La Educación pospandémica se examina para avanzar sin dejar a nadie atrás

La Educación del futuro tras la pandemia examina desde este jueves sus desafíos pedagógicos en València, en un foro internacional que busca marcar las directrices para avanzar en una Educación que no deje a nadie atrás, que avance en la digitalización y que ayude también a evitar la bipolarización de la sociedad.

La XII Cumbre Internacional sobre la Profesión Docente, organizada por el Ministerio de Educación, la OCDE y Education International y que reúne a ministros de Educación y líderes de sindicatos de enseñanza de todo el mundo, ha celebrado su sesión inaugural con un llamamiento a avanzar para no quedarse al margen de los grandes desafíos del siglo XXI.

Garantizar la Educación universal, asegurar la equidad, mejorar las tecnologías en este ámbito tras el impulso que han experimentado en la pandemia o potenciar la Educación en el respeto son algunos de los retos que se han destacado al inicio de la cumbre, en la que se ha apelado también a mejorar la situación de la Educación en Ucrania.

El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, ha pedido centrarse en cómo potenciar la digitalización en las aulas, en asegurar la equidad en y a través de la Educación, en impulsar un futuro más sostenible y en el papel de la Educación para evitar la bipolarización social en un mundo donde las bibliotecas ya no tienen «el monopolio» de la Educación y conviven con las redes sociales. Cormann también ha destacado que, además de la pandemia, el mundo se ve ahora golpeado por las implicaciones de la guerra de Ucrania, donde miles de niños sufren sus consecuencias y donde el sistema educativo fue capaz de retomar las clases solo dos semanas después del inicio de la guerra, un logro «digno de alabanza», ha afirmado.

La presidenta de Education International, Susan Hopgood, ha destacado la necesidad de trabajar e innovar juntos profesorado, sindicatos y gobiernos en este momento en que todavía no ha acabado la pandemia, ya que los sistemas «más resilientes» son los que actúan así, y ha pedido que la Educación avance «sin dejar a nadie atrás» en este momento de cambio.

«Tenemos las herramientas necesarias», ha asegurado Hopgood, quien ha alertado de que actualmente el mundo es un lugar «hostil» para millones de niños, por la guerra en Ucrania –sobre la que se ha comprometido a seguir trabajando para mejorar la Educación en ese país– y las crisis de refugiados, y ha pedido pasar «de la inspiración a las acciones».

La ministra de Educación, Pilar Alegría, ha defendido la necesidad de potenciar una Educación en valores como la convivencia democrática, el cuidado del planeta, la cohesión social o la igualdad entre hombres y mujeres, en los que según ha dicho se basa la «ambiciosa» reforma educativa española. Alegría ha asegurado también que entre las máximas prioridades del Gobierno figura la equidad educativa y la modernización de la FP, pero ante todo esa reforma descansa en una «mejora sustancial» de la formación de los docentes, a los que se ha puesto «en el centro», y del desarrollo de su carrera profesional, «el cambio mas importante en la profesión docente que se ha planteado en España en los últimos 40 años»

Para el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, la Educación tiene cinco asignaturas pendientes, que son garantizar la Educación universal, vertebrar las necesidades de todos los territorios, reforzar la docencia multilingüe, «coser» la brecha entre la oferta educativa y las necesidades de los sectores productivos, y la digitalización de la docencia.

Puig ha defendido asimismo que la Educación «abre la puerta a todas las posibilidades de progreso», como ascensor social que permite revertir desigualdades, asegurar las mejores oportunidades y garantizar la justicia social, y además «cierra el paso a los peligros del siglo XXI», como «mejor dique contra el populismo y la antidemocracia», ya que es «una cantera de personas libres y críticas».