¿Fue la reina Isabel II a la escuela?
Que Isabel II ha marcado una época es algo que pocos discuten. Su muerte, acontecida ayer a los 96 años, significa para muchos un cambio de era: simbólicamente muere con ella el siglo XX, habiendo sido no solo testigo, como destacó el presidente del Gobierno, sino protagonista de varios de sus hitos. Expertos y analistas de la monarquía auguran que su hijo, ya proclamado rey como Carlos III del Reino Unido, abre paso a un periodo que romperá con algunas de las tradiciones hasta ayer intocables por su madre. Las reformas previstas son varias, aunque alguna ya la emprendió siendo todavía un niño.
El entonces príncipe Carlos fue el primer miembro de la familia real británica en asistir a la escuela, rompiendo así con la tradición del homeschooling que siguió su madre. La pequeña Lilibeth fue educada en casa, como era habitual entre las familias de clase alta de la época. No fue así con su primogénito, al que en principio se le asignó una institutriz para su Educación entre los cinco y ocho años, aunque finalmente Buckingham anunciaba, en 1955, que acudiría a una escuela, convirtiéndose así en el primer príncipe heredero que completaría su formación en una institución reglada.
No destinada a ser reina, Isabel II ascendería al trono a sus 25 años
El 7 de noviembre de 1956 ingresaba en la escuela Hill House de Londres, cuyo director recomendó a la reina que dejara al príncipe jugar al fútbol, como el resto de niños. Ya de mayor, el propio Carlos reconocería que «no disfruté la escuela tanto como podría haberlo hecho porque en el fondo yo prefería estar en casa». Sin embargo, quiso su madre prepararlo para los nuevos tiempos en que tendría que reinar. Su Educación, aunque fuera de casa, no dejó de ser tan férrea como la de la soberana, cuya formación fue tutorizada por Marion Crawford bajo supervisión de su propia madre, Isabel Bowes-Lyon, la después «reina madre».
Las clases, que seguía, como su hermana, en casa –primero, en el nº 145 de Piccadilly, luego en la residencia White Lodge y, por último, en Buckingham– versaban sobre historia, música, lengua y literatura. Hasta los siete años recibió una formación no pensada para una reina, pues entonces, tercera en la línea de sucesión tras su tío y su padre, no se le auguraba tal destino. No por ello dejó de ser una niña «muy disciplinada y responsable», como narra Crawford en el libro The Little Princesses. También Churchill elogió «su aire de autoridad y reflexión sorprendentes para una niña de dos años».
La abdicación de su tío Eduardo precipitó un giro en su Educación, reorientando entonces su formación ya como futura reina. Su padre, el rey Jorge VI, accedía al trono en 1936, cuando Isabel tenía 10 años. Empezó entonces a cultivarse en materias como derecho e historia constitucional, tutorizada por Henry Marten, vicedirector de Eton College, uno de los internados más prestigioso del país, al que también acudieron los príncipes Guillermo y Harry. Recibió la formación religiosa del arzobispo de Canterbury, siguiendo, además, de manera particular clases de idiomas y música.
En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, fue la radio su principal fuente de formación, que compaginaba con su pasión por la literatura. Fue gran lectora de autores como Shakespeare o Dickens, reconociendo que su lectura le ayudó a conocer más sobre el mundo que le esperaba. En otro orden, accedió a la liga juvenil de los Rangers, donde se formó como guardabosques, además de aprender primeros auxilios, enfermería del hogar y defensa civil. Sus otras pasiones fueron la natación y montar a caballo, actividad que practicó en los alrededores de Balmoral.
El ahora príncipe de Gales, William, cambió, a sus 19 años, de carrera: comenzaba Historia del Arte para pasarse luego a Geografía, graduándose en esta última en 2005, tras tomarse un año sabático para viajar a Chile y el Océano Indico. También hizo lo propio por Australia, Argentina y África su hermano, Henry, quien, pese a superar el examen de acceso a la universidad, no llegaría a matricularse en ella: optó por la carrera militar, siendo enviado dos veces a Afganistán y alcanzando el rango de teniente en 2008.