Las novedades del nuevo Plan Digital de Centro (PDC)

Esta situación evidenció algo ya conocido en los centros educativos: un porcentaje importante del alumnado y de sus familias carecen de los dispositivos móviles necesarios y/o de conexión a internet que les permita acceder a la enseñanza no presencial. Surge así la brecha digital, que, obviamente, supone también una brecha educativa y social.

La respuesta institucional a esta situación durante la pandemia fue establecer en los centros planes de digitalización y facilitar temporalmente a determinados alumnos recursos tecnológicos básicos. Por otra parte, el profesorado se ha visto en la necesidad de utilizar las TIC de forma generalizada y relevante para la enseñanza-aprendizaje de sus alumnos, replanteándose recursos y metodologías, ejemplo de ello fue el impulso dado a las aulas virtuales.

Estos planes de digitalización, algunos de ellos ya establecidos antes de la pandemia, no solo no se van a quedar en “stand by”, como algunos creen al retomarse la actividad presencial en los centros, sino que a partir de ahora serán obligatorios en todos ellos incorporando importantes novedades.

¿Obligatorios? Sí, así lo establece la LOMLOE, en su artículo 121:

El proyecto educativo del centro recogerá asimismo la estrategia digital del centro, de acuerdo con lo establecido en el artículo 111 bis.5.

El citado artículo 111.bis “Tecnologías de la Información y la Comunicación”, también introducido por la LOMLOE, en su apartado 5 señala que:

Las Administraciones educativas y los equipos directivos de los centros promoverán el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en el aula como medio didáctico apropiado y valioso para llevar a cabo las tareas de enseñanza y aprendizaje. Las Administraciones educativas deberán establecer las condiciones que hagan posible la eliminación en el ámbito escolar de las situaciones de riesgo derivadas de la inadecuada utilización de las TIC, con especial atención a las situaciones de violencia en la red. Se fomentará la confianza y seguridad en el uso de las tecnologías prestando especial atención a la desaparición de estereotipos de género que dificultan la adquisición de competencias digitales en condiciones de igualdad.

El artículo introduce varias novedades. En primer lugar, el uso generalizado de las TIC debe efectuase de forma adecuada, respetuosa con los demás para favorecer la convivencia (debería introducirse la “netiqueta” en las aulas) evitando actitudes discriminatorias y de desigualdad. Un tema que sería conveniente trabajar en todas las áreas y materias, así como en la acción tutorial.

Otro aspecto novedoso es el uso de las TIC de forma confiable, algo vital en los centros educativos por ser depositarios y custodios de una ingente cantidad de datos personales que deben ser protegidos conforme a la normativa general de protección de datos personales. En este sentido recordad las pautas y materiales dadas a los centros educativos por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).

La generalización de los PDC tiene apoyo financiero mediante la Resolución de 10 de septiembre de 2021, de la Secretaría de Estado de Educación, por la que se publica el Acuerdo de la Conferencia Sectorial de Educación de 21 de julio de 2021, que aprueba la propuesta de distribución territorial y los criterios de reparto de los créditos gestionados por Comunidades Autónomas destinados al Programa para la mejora de la competencia digital educativa #CompDigEdu», que en su apartado 3 señala como un objetivo del Plan de Digitalización y Competencias Digitales del Sistema Educativo (#DigEdu) del MEFP:

Lograr que todos los centros dispongan de un Plan Digital integrado en su Proyecto Educativo que estructure las estrategias organizativas y académicas emprendidas de forma colectiva para la transformación del centro en una organización educativa digitalmente competente

Los nuevos planes digitales de centro deben centrarse en el aumento de la competencia digital del alumnado y del profesorado, la creación de recursos digitales abiertos, el uso de metodologías TIC innovadoras, la dotación de recursos para los centros (dispositivos, conectividad, etc.) el uso respetuoso y adecuado de las nuevas tecnologías y la confianza digital.

Este acuerdo de la Conferencia Sectorial de Educación sigue la estela del Marco Europeo para Organizaciones Educativas Digitalmente Competentes – DigCompOrg.

Las administraciones educativas deberán concretar el contenido de los planes digitales, los cuales tienen como ineludible referencia el documento elaborado por el INTEF del Ministerio de Educación y Formación Profesional: Plan Digital de Centro. Descripción y guía, cuya consulta es muy aconsejable.

Otra novedad: la resolución ministerial señala la existencia del responsable de #CompDigEdu en cada centro educativo, el cual, junto al equipo directivo y el responsable de TIC, serán los encargados de impulsar tanto la mejora de la competencia digital del profesorado como la digitalización del centro.

Por tanto, el curso próximo tendremos nuevos planes digitales, nuevos aspectos a trabajar en el ámbito de las TIC, y nuevos responsables.

En este sentido las actividades formativas relacionadas con la competencia digital docente deberían efectuarse en sus 5 ámbitos: informatización, comunicación, creación de contenidos digitales, y seguridad. La digitalización de la educación es mucho más que dotar de dispositivos a los centros. En este sentido no hay que olvidar que el PDC debe contribuir a reducir la brecha digital educativa, debe ser un instrumento que garantice el derecho a la educación.

Que los PDC no sean un documento vacío, “corta y pega” de otros, lleno de buenas intenciones dependerá en gran parte del apoyo, asesoramiento y dotación de recursos.

La digitalización se impone de forma evidente y creciente en el ámbito educativo. El voluntarismo de la comunidad educativa, especialmente del profesorado, de asesores técnicos e inspectores no es ni será suficiente. Las administraciones educativas tienen un reto ante esta situación que en las actuales circunstancias es una obligación: gestionar adecuadamente recursos, normas y tiempos para que de verdad se produzca un salto cualitativo en la educación.