Nino Cervera: "El contenido es la base, pero debe de estar alineado con las habilidades y competencias"

Nino Cervera no solo se dedica a la enseñanza, pero como él mismo indica “soy profesor y educador antes que nada”. También realiza formación a profesorado, tiene una organización (Cambium Sostenible) a través de la cual enseñan habilidades profesionales, personales y sostenibilidad tanto a jóvenes como a organismos públicos y empresas. Recientemente ha lanzado su primer libro ¿Eres el profe que te hubiera gustado tener?, una guía práctica con técnicas para aplicar en el aula y mejorar la Educación. Pero él explica que su pasión es ser «profe» y donde es verdaderamente feliz es en el aula.

¿Qué actitudes o habilidades debe tener un buen profesor?

—Primero tiene que tener ganas, tiene que ser algo vocacional y no vacacional. Si hay esas ganas, todo se acaba consiguiendo. Creo que lo que falta es que las mejores mentes estén en la Educación y sea una profesión de vocación. Puede ser la mejor profesión del mundo si te gusta, pero también al contrario. A partir de ahí, simplemente hay que entrenar, pero si hay ganas yo creo que está la mitad del camino hecho.

¿Tuviste algún profesor en tu infancia o adolescencia que te marcó e inspiró para dedicarte a la Educación?

—En mi familia hay muchos maestros, mi abuela y mi madre son maestras y quizás por ahí me viene lo de la rama de la Educación. En Primaria sí recuerdo alguna persona que me marcó, ya en Secundaria y Bachillerato realmente no. Creo que eso se debe a que según avanzan los cursos educativos se mata un poco más la creatividad, con la selectividad está todo más regulado. Tengo mejores recuerdos de los primeros años educativos.

Realmente la respuesta sería que no y quizás por eso he hecho un libro y me dedico a lo que me dedico: para suplir en las otras personas la carencia que tuve yo de un referente positivo que me motivara.

¿Crees que las metodologías educativas están adaptadas a los alumnos de la actualidad?

—Las metodologías son las personas, me explico, hay muchas metodologías nuevas que funcionan y antiguas también. No creo que estén o no adaptadas al alumnado, si no que dependen del profesor y cómo use esa metodología. También creo que hoy en día tenemos acceso a muchísima información, sabemos las cosas que más o menos funcionan, tenemos la tecnología a nuestro alcance… Herramientas hay, lo que hace falta es estar motivados y querer usar estas herramientas para conseguir una Educación de calidad. De ahí también el sentido del libro: algo práctico y aplicable.

¿Cuándo te diste cuenta de que era necesario innovar en las aulas?

—En tercero de la ESO había un tema que era complicado de entender y todos los años tenía problemas con mi alumnado. Decidí que ese año iba a darlo bien e hice un montón de cosas: repaso, explicaciones con curiosidades, más repaso, esquemas, debates… Lo conseguí, todos los alumnos sacaron un 9 y un 10 en el tema. Decidí a los tres meses hacerles el mismo examen y en esta ocasión suspendieron todos, como es lógico no se acordaban del contenido. Pero lo que sí que aprendieron fue a debatir, a buscar en internet, a hacer una presentación… Entonces me di cuenta de que lógicamente el contenido es la base, pero tiene que estar alineado con las competencias y habilidades que es lo que al final va a ser útil en su día a día. Lo importante es saber aplicar esos conocimientos.

¿Qué técnicas innovadoras has comprobado que funcionan en el aula?

— Utilizo técnicas diferentes para cada uno de los ámbitos necesarios en el aula. Por ejemplo, en lo que respecta a la estructura de las clases, intento hacer la estructura IPA (Impacto, Presentación y Acción). Primero es importante empezar la clase captando el interés con alguna anécdota o alguna actividad cooperativa para que traigan sus mentes a la clase. Luego realizo la presentación del contenido correspondiente y termino siempre con una acción, con una aplicación de ese contenido. Todo alineado con mucha autoevaluación, retroalimentación, que sean conscientes ellos mismos de dónde están y qué les queda para llegar a su objetivo. Es súper importante conocer al alumnado porque detrás de sus intereses está aquello a lo que se van a dedicar y por eso es necesario orientar las asignaturas a entrenar habilidades, dar contenido valioso y hacer que el alumnado descubra su vocación porque en ese camino está su felicidad plena.

¿Cómo surge la idea del libro?

—Hay libros para montar mesas, para correr más rápido, para estar más fuerte y para maquillarte mejor. Pero si tú me preguntas por un libro de Educación que sea inspirador y que a la vez puedas poner en práctica técnicas al día siguiente que te hagan acercarte a ser un mejor profesor, a mi no se me ocurría nada. Eso sumado a que los profesores a los que les imparto formación me decían que las técnicas que les proponía para las aulas funcionaban. Y fue cuando empecé a plantearme que quizás podía escribir un libro sobre esto. Pero sobre todo fue una oportunidad, Plataforma Editorial me conoció gracias a un vídeo que se hizo viral en mi cuenta de Instagram y me propusieron escribir el libro.

Es un libro muy cercano, sencillo e inspirador, con humor y épica, y a la vez es esencialmente práctico. Son diez capítulos, cada uno sobre una temática y todo con técnicas para aplicar mañana.

¿A quién está dirigido?

—Está dirigido a profes y a futuros profes en un 80%. Pero puede servir también a familias y a personas que estén interesadas en la Educación. Si bien hay técnicas que no pueden aplicar porque son para el aula, creo que la Eduación es el pilar de la sociedad y todo el mundo debería saber un poco de Educación para exigir una Educación de calidad, apostar por cambios educativos positivos e incluso para votar a partidos políticos que apuesten por una Educación de calidad. Entonces yo creo que la Educación debe ser un conocimiento general y el libro ayuda un poco a esto, pero el libro está pensado especialmente para profesores y gente que se dedica a la Educación y la pedagogía.

¿Qué recomendarías a un profesor para mantener a lo largo de los años la pasión por su profesión?

—Que paren un segundo y que piensen que la mayoría de trabajos son trabajos vacíos. Si tú trabajas, por ejemplo, llevando la contabilidad de una empresa multinacional (trabajo muy respetable), pero estás en una oficina frente a un ordenador durante ocho horas al día y al final nada cambia a nivel social. Creo que deberían reflexionar y darse cuenta de que están realizando el trabajo más importante del mundo, que cada día tienen la oportunidad de ayudar a las personas que tienen delante a hacer su futuro mejor y más feliz.

El ser humano encuentra felicidad y se siente realizado fundamentalmente por dos cosas: por el amor (amistad, pareja, familia) y por hacer un trabajo que esté bien hecho. Creo que en la parte del trabajo tenemos la suerte de tener un trabajo útil, un trabajo que te llena y marca vidas.

Y tú, ¿eres el profe que te hubiera gustado tener?

–Decir que sí es muy presuntuoso. No, no lo soy porque estoy aprendiendo. Como dice la frase: “quien se atreva a enseñar no puede nunca dejar de aprender”. No lo soy, porque si creyera que lo soy dejaría de aprender y estoy todo el rato en continuo aprendizaje. Me encantaría serlo, pero creo que aún no lo soy ni lo llegaré a ser nunca por no ser autocomplaciente. Creo que es una pregunta que habría que preguntar a mi alumnado.