¿De verdad la historia y la cultura gitana deben incluirse en los centros educativos?

Durante siglos el pueblo gitano sufrió una enorme discriminación en nuestro país y en toda Europa (¡las propias leyes establecían la desigualdad!). La pena de galeras o de minas o “la gran redada de gitanos” colocaron a los españoles miembros de esta minoría en una situación de privación de libertad y de trabajos forzados muy similar a la de la esclavitud.

Los romaníes (gitanos) de Rumanía tuvieron status de esclavos hasta bien entrado el siglo XIX: “Se vende un buen lote de esclavos gitanos, compuesto de 18 hombres, 10 chicos, 7 mujeres, 3 niñas, de buena condición” rezaban los carteles que anunciaban este mercado de personas en el monasterio de Elias de Valaquia, en 1862. Y, víctimas del terror nazi, murieron en torno a 600.000 personas gitanas. Además, a los Juicios de Núremberg contra los nazis no fue convocado a declarar ningún gitano… Y todavía en 1978 existían en España normas legales que instaban a dar un trato excluyente al Pueblo Gitano (“Se vigilará escrupulosamente a los gitanos…”).

En la actualidad el Pueblo Gitano disfruta de la igualdad de derechos que le otorga la democracia y, como fruto de ello,  ha experimentado un avance muy significativo en todas sus condiciones vitales. Y existe una enorme diversidad entre las gitanas y gitanos españoles (¡como no puede ser menos cuando no referimos a un colectivo de en torno a 700.000 personas!).

Pero esa historia marcada por la persecución, el exterminio y el trato vejatorio ha dejado en el presente un poso de desigualdad, así como de ideas fuertemente arraigadas en la sociedad mayoritaria sesgadas por los estereotipos y los prejuicios infamantes hacia el Pueblo Gitano.

El que hasta ahora en el currículum escolar no se haya contemplado ni la historia ni la cultura del Pueblo Gitano es un indicador del antigitanismo imperante. Así, en la todavía vigente asignatura de Historia del Mundo Contemporáneo (de Bachillerato) en el Bloque 5, al referirse a la II Guerra Mundial se incluye en el currículo: “El Antisemitismo: el Holocausto”. Es decir, que en el currículo oficial en uso para toda España hasta ahora ha estado presente el Holocausto judío… pero no el Holocausto gitano. Y en los cinco años de la carrera universitaria de Geografía e Historia no se dedicaba ni un solo minuto de las clases ni una sola línea de los libros a hablar de la historia del Pueblo Gitano, según me comenta el profesor Pedro Prior.

La incorporación de la historia y cultura(s) gitana(s) y de la educación antirracista en nuestros centros educativos es algo necesario, por justicia y por rigor epistemológico de los saberes. El fomentar que nuestro alumnado se informe y se forme sobre la historia del Pueblo Gitano y sus aportaciones culturales y se comprometa contra el antigitanismo constituye un inaplazable acto de justicia con el Pueblo Gitano; pero también una contribución importante a la formación integral de todos nuestros alumnos y alumnas: una formación que cercene del conjunto de la Historia al Pueblo Gitano o que no forme en el sentido crítico frente al racismo (y frente al racismo más extendido en nuestra sociedad, como es el antigitanismo) no puede considerarse una buena educación: completa, respetuosa con la verdad, humana, responsable, solidaria y cooperativa y, por tanto, antirracista y que apuesta por la construcción de una sociedad mejor, más equitativa a la vez que respetuosa con las diferencias y sin que las diferencias se usen nunca como argumento para la exclusión.

En la nueva Ley Educativa, por fin, se incluye en el currículo la historia y cultura del Pueblo Gitano. Asimismo, el Ministerio de Educación y Formación Profesional (con el asesoramiento del Grupo de Educación del Consejo Estatal del Pueblo Gitano) ha promovido la confección de unos Materiales sobre Historia y Cultura del Pueblo Gitano. Educar frente al antigitanismo, en sendos dosieres para Educación Primaria y Educación Secundaria.

