El curso escolar arrancará en Cantabria con 87.000 alumnos y sin medidas covid
Así lo ha anunciado este viernes la consejera de Educación, Marina Lombó, en una rueda de prensa en la que ha detallado que, aunque se seguirán las recomendaciones de las autoridades sanitarias, las clases comenzarán con normalidad y solo estará en vigor la obligatoriedad del uso de la mascarilla en el transporte escolar.
Del total de alumnos, 60.000 estarán en centros públicos, 18.000 en concertados y 6.000 en enseñanza a distancia y escuelas de idiomas. Y 42.973 de ellos están matriculados en Infantil, mientras que en enseñanza Secundaria y Formación Profesional hay, hasta ahora, 38.160. Entre los alumnos, hay 269 son ucranianos desplazados por la guerra. La caída de las matriculaciones se ha debido, según ha apuntado Lombó, a la bajada de alumnos en Infantil (un 9,31% menos) y en primero de Primaria (un 7,52% menos).
Por otro lado, habrá en Cantabria 8.446 maestros y profesores en la red pública, 34 menos que el pasado curso y 2.196 para la red concertada. Este «ligero descenso» se debe, según la responsable de Educación, a que este año no habrá refuerzo docente por covid, por lo que ha valorado que sin ese apoyo coyuntural «hay incremento de docentes», en especial en Formación Profesional.
La oferta de FP es de 243 títulos, con 840 plazas más que el curso anterior y una demanda similar a la del año pasado, con la matriculación todavía abierta, que asciende a 10.500 solicitudes entre modalidad presencial y a distancia.
Principales novedades
El curso se iniciará con la aplicación de la nueva ley de Educación, Lomloe, que traerá los nuevos currículos a Cantabria y el nuevo Bachillerato general, mientras que se abrirán cuatro nuevas aulas de educación especial; doce aulas públicas de un año en centros rurales donde no había guarderías y dos aulas terapéutica para alumnos con problemas de salud mental. «El cambio será gradual», ha señalado sobre la reforma educativa la consejera, quien ha explicado que los nuevos currículos se aplicarán en toda la etapa de Infantil y los cursos impares del resto de etapas. «El cambio de los currículos tiene un efecto directo, lógicamente, en la labor docente», ha subrayado Lombó y ha añadido que los profesores tendrán «un trabajo extra», pero tendrán «todo el apoyo que necesiten».
También al amparo de la Lomloe, 125 alumnos cántabros estrenarán el nuevo Bachillerato general, que se impartirá durante este primer curso de implantación en un total de 10 institutos públicos de los 48 que hay en la región. Serán los institutos de Fuente Fresnedo, en Laredo; Muriedas, en Camargo; Valle de Piélagos, en Piélagos; José Hierro, en San Vicente de la Barquera; Garcilaso de la Vega, en Torrelavega; Nuestra Señora de los Remedios y El Astillero, en El Astilleroy Leonardo Torres Quevedo, Santa Clara y La Albericia, en Santander.
Además de todos esto, entra en vigor la reducción de ratios de 25 a 20 en el segundo ciclo de Educación Infantil. Las aulas de un año no tendrán más de doce alumnos por clase y han tenido una demanda diferente para los diferentes centros, que se ubicarán en municipios como Valderredible, Potes, Ruiloba o Soba.
Cantabria contará para el nuevo curso con veinte aulas de Educación Especial, tras sumar cuatro nuevas clases en centros de Santoña, Castro Urdiales, Laredo y Reinosa, que se sumará a los ocho centros educativos. En cuanto a las aulas educativa terapéutica, se abrirán para el nuevo curso dos clases, una para el tramo de 6 a 12 años y otra para el tramo de 12 a 16, y en las que los alumnos serán derivados cuando sea «inviable su estancia» en los centros ordinarios por problemas de salud menta. «Ojalá tuviéramos cero alumnos, pero las aulas están preparadas en cuanto surjan», ha señalado.
Servicios complementarios
Por otra parte, se ha ampliado el número de municipios beneficiarios de la gratuidad del transporte educativo también en las etapas postobligatorias, Bachillerato y Formación Profesional, de modo que habrá 500 rutas para 15.500 alumnos, que supondrá un coste de 19,4 millones de euros para la Consejería. El transporte escolar será gratuito para el alumnado de Formación Profesional y Bachillerato de 31 núcleos rurales de once nuevos municipios: Liendo, Limpias, Ruiloba, Udías, Solórzano, Hazas de Cesto, Santiurde de Toranzo, Saro, Selaya, Villacarriedo y Villafufre. En total, la gratuidad del transporte en etapas postobligatorias estará en vigor este curso para 49 municipios.
En cuanto a los comedores escolares, habrá 131, dos más que el año pasado con un número de comensales previsto de 10.200, de los cuales 5.500 está previsto que tengan derecho a la gratuidad total o parcial. La Consejería sufragará el 100% del comedor a aquellos alumnos que acuden a centros públicos con jornada partida y que no disponen de transporte al mediodía y atendiendo a las dificultades del coste de la vida, se hará «un esfuerzo adicional» y se asumirá el aumento que pueda repercutirse en el servicio por parte de las empresas. «Publicaremos una resolución para que ninguna familia pague más de 5,5 euros diarios por este servicio, y será la Consejería la que se haga cargo de la cantidad que pudiera superar esa cifra», ha afirmado la consejera.
En cuanto a los libros, Marina Lombó ha avanzado que el Banco de Recursos «adquirirá un mayor protagonismo», porque «va a permitir contener el gasto de las familias en material escolar» y ha señalado que la cuantía de las ayudas rondará los 2,8 millones de euros.