El trimestre arranca en Cataluña sin mascarillas y con los sindicatos en pie de guerra

Muchos han sido los alumnos han optado por seguir llevando la mascarilla en las clases en el inicio de tercer trimestre, que se ha estrenado este martes en Cataluña ofreciendo a los estudiantes de Primaria y Secundaria la posibilidad de no llevarla. Los alumnos que este martes han decidido seguir llevando las mascarillas lo han hecho por «costumbre, precaución o inercia», mientras que otros han reconocido que estaban esperando poder quitársela.

Desde que el curso 2020-21 empezó con la obligatoriedad de utilizar mascarilla en escuelas e institutos, los alumnos catalanes de primaria y secundaria han sido los primeros de España en poder quitársela en clase. Para ello, el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) ha publicado este martes una resolución autorizando a su eliminación entre estudiantes, mientras que el Consejo de Ministros aprueba hoy un real decreto que abolirá desde mañana el cubrebocas también para el resto de alumnos y profesores.

Las mascarillas desaparecieron de los patios de las escuelas el pasado mes de febrero y tanto la Conselleria de Educación como la de Salud manifestaron en varias ocasiones su intención de empezar a eliminar las mascarillas en interiores empezando por las aulas. Los beneficios pedagógicos y psicológicos, defendidos por entidades como la Sociedad Catalana de Pediatría o el Colegio de Pedagogos, han sido argumentos utilizados para eliminar el uso de la mascarilla.

Durante la recta final de curso que empieza hoy, se irán flexibilizando otras de las medidas instauradas para contener la covid en los colegios, cuyos profesores siguen en pie de guerra para exigir a la Conselleria que atienda a algunas de sus demandas y las empiece a aplicar a partir del próximo curso. Tras cinco días de huelga y movilizaciones durante el pasado mes de marzo, cuando los sindicatos docentes llegaron a pedir la dimisión del conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, los sindicatos han anunciado nuevas protestas «sin descartar nuevamente la huelga».

A principios del pasado mes de febrero, el conseller anunció que el próximo curso escolar 2022-23 se avanzaría para empezar el día 5 en las escuelas y el día 7 en los institutos, lo que encendió el ánimo de los sindicatos, que protestaron delante de la Conselleria de Educación, donde finalmente se encerraron hasta que consiguieron una reunión con el conseller, que acabó sin acuerdo. Ello llevó a los sindicatos a dar una «respuesta contundente» que fue una convocatoria excepcional de cinco días de huelga los días 15, 16, 17, 29 y 30 de marzo, que sacaron a la calle a miles de profesores y provocaron cuatro reuniones de mediación que acabaron sin acercar las posturas.

Antes de acabar el pasado trimestre, los sindicatos establecieron como prioridad un calendario concreto de reversión de los recortes que se arrastran desde el año 2010 y que se empiece a aplicar en el próximo curso, cuando la Conselleria ha fijado el curso 2024-25 para iniciar la reversión de los recortes. Como medida para tener un final de curso «tranquilo», los sindicatos, que no han asistido a varias mesas sectoriales durante este curso, exigen una negociación «real» que podría iniciarse con la disminución de las horas lectivas a partir del próximo curso 2022-23 en Primaria y Secundaria.

Por su parte, la Conselleria ofrece iniciar las reversiones con una recuperación del horario lectivo en Primaria a partir del curso 2023-24 y pasar de las 24 horas lectivas a 23, y en secundaria propone pasar de las 19 horas lectivas actuales a 18 a partir del curso 2024-25. Además del pulso entre sindicatos de profesores y Conselleria, el final de curso también estará condicionado por la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que deberá decidir si las medidas anunciadas por Educación son garantía suficiente de que se aplica el 25% de castellano en todas las aulas catalanas.

Como respuesta a la sentencia que obliga a un porcentaje mínimo del 25% de escolarización en castellano, el pasado 24 de marzo, ERC, PSC, En Comú Podem y Junts per Catalunya llegaron a un acuerdo para modificar la Ley 1/1998 de política lingüística y abrir la puerta al uso del castellano en las aulas, aunque finalmente JxCat se desmarcó del acuerdo para encontrar más consensos. En principio, estaba previsto que la moción se aprobase por vía de urgencia a principios de este mes de abril, pero finalmente se ha aplazado hasta la celebración de la sesión plenaria del próximo 28 de abril, a la espera de encontrar nuevos consensos.

El sindicato Ustec, mayoritario entre los profesores, instó a los partidos que presentaron la moción a «echarla atrás» y salieron a la calle de la mano de la Intersindical, CGT, COS, Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) y las Asociaciones Federadas de Familias de Alumnos de Cataluña (aFFaC) contra el acuerdo que reconoce por primera vez el castellano como lengua vehicular en la enseñanza.