Dichos materiales son muy completos, a la vez que claros y funcionales y permiten a cualquier responsable político, técnico educativo, autor de libros de texto y, sobre todo, a cualquier profesor o profesora promover y hacer realidad la presencia gitana en el currículo formativo de las nuevas generaciones de españolas y españoles. Son un punto de partida claro y bien estructurado (y con numerosísimas fuentes bibliográficas y electrónicas en cada uno de los apartados) para que cada uno de los agentes educativos den el paso de llevar estos contenidos potenciales a la plasmación real en la práctica.

Ya existían otros materiales didácticos relativos al Pueblo Gitano anteriormente y que siguen siendo muy útiles (como los elaborados por la Consejería de Educación de Castilla y León, así como otros confeccionados por la Asociación de Enseñantes con Gitanos y por otras entidades gitanas). Estos editados ahora tienen la ventaja de tratar un conjunto de aspectos muy amplio y abordados de un modo sistemático, con una adecuada fundamentación epistemológica y aunando el rigor científico con su aplicabilidad en las aulas en las diferentes etapas educativas. Están agrupados en torno a cinco grandes bloques temáticos:

• La Historia del Pueblo Gitano.
• La lengua gitana.
• Las aportaciones del Pueblo Gitano a la cultura y las artes (literarias, musicales, plásticas y visuales).
• La educación frente al antigitanismo.
• Guía de recursos sobre historia y cultura gitana y educación frente al antigitanismo.

Ahora ya nadie puede alegar que no disponga de una base de contenidos claros y concretos y de unas ejemplificaciones prácticas de cómo llevarlo a las clases.

Lógicamente, estos materiales se pueden (y deben) ampliar y adaptar a cada caso y a cada zona y cada curso y grupo de alumnado; pero lo que considero que es indudable es que proporcionan al profesorado y al resto de los agentes educativos unas herramientas bien fundadas, estructuradas y prácticas.

Ahora solo falta que estos materiales se difundan, que las diferentes consejerías de Educación de las CCAA los hagan suyos y los propaguen cada una en su propia comunidad y que se articulen medidas para que las editoriales de los libros de texto incorporen realmente en sus manuales la historia y cultura del Pueblo Gitano y la educación frente al antigitanismo.

¡Ojalá estos materiales no se conviertan en algo que queda “colgado” y olvidado en una página web!

Y ojalá esto sea un paso más, un revulsivo, para potenciar el éxito y la continuidad escolar del alumnado gitano y la inclusión educativa y social del Pueblo Gitano en pie de igualdad y con pleno reconocimiento.

Así pues, la historia y cultura gitanas deben incluirse en nuestros centros educativos y ahora contamos ya con unas herramientas adecuadas para ello. Ahora bien, del mismo modo que los abrazos deben ser el símbolo de un cariño, la realización de actividades sobre la historia y cultura gitanas y de crítica al racismo y al antigitanismo solo cobran auténtico sentido si nuestro estilo de educación apuesta cotidianamente por la inclusión, la convivencia y el aprendizaje cooperativo y si nuestro alumnado se acostumbra a cuestionarse y rechazar todas las injusticias.

Ese compromiso con el éxito escolar de todos y todas, con un aprendizaje colaborativo y con la búsqueda de la verdad y de la justicia constituyen aprendizajes transversales y que deben vivirse día a día. Con la inclusión del Pueblo Gitano en la vida escolar gana todo el alumnado. ¿Seremos capaces de hacerlo realidad?

NOTA: Para saber más sobre este tema, consultar el artículo de otra de las autoras: Dolores Fernández: Materiales sobre Historia y Cultura del Pueblo Gitano para Educación Primaria y Secundaria: una asignatura pendiente.

José Eugenio Abajo Alcalde. Maestro y orientador jubilado. Miembro de la Asociación de Enseñantes con Gitanos y de la Asociación Presencia Gitana y asesor del Grupo de Educación del Consejo Estatal del Pueblo Gitano.