Estimular el lenguaje de los niños en Navidad
Hay que aprovechar estos días para divertirse con los más pequeños y estimular su lenguaje al mismo tiempo | ©Viktoria
La Navidad está a la vuelta de la esquina, una época muy esperada para los niños, en la que ellos son los verdaderos protagonistas. Durante estas vacaciones tienen más tiempo libre para jugar y estar con la familia, y es por ello por lo que hay que aprovechar estos días para divertirse con ellos y estimular su lenguaje al mismo tiempo.
Durante estas fechas de celebraciones es frecuente realizar juegos, dulces navideños o aguinaldos. A continuación, se proporciona una serie de ideas exitosas para desarrollar el lenguaje y la creatividad de los niños, que los maestros pueden pautar a los padres de sus alumnos para esas semanas sin clase e incluso trabajarlas ellos mismos con anticipación en el aula:
- El simple hecho de salir de casa ya es una oportunidad perfecta para estimular el lenguaje de los niños. Las calles están decoradas de adornos y luces, las tiendas y los supermercados están repletos de artículos que no se encuentran el resto del año. De este modo, con la denominación (¿Qué es esto?) y la enumeración de estos conceptos navideños se amplía su vocabulario. También, se puede trabajar la descripción de los adornos y artículos más llamativos que el niño indique, o bien jugar al veo veo definiendo un objeto distinto cada uno con la intención de que el otro lo adivine.
- La decoración navideña de la casa también ofrece una valiosa oportunidad para la estimulación lingüística. Por un lado, preparando el árbol de Navidad se puede aprovechar a: observar las bolas, cintas, luces, espumillones y aprender sus colores y formas, así como percibir sus texturas; contar bolas o segundos del ritmo de intermitencia de las luces; percibir sonidos que producen las bolas de diferentes materiales al chocarlas; o categorizar bolas por color o medida. Por otro lado, montar el belén permite enseñar los animales y los sonidos que producen (las onomatopeyas); dar instrucciones para colocar las figuras, esto requiere de comprensión, precisión y coordinación óculo-manual; o explicar los oficios que representan las figuras (este es un pastor y lo que hace es…).
- En lugar de comprar adornos navideños, aprovechar a confeccionarlos con los niños. De esta manera, se puede trabajar la organización de tareas y la estructuración de frases: qué material se necesita, con qué se va a empezar, qué se hará después… Además, con las manualidades se está trabajando la atención y la motricidad fina.
- Como se ha comentado, hay una gran cantidad de productos novedosos que se pueden comprar en estas fechas, por lo que realizar la lista de la compra con los pequeños y clasificarlos por categorías semánticas es una tarea provechosa. Por ejemplo: anotar o decir primero los dulces, luego las frutas, después los pescados… De la misma manera, escribir la deseada carta a Papá Noel o los Reyes Magos puede dar lugar a hacer un listado por campos semánticos: ropa, juguetes, juegos de mesa, cuentos…
- Escribir postales de felicitación navideña a familias y amigos posibilita ejercitar la estructuración del lenguaje escrito, así como la organización de una carta. Igualmente ayuda a expresar deseos y asimismo a valorar la importancia de los detalles.
- Cocinar juntos una receta, no importa cuál sea, aunque los dulces navideños siempre son una motivadora idea para los más pequeños y golosos de la casa. En esta actividad se estimula la comprensión y la expresión, solicitándoles que lean y/o escriban los ingredientes y cantidades que se van a necesitar o simplemente pidiéndoselo (¿Me pasas el azúcar?).
- Poner la mesa en los días más señalados indicando al niño qué, cuántos, cómo y dónde deben colocarse los elementos (el mantel, la vajilla…). Con esta sencilla tarea, se desarrolla el vocabulario y se practican conceptos básicos como arriba/abajo, grande/pequeño, nuevo/viejo, oscuro/claro… Por ejemplo: Coge los cuchillos del cajón de arriba, Abrid el paquete de las servilletas oscuras…
- Los villancicos navideños son un recurso ideal para trabajar la expresión oral y la prosodia de los niños, así como una buena ocasión para aprender nuevo vocabulario. La opción de un karaoke navideño permite también ejercitar la lectura sin que ellos apenas sean conscientes.
- Interpretar o teatralizar un cuento de temática navideña en familia entrena la pragmática del lenguaje. Los niños deben aprender frases, practicar turnos de conversación, realizar gestos, poner voces diferentes, expresar emociones y sentimientos e incluso pueden tener el reto de interpretar a personajes diferentes. Podéis dejar volar su imaginación y diseñar disfraces. Así, también se trabajará el juego simbólico al interpretar a otras personas y utilizar diferentes objetos (adorar a un muñeco, dar vida a animales…). Si el niño es muy pequeño, los padres pueden leer el cuento mientras el pequeño solo actúa, potenciando de este modo su atención y su comprensión lectora.
- Esta época mágica se inmortaliza cada año. Recopilar imágenes de navidades anteriores y rememorar esos momentos es un buen ejercicio para estimular lenguaje y memoria, ya que se puede hablar de cada imagen preguntándole al niño, por ejemplo, si se acuerda o no, qué estaban haciendo o qué sentían.
Son múltiples las ideas que los padres pueden tener en cuenta para continuar con el aprendizaje y la estimulación del lenguaje de sus hijos en Navidad. Los profesores pueden orientarles en la adaptación de estas actividades según las edades y necesidades de sus alumnos.
¡Feliz Navidad!
- Guzmán Azagra es logopeda de Proyecto 3 Psicólogos