El futuro laboral en España: sin oficios nuevos, evolucionarán los actuales
La ministra Pilar Alegría, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri.
Es una de las conclusiones de la investigación Cambios en los perfiles profesionales y necesidades de Formación Profesional en España. Perspectiva 2030, presentado el lunes por CaixaBank Dualiza en un acto al que ha asistido, entre otros, la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri.
El trabajo del investigador Oriol Homs, con la colaboración de Fundación CEOE, analiza los cambios en el sistema productivo y la evolución del mercado laboral de aquí a 2030. Una de sus principales características será una tendencia a la intelectualización del trabajo, en el sentido de que cada vez se requerirán más competencias relacionadas con los procedimientos mentales de análisis, planificación, toma de decisiones… es decir, las denominadas competencias transversales o «soft skills». Ello se traducirá en una mayor demanda de niveles de formación más elevados y una mayor exigencia de cualificaciones formales, especialmente en sectores como el industrial. De hecho, se observa como los niveles de contratación de personas sin estudios van descendiendo año a año en una proporción mayor que la población activa.
La demanda formativa vendrá de la mano del desarrollo de nuevos perfiles profesionales que evolucionarán hacia una polivalencia especializada, lo que quiere decir que partiendo de una base formativa amplia tendrán que desarrollar especializaciones. Por ejemplo, no bastará un operario que entienda el funcionamiento de una máquina, sino que se requerirá otro profesional que comprenda el proceso productivo, que conozca los básicos de distintas máquinas, aunque su especialización pase por el conocimiento exhaustivo de una concreta.
Además, deberá tener más competencias transversales para poder reaccionar, tomar decisiones, en el caso de que se produzca un fallo genérico, evitando que se paralice toda la cadena de producción. En el caso de que ese fallo sea grave, tocaría intervenir al especializado. Esta polivalencia –añade el estudio– se puede entender también como una hibridación de las profesiones en las que los perfiles limitados serán cada vez más difusos, avanzando hacia una base de conocimiento general que luego se vaya completando.
Cambios en la estructura del empleo
Según el análisis, para producir los productos y servicios que genera la economía española, por cada directivo se emplean a 4,7 técnicos y profesionales científicos y a 2,8 técnicos de apoyo. En Alemania, por cada directivo se requiere a 3,7 técnicos o profesionales científicos y 4,7 técnicos de apoyo, lo que «evidencia un problema de sobretitulación».
El número de trabajadores con una titulación universitaria que ejercen ocupaciones por debajo de su nivel de formación es «excesivo y no está justificado por dinámicas del mercado», argumenta la investigación. Lo mismo ocurre con los empleados con titulación de Grado Superior o Grado Medio. A ello hay que añadir que esa subocupación es compatible con un elevado número de trabajadores que ejercen ocupaciones sin tener una titulación académica acorde con su cualificación.
El reto futuro más urgente es proveer al mercado con un mayor número de titulados de FP ya que para situarnos al nivel europeo sería necesario prácticamente doblar el número de titulados actual.