“El solo hecho de ser conscientes de lo que sentimos nos da una posibilidad de cambio auténtico y verdadero”
(Primer entrega) Entrevista a Isabel Gascón. Coordinadora Certificada por el Instituto Internacional de Focusing. Trainer de Focusing. Especialista Universitario en Asesoramiento Psicológica de Orientación Centrada en la Persona y Gestáltica. Participa como docente en el Curso Anual de Educación Emocional con Teatro de Conciencia. “Método En Sus Zapatos”.
Por Gema Eizaguirre. Periodista.
-El cuerpo nos da información. ¿Qué tipo de mensajes nos ofrece?
-Cuando decimos cuerpo desde la metodología de Focusing, nos referimos a algo más complejo y completo que la parte puramente biológica. Incluye aspectos emocionales, psicológicos, intelectuales, valores, creencias… Todo lo que nos constituye como personas únicas e irrepetibles en toda su maravillosa complejidad.
Desde esta perspectiva, el cuerpo contiene una sabiduría interior que le aporta la experiencia de la vida corporalmente sentida. Contiene lo vivido en el presente, contiene el presente y también la proyección de futuro desde el presente, que es el único lugar desde el que se puede cambiar.
-¿Cómo podemos detectarlos y qué hacer con ellos? Ponga algún ejemplo.
-El cuerpo comunica su sabiduría con sensaciones sutiles, a veces difíciles de nombrar o de reconocer, que surgen de una experiencia o de una situación. Por ejemplo, todos hemos notado lo que sentimos ante una buena o mala noticia aun antes de reflexionar sobre ella; como es olvidarnos algo en casa y no recordar qué es… ese algo incómodo que no desaparece hasta que sabemos que son las llaves o las gafas. Esas sensaciones a las que nos referimos (que llamamos sensaciones sentidas) forman parte de nuestro vocabulario habitual y también de nuestra forma de comunicar algo de forma muy corporal y que tienen un significado especial: mariposas en el estómago, nudo en la garganta, peso en los hombros….
«Si aprendemos a escuchar esos mensajes que llegan de nuestro verdadero ser, las opciones se sienten como nuestras, posibles, ¡reales!»
-Hay personas a las que les cuesta trabajo saber lo que sienten ¿Es algo innato?
-Las personas nacemos con la capacidad de reconocer esas sensaciones y expresarlas, de recibir esa información de forma natural. Los niños son un ejemplo fantástico de esto. La pena es que al hacernos adultos muchas veces se pierde esta capacidad y es necesario recuperar la conexión corporal sentida con los acontecimientos, pequeños o grandes, de nuestro día a día.
-Cada persona debe ser muy diferentes ¿verdad?
-Sabemos que cada persona vive las situaciones de manera diferente y nuestro cuerpo sabe cómo lo vivimos cada uno de nosotros. El cuerpo sabe qué nos pasa, cómo nos pasa y qué podemos hacer en cada situación de forma realista y también coherente con la autenticidad de cada persona. Las soluciones válidas para algunos no lo son para otros y a veces las mejores teorías o los más bienintencionados consejos no son capaces de llevar adelante soluciones, decisiones, comportamientos.
Sin embargo, si aprendemos a escuchar esos mensajes que llegan de nuestro verdadero ser, las opciones se sienten como nuestras, posibles, ¡reales! Y contienen una autentica fuerza que nos permite llevar esas acciones adelante.
-Significa esto que siento y lo sentido, ¿es fundamental para incluso para tomar decisiones?
-Sí, cuando somos capaces de conectar, escuchar y acoger esas sensaciones sentidas ocurre que también somos capaces de saber cuál es el paso correcto, de tomar las decisiones adecuadas, de comprender mejor qué es lo que nos pasa y qué hacer.
En el sencillo ejemplo de “las llaves olvidadas”, saber qué es lo que sentimos nos permitirá decidir si en ese momento tiene importancia o no, si debemos hacer algo al respecto… Lo bueno es que, en situaciones mucho más importantes y complejas, también vislumbramos qué paso siguiente hemos de dar. El (solo) hecho de ser conscientes de lo que sentimos nos permite un mejor autoconocimiento y una posibilidad de cambio auténtico y verdadero.
«¡La mejor manera de integrar esta PAUSA en nuestras vidas es ser conscientes del buen resultado que da! Y de que vale la pena intentarlo»
-¿En esta sociedad de la prisa ¿estamos preparados para esta observación?
-La prisa no es una buena compañera de viaje… A veces la forma de vida que se impone en multitud de ocasiones nos obliga a vivir de forma automática, desconectada de nuestra consciencia, sin opciones de sentir, pensar o decidir realmente qué queremos hacer y cómo queremos hacerlo. Eso no significa que lo que constituye nuestro día a día como trabajar, relacionarnos con los demás e incluso la forma de ocio y descanso que tengamos sea siempre inadecuada. Solo que no es una forma elegida desde la autenticidad y la libertad más consciente.
Puede que externamente lo que hagamos sea lo mismo. Pero… ¡qué distinto es elegir hacer algo, aunque solo sea porque no hay muchas opciones, en vez de sentirnos obligados a hacerlo o ni siquiera plantear otras posibilidades!
Afortunadamente, cada vez más personas sienten los beneficios de dedicarse un tiempo de tranquilidad, de pausar, de ir al ritmo adecuado para cada.
-¿Pero cómo parar?
-Simplemente hacer una respiración consciente antes de comunicar algo importante, de tomar una decisión o de hacer una PAUSA, es capaz de cambiar completamente la forma de ver esa situación concreta y de valorar su importancia.
¡La mejor manera de integrar esta PAUSA en nuestras vidas es ser conscientes del buen resultado que da! Y de que vale la pena intentarlo.
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En la Asociación Teatro de Conciencia contamos con la Escuela de Educación Emocional con Teatro de Conciencia. En septiembre ha dado comienzo la segunda edición con el Curso de Educación Emocional con Teatro de Conciencia. Método “En Sus Zapatos”, en formato semipresencial, de 150 horas. Una formación del profesorado en educación emocional homologada con créditos del Ministerio de Educación y Formación Profesional del Gobierno de España. Puedes informarte de próximas ediciones y de otros cursos cortos y conferencias educativas escribiendo a info@teatrodeconciencia.org.
Ahora nos sentimos debiles y vulnerables y eso nos desconcierta. Pero pasados los dias primeros, comenzamos a sentirnos hermanados con todos. El confinamiento de estos dias, junto con la reflexion y oracion, ha empezado a cambiar nuestras vidas y nuestra percepcion del mundo. Mas que nunca somos conscientes de que compartimos como familia humana una Casa Comun : un hogar del que todas las personas somos responsables y participes y en el que tambien convivimos con otras formas de vida; tambien con las microscopicas. Y hoy mas que nunca somos conscientes de que hay cosas que no se pueden someter a la logica del mercado: una sanidad universal, la proteccion de los mas debiles, el cuidado de las personas mas vulnerables, la preservacion del medio ambiente .