Yessica Clemente: "Conecté con mis hijos mirando muchísimo a lo que juegan y cómo juegan"
Yessica Clemente es la escritora de Crecer sin prisas, orientado a que los padres y educadores descubran una forma de educar desde la conexión con los niños y niñas. | ©GRIJALBO
Yessica Clemente es licenciada en Bellas Artes, coach especializada en Programación Neurolingüística (PNL) y facilitadora de disciplina positiva. Realiza acompañamiento personalizado, divulgación, talleres formativos y conferencias desde una mirada hacia la infancia. Propone una forma de educar «conectando al adulto con la actitud lúdica, para acompañar con la sabiduría que todos tenemos al niño o niña conociendo a cada uno de ellos individualmente».
Recientemente ha publicado su primer libro, Crecer sin prisas, que ofrece juegos, ejemplos, actividades y reflexiones como herramientas para que las familias y educadores conecten con los niños y las niñas que tienen delante.
¿Cómo surge tu inquietud por el mundo de la Educación?
—Surge cuando soy mamá. Yo trabajaba como diseñadora industrial y entré en conflicto de valores con lo que estaba ocurriendo en el mundo industrial en ese momento. Entonces llegó un hijo maravilloso a mi vida, él me hizo darme cuenta de la velocidad que llevaba en la vida y que el juego, en ese momento, estaba siendo muy coartado, dirigido y penalizado. Decidí entonces ir a charlas y conferencias de docentes y me di cuenta de que no permitíamos la Educación a través del juego (tanto familias como docentes y escuelas). A partir de ahí, me empecé a formar y comencé a disfrutarlo y experimentarlo en casa para después comunicarlo a las familias que me leían. Aprendí a través de la experiencia y de la investigación, para darme cuenta de que es necesario que cada uno se cree su propia Educación.
¿Cuánto tiempo llevas dedicándote a la divulgación? ¿Qué te aporta?
—El blog Rejuega nace en 2014 y empezó creciendo con nosotros como familia. Yo comentaba en él las cosas que yo vivía en casa, aportando ese punto de mirada diferente, que me permitía pararme a pensar en lo que observaba, lo que escuchaba y lo que pensaba. La plataforma lo que te plantea son otras posibilidades de ver las cosas, de acompañar el juego y de entenderte y entender al niño que tienes delante. Gracias a esta forma de compartir puedo aprender a diario, cuestionándome mis creencias personales. Además, me permite compartir mensajes como madre, como mujer y como persona en esta sociedad. Es importante ser consciente de que somos agentes que podemos transformar a pequeña y gran escala la sociedad, siempre y cuando nos paremos a observarnos a nosotros mismos.
Es importante ser consciente de que somos agentes que podemos transformar a pequeña y gran escala la sociedad, siempre y cuando nos paremos a observarnos a nosotros mismos
"¿Cómo nace Crecer sin prisas?
—La editorial contactó conmigo para decirme que quería que escribiera un libro que se llamara Crecer sin prisa. Justamente, en esa época acababa de cerrar un proyecto que se llamaba Tiempo de infancia crecer sin prisas donde cada mes ofrecíamos un taller con profesionales, así que el nombre ya venía con nosotras porque es la filosofía que hay detrás del blog: crecer sin prisas, sin quemar etapas, sin tener que ir corriendo a «enchufarle» toda la información al niño o a la niña. Es importante ir conociéndonos en el crecimiento y disfrutando del desarrollo paulatino y natural que tiene la infancia.
Ha sido la oportunidad de ordenar todo aquello que tenía en mi cabeza en cinco capítulos que presentan el viaje que yo, Yessica Clemente, he tenido que hacer desde que soy madre aportando los conocimientos que he adquirido gracias a mi formación.
¿A quién está dirigido?
—Está dirigido a familias, de hecho está escrito en femenino y hablado a la madre como si tuviéramos una conversación de tú a tú. Pero también está muy abierto a los educadores porque creo que educamos todos: desde el que te recibe cuando te subes al autobús, el que te vende una barra de pan, hasta el maestro o la maestra que está en el aula. Está escrito para que todo aquel que tenga interés por educar de una forma más consciente y más conectada tenga la posibilidad de revisarse y reconocerse para poder acompañar de una forma auténtica. Es solo cuando conectamos y lideramos desde donde nos sentimos cómodos cuando la conexión con nuestros hijos e hijas fluye de manera más natural y podemos ser ambos más auténticos.
Es solo cuando conectamos y lideramos desde donde nos sentimos cómodos cuando la conexión con nuestros hijos e hijas fluye manera más natural y podemos ser ambos más auténticos
"¿Qué has aprendido siendo madre?
—Me hizo transformarme en esa persona lúdica que ya somos, pero que tenemos olvidado. Me di cuenta de que como mejor fluíamos los dos era jugando, que no coartaba, que no penalizaba (o eso creía yo). Luego descubrí que controlaba muchísimo. Fue una transformación personal que iba surgiendo conforme nos íbamos conociendo mi hijo y yo.
¿Cómo has conseguido conectar con tus hijos? ¿Te costó mucho?
—Claro, como a todos, porque necesitamos conocer a la persona que tenemos delante. Necesitamos saber quién es, cómo es, qué sensibilidad tiene y me costó conocerlos igual que a cualquier persona. Lo importante es que yo tuve el interés por hacerlo, me trabajé mucho para poder frenar y escuchar para conectarme como cada uno de ellos necesitaba. Pero ha sido un trabajo que ha llevado tiempo como es lógico. Estamos hablando de un crecer sin prisa, yo también crezco sin prisa a su lado. Por lo tanto, voy moldeándome a la vez que voy conociéndoles y cada momento vital necesita un acompañamiento diferente. Debemos estar muy abiertos para saber quienes son y quienes somos nosotros en cada etapa. Yo conecté con mis hijos mirando muchísimo a lo que juegan, cómo juegan, qué dicen cuando juegan, cómo se sienten.
Yo conecté con mis hijos mirando muchísimo a lo que juegan, cómo juegan, qué dicen cuando juegan, cómo se sienten
"¿Por qué es importante crecer sin prisas?
—El ser humano tiene un tiempo natural para desarrollarse y, si lo aceleramos, el cuerpo, la mente y las emociones responden a la aceleración, lo desconectamos de su autenticidad, de sus talentos y de sus habilidades. Al final, nos convertimos en adultos con tantas capas que nos cubren y que nos impiden darnos cuenta de quienes somos que necesitamos otra vez volver a la esencia por medio de trabajo personal para redescubrirnos. Mi idea es poder acompañar a ese infante desde temprana edad o dese el momento en el que nos encontramos con él para que no tengamos que ponerle tantas capas sociales, culturales y personales, sino que pueda crecer conectado a sí mismo y siendo quien ha venido a ser.
¿Qué papel tiene el juego en este crecimiento?
—El juego es el lenguaje de la infancia, es el lenguaje universal de toda persona, es la posibilidad de conectarnos desde el disfrute y desde la autenticidad el uno con el otro. Para el adulto el juego nos sirve como herramienta de conexión, de diálogo para conocer al niño o la niña que tenemos en frente, porque cuando juegan nos muestran su mundo particular interior. Por lo tanto, es una ventana para saber cómo son. A la vez, al adulto le sirve para conectar con esa actitud lúdica que nos hace ver la vida de una forma mucho más positiva.
El juego es el lenguaje de la infancia, es el lenguaje universal de toda persona, es la posibilidad de conectarnos desde el disfrute y desde la autenticidad el uno con el otro
"