No hay nada más punk que beber agua

El agua y el punk parece un oxímoron, una quimera que no tiene posibilidad de ser pareja. Si crees esto, es posible que no conozcas una subcultura dentro del movimiento punk llamada straight edge. Los straight edge no consumen ningún tipo de sustancias, creen en la monogamia y practican el veganismo. Os relato esto por los siguientes motivos.

En mi vida he probado el alcohol; ni siquiera me he mojado los labios en una fiesta ocasional, como puede ser Nochebuena, una boda o estar en casa de unos amigos de manera distendida. Tampoco he probado ningún tipo de sustancia que pueda alterar mi consciencia. De hecho, rechazo de manera tajante cualquier agente externo que pueda entrar en mi organismo.

Pues con todo esto, mientras la gran mayoría bebe ocasionalmente, soy yo el que tengo que dar explicaciones de por qué no bebo, no fumo ni consumo nada de nada. Cuando voy a un sitio siempre una y otra vez pido lo mismo: una botella de agua del tiempo. Nunca he sentido la necesidad de probar la cerveza o el vino. De hecho, me ofrecieron probar el vino más caro del mundo y lo rechacé educadamente.

No estoy entrando en baremos de quién es más o menos sano, aunque el personal sí entra en valoraciones de lo que yo sí bebo o no. Beber agua es el mayor acto de resistencia en la sociedad civil. Al beberla, genero un cortocircuito en el personal: «¿no has probado el alcohol nunca?». Esa es la pregunta que no falla y que repiten por sistema. ¡No! Ni tengo intención de hacerlo.

La cuestión es que una gran mayoría me insiste en que lo pruebe. Me hablan de sus bondades, pero curiosamente nadie lo hace de sus secuelas a la larga. Soy tremendamente respetuoso con los hábitos de cada uno, aunque los que estamos del otro lado nos vemos en la tesitura de vernos invadidos de prejuicios y, por qué no decirlo, de faltas de respeto.

Mientras escribo esto, me estoy bebiendo un gran vaso de agua.