del desarrollo histórico del Mundo árabe, del Subcontinente Indio, el Asia Central y los territorios del Asia extrema (China, Japón e Indochina, en lo fundamental)».

También aborda la Academia el asunto de la Historia del Arte que en los currículos se define como materia optativa y solo en la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales. Su concepción es, asimismo, «presentista con referencia a movimientos culturales y artísticos de los siglos XIX-XXI», dice la Academia. Y firma que «su impostación es obsolescente, partiendo de la exclusión de conceptos como imagen, visión o percepción, al margen de criterios actuales de antropología histórica, cultura visual como memoria visual-cultural individual y colectiva; y está ausente un análisis del concepto de mirada histórica y la participación en ella de otros sentidos».

La Academia de la Historia propone un programa alternativo

La Academia de la Historia ha propuesto un programa alternativo en el que el estudio de las “Sociedades en el tiempo” constituya la parte fundamental y medular de los “saberes básicos” de la asignatura. Para ello, ha evidenciado las «reiteraciones innecesarias» en que incurren los apartados “Retos del mundo actual” y “Compromiso Cívico” y ha tratado de optimizar el tiempo y los objetivos de un programa centrado en los hechos históricos.

Asimismo, demanda de un mayor peso de la Historia en el horario. En el horario que se encuentra en vigor, la dedicación en horas a la asignatura de Historia es ya muy restrictiva (87,5 horas), pero la reducción propuesta (70 horas) cuando materias afines tienen hasta 210, arroja un resultado «absolutamente insuficiente para cumplir el papel formativo reconocidamente esencial para una ciudadanía crítica y reflexiva», alega la Academia. La materia debería seguir teniendo «al menos el mismo peso horario que ha tenido hasta el presente y sin variación, lo que permitiría cumplir sus objetivos docentes, conseguir sus competencias formativas y asegurar los saberes mínimos establecidos como deseables y realizables», concluye.

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