La importancia de saber cómo gestionar las Altas Capacidades
Según las estadísticas más recientes del Ministerio de Educación y Formación Profesional de España, en el curso 2019-20, se identificaron un total de 39.173 alumnos con Altas Capacidades (AACC) en nuestro país. Una cifra que se ha multiplicado por dos en menos de cinco años y que seguirá en aumento, según afirman los expertos, durante las próximas décadas. Afortunadamente, cada vez existe una mayor conciencia de que el alumnado con estas características dispondrá de necesidades específicas de apoyo educativo.
La formación del claustro de profesores y responsables de Orientación son fundamentales a la hora de realizar una detección temprana y así lograr que el desarrollo personal y académico de estos niños se realice de forma adecuada. Para conseguirlo es esencial mostrar interés por sus curiosidades y mediar en su aprendizaje para favorecer la motivación y ofrecer un entorno estimulante. No obstante, cabe recalcar que esta identificación es en la mayoría de los casos complicada, ya que a pesar de que existen características que pueden ser comunes a todos ellos, al igual que sucede con todas las personas; los niños y niñas con esta cualidad tienen características y aptitudes que les hacen únicos, diferencias individuales.
Por ello, el objetivo de cualquier centro escolar debe ser el desarrollo máximo de las habilidades y competencias de sus alumnos. En la actualidad existen diferentes líneas pedagógicas que permiten que tanto profesores como orientadores, sean capaces de detectar las necesidades educativas especiales y las Altas Capacidades en los alumnos. Una de ellas es el aprendizaje a través de Unidades de Indagación (Diseño Universal de Aprendizaje). Es decir, una vez detectado que el alumno requiere de diferentes necesidades para alcanzar su satisfacción personal y curricular, se trabaja la otra parte más importante; la comunicación y coordinación global entre toda la comunidad educativa, escuela, familia, alumnado y si lo precisa, también con terapeutas o profesionales externos.
En la actualidad existen diferentes líneas pedagógicas que permiten que tanto profesores como orientadores, sean capaces de detectar las necesidades educativas especiales y las Altas Capacidades en los alumnos
Una vez detectadas estas necesidades, desde el centro escolar se propone un plan de actuación adaptado a cada alumno, que puede ir desde: el enriquecimiento curricular que permita ampliar el contenido abordado en el aula por medio de la exploración e investigación dando salida a sus inquietudes intelectuales; hasta la aceleración escolar como medida extraordinaria, para aquellos casos que lo precisan, realizando un análisis previo concreto e individualizado en cada caso.
Así mismo, algunos centros apuestan y desarrollan un modelo de aprendizaje personalizado que atiende a la diversidad y contempla los intereses del alumnado, a través del diseño de actividades de aula que responden a diversos niveles de dificultad, aportando así una respuesta más amplia a las diferentes capacidades. Además, todo ello se refuerza con un trabajo y seguimiento emocional a través de la vida escolar, como puede ser, Consejo de la Infancia o Mediación Escolar, tutorías familiares, reuniones uno a uno con el tutor, asambleas, Escuelas de familias, acogidas y cierres del día.
En conclusión, la educación requiere de un modelo de escuela comprensiva que otorgue a cada alumno las herramientas necesarias para poder desarrollarse, aprender activamente y por descubrimiento con problemas reales ajustados a sus inquietudes y motivaciones personales, y por supuesto, para convertirse en ciudadanos solidarios, cívicos, comprometidos, responsables, autónomos y felices.
Laura García y Yolanda Segura son orientadoras en Mirasur School.