La inflación y las tarifas congeladas estrangulan a los comedores escolares
Desde la electricidad que consume el encender un horno, pasando por la gasolina de la furgoneta para transportar los alimentos, hasta el salario de los trabajadores; todos los eslabones que conforman la puesta en marcha del menú en un comedor escolar se han visto afectados por la inflación. La portavoz de la federación que integra a las principales compañías del sector de la restauración colectiva, Food Service España, María López, confirma esta preocupación e indica, en declaraciones a Efe, la «volatilidad enorme» en los precios que se están encontrando a la hora de planificar el arranque del curso.
Si otros años cerraban los acuerdos con los proveedores de cara a seis meses, la coyuntura económica actual ha propiciado que ese tiempo se vea reducido a dos semanas, un hecho que lamenta López y ante el que señala la dificultad que conlleva a la hora de estimar sus previsiones. Esta disminución de las previsiones con los proveedores de alimentos afecta «mucho» también a la planificación que coordinan con los departamentos de dietética y nutrición; todo ello, hace al sector estar «hasta arriba» de cara al comienzo del curso.
Casi una década sin actualizar los precios
En los casos en los que los clientes son empresas públicas, López denuncia que el precio de sus menús llevan, por lo general, seis años sin actualizarse y pone como ejemplo la «crítica» situación de la Comunidad de Madrid, donde asciende hasta nueve. En un comunicado, la portavoz ya pidió a finales de julio al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso que reactivase «el diálogo y la negociación» y que se apliquen «criterios más flexibles acordes con la realidad de las empresas».
Con el precio del menú en los colegios públicos «congelados» las empresas se ven abocadas a una situación que conduce a muchas al cierre, con mayor incidencia en las pequeñas aunque, según explica López, también está provocando que las de mayor tamaño cierren estas divisiones. Y precisamente por parte de las propias empresas de restauración colectiva, el director de la división de educación de Serunion, Roberto Casal, apunta en la misma dirección que la federación.
Casal asegura en declaraciones a Efe que la situación en los colegios públicos de cara al nuevo curso es más «complicada» que en los privados y los concertados debido a esta congelación y, anota que la patronal ya está en conversaciones con cada autonomía para conseguir esa actualización. A pesar de la moderación en agosto de la tasa de inflación al bajar cuatro décimas, esta sigue por encima de los dos dígitos.
Así, Casal no se muestra muy optimista en relación a la situación de las empresas del sector, unas compañías que, según adelanta, se encuentran en una tesitura «muy complicada» y para las que «llueve sobre mojado» después de los estragos de la covid. Todo apunta a que será un curso difícil para la restauración escolar, que deberá emplearse a fondo para evitar suspender su asignatura fundalmental: la de la rentabilidad de las empresas que tienen como misión la alimentación saludable de los estudiantes.