Siete de cada diez universitarios cree que tiene buena salud y calidad de vida
Con la entrada a la Universidad una gran cantidad de estudiantes se independizan por primera vez, por lo que sus vidas cambian de la noche a la mañana. Muchos de los hábitos que comiencen los mantendrán en la edad adulta, este es uno de los motivos por el que Fundación Mapfre y Reups (Red Española de Universidades Promotoras de Salud) ha elaborado el informe Uso del teléfono móvil, estilo de vida y bienestar psicológico en estudiantes universitarios.
El estudio se ha realizado en 16.574 estudiantes universitarios, la que consideran una población diana para fomentar conductas de vida saludable. Se les ha preguntado por sus hábitos de alimentación, actividad física, consumo de alcohol y uso del móvil, entre otros, así como su bienestar psicológico y salud social. Según el estudio, la mayoría de universitarios considera bueno o muy bueno su estado de salud y calidad de vida (74% y 76%, respectivamente).
Cerca de la mitad de los encuestados viven con sus padres (48,7%), seguidos por los estudiantes que viven con compañeros de piso (30,1%). Según el estudio, vivir en residencias universitarias o con compañeros de piso repercute negativamente en los jóvenes. Algunas de estas variables en las que influye son un mayor consumo de alcohol o miedo a sentirse desconectado de las redes y móvil (nomofobia).
Más del 70% de los entrevistados se encuentran en un peso que se considere saludable, sin embargo, un 16,6% presenta sobrepeso y un 4,7% obesidad. Destaca que el 9,7% de las universitarias se encasillen dentro de un bajo peso frente al 3,5% de los hombres.
Con respecto a la alimentación, un 63% de los encuestados presenta una baja adherencia a la dieta mediterránea, caracterizada por el consumo de fruta, verdura, legumbre y pescado. El informe revela que el 80% come dos o menos piezas de fruta al día; el 83% come dos o menos veces a la semana legumbres y el 48% consume bollería industrial una o dos veces a la semana. No obstante, se afirma que el 27,8% de los encuestados ha mejorado su dieta como consecuencia de la pandemia.
Referente a la calidad del sueño, el 38,5% considera que descansa lo suficiente la mayoría de los días. En el lado contrario, el 28,6% confiesa tener problemas para conciliar el sueño casi a diario. Por último, un 34,2% admite tener peor calidad de sueño que antes de la pandemia (37,3% de mujeres y 27,8% de hombres).
Cerca del 36% de los encuestados afirma consumir alcohol entre dos y cuatro veces al mes; seguidos de los que beben máximo una vez al mes (25%); los abstemios (19%); los que lo hacen dos o tres veces a la semana (17%) y los que consumen más de cuatro veces a la semana (2.1%). Con estos datos se deduce que un 75% de los encuestados presentan un bajo riesgo de adicción, frente al 2,7% de alto riesgo y 1,7% de posible adicción. Las mujeres presentan un menor riesgo de adicción medio-alto, con un 20% frente al 27.4% de los hombres.
Por otro lado, el 73,4% de los encuestados declara que no fuma; el 12% son exfumadores y el 14,2% es fumador. Estos datos reflejan un grado de dependencia baja de un 83%, media en el 14,3% y alta en un 2,6%. Además, un 7,7% de los estudiantes consumen otro tipo de sustancias, destacando el cannabis o sus derivados (10% en hombres y 6% en mujeres).
Los universitarios dedican de media cuatro horas diarias con su dispositivo móvil, el pico se mantiene durante el fin de semana. Los universitarios con compañeros de piso utilizan el teléfono más, el 33% lo usa durante más de cinco horas diarias. También se recoge que ellas dedican más tiempo a redes sociales, mientras que ellos prefieren usarlo por motivos de ocio. El 30% de los encuestados se ha gastado más de 500€ en su dispositivo móvil.
A su vez, se observa que las mujeres realizan un uso problemático de los móviles mayor que los hombres. Una de estas conductas que deriva en un uso problemático es utilizar el teléfono para sentirse mejor cuando quita horas de sueño o disminuye el rendimiento académico. Destaca la presencia de nomofobia, un 52,1% en mujeres y 44,9% en hombres.
El informe también quería ahondar en el miedo que sintieron los universitarios durante la pandemia. Nos encontramos con que más de la mitad de los encuestados (51,3%), sintieron nada o poco miedo, frente al 48,7% que tuvieron bastante o mucho miedo. El temor al coronavirus también se ve reflejado en que un 21% de los encuestados tuvieron miedo a morir por el virus y un 75% a que muriese algún familiar suyo. Por último, un 55% manifestó el temor a que las pandemias se conviertan en parte de nuestra vida.
