Nadie se libra del efecto Dunning-Kruger
La semana pasada tuve la oportunidad de hablar con tres neurobiólogos largo y tendido, con el resultado de ser uno de los momentos más estimulantes de la semana. Cuando terminamos de hablar, ellos me preguntaron: «¿en qué laboratorio trabajas?». Y les dije que en ninguno y que tampoco soy neurobiólogo. Si esa charla se hubiera extendido dos horas más, todos ellos habrían visto que mis conocimientos en su campo eran interesantes, pero no pudiendo ir más allá de lo que ellos realmente sí conocen e investigan.
El 100 por 100 de las personas que observo padecen el efecto Dunning-Kruger, que se caracteriza por padecer un sesgo cognitivo por el cual estos sujetos hablan de todo con un rasgo de aparente superioridad “intelectual” sin tener bases mínimas para establecer un discurso acorde a lo que ellos exponen. ¿Os dais cuenta de por qué activé de manera inmediata mi desconocimiento con los tres neurobiólogos?
Ellos son jueces y parte del cosmos; utilizan una anécdota para enmascarar su profundo analfabetismo.
"Puedo leer todo lo que quiera, informarme puntualmente, detallar últimos estudios que he analizado; pero de ahí a ser un neurobiólogo existe una océano que me separa. Bastaría con meterme en un laboratorio de investigación y no sabría ni por dónde empezar. Todo el mundo sabe de geopolítica, economía, armamento, literatura e ingeniería informática. Ahora también han salido físicos nucleares y expertos en conflictos bélicos.
Todos están preparados. ¿Cómo? Porque ellos lo han leído en internet y tú no. No hay nada que se les escape a su capacidad de saber, opinar y, sobre todo, sentenciar. Ellos son jueces y parte del cosmos. Utilizan una anécdota para enmascarar su profundo analfabetismo. Lo curioso es que afecta incluso a personas que leen y tienen un nivel cultural alto. No se libra nadie del efecto Dunning-Kruger. Ellos son los elegidos: el resto vivimos en la ignorancia.
Su atrevimiento es tan kamikaze que, si les ponen frente al mayor experto en ingeniería de puentes y caminos, ellos sacarán a relucir algún dato para mostrarle que están a su altura de sus conocimientos
"Lo raro de estas personas, que repito son el 100 por 100 de las personas que conozco, no ganen el Premio Nobel o el Pulitzer: son todos tremendamente inteligentes. Su atrevimiento es tan kamikaze que, si les ponen frente al mayor experto en ingeniería de puentes y caminos, ellos sacarán a relucir algún dato para mostrarle que están a su altura de sus conocimientos. Y, no contentos con ello, el paso siguiente será darles una lección al experto de lo que es su trabajo y cómo ejercerlo.
La era del efecto Dunning-Kruger es universal. Ha venido para quedarse.
Lo que viene siendo mucho «cuñao» suelto, amigo Omar.