La UFV realiza un taller de impresión digital 3D en Las Rozas por el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia
El director del taller, Fabricio Santos, junto a sus alumnos de arquitectura, Elizabeth Gutiérrez y Daler Álvarez.
El Ayuntamiento de Las Rozas organizó una jornada dedicada al Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Después de realizar una mesa redonda en la que participaron siete mujeres científicas de prestigio con el objetivo de impulsar el papel de la mujer en la Ciencia, los alumnos de distintos centros educativos de la localidad pudieron disfrutar de un taller de fabricación digital 3D organizado por la Universidad Francisco de Vitoria.
Fabricio Santos, director de FAB LAB, junto a Elizabeth Gutiérrez y Daler Álvarez, alumnos de Arquitectura de la UFV, consiguieron que los alumnos de Las Rozas quedaran sorprendidos con la impresión 3D de la silueta facial de uno de los alumnos que estaba entre el público.
Fabricio Santos mostró a los alumnos varios proyectos que se realizaron con esta impresora 3D. Uno de los más importantes fue la fabricación de pantallas de protección para el covid durante la pandemia. También han realizado proyectos con hospitales en ámbitos de investigación científica y sanitaria. Además, Daler Álvarez, alumno de Arquitectura de la UFV, explicó cómo utilizaban este método de impresión para fabricar coches de carreras, imprimiendo las piezas una a una y construyendo el automóvil, entre otras muchas iniciativas.
El director del taller explicó el funcionamiento de esta innovadora máquina y los alumnos pudieron ver vídeos de varios de los proyectos creados gracias a esta impresora digital. Además, Fabricio Santos mostró ejemplos para que los alumnos apreciaran de primera mano el resultado de esta impresión.
En la segunda parte del taller se eligió a una persona del público para hacer una demostración de impresión 3D. Con un escáner, los estudiantes de arquitectura de la UFV copiaron a la perfección las facciones del alumno para luego enviar esa información a la impresora 3D, que emitiría el resultado. En el camino, utilizaron un ordenador con un programa específico para pulir la silueta del contenido que se iba a imprimir, en este caso, la cara del joven.
La impresora tardó unos veinte minutos en replicar una copia exacta de la cara de este alumno en un ejemplar a pequeña escala. Los alumnos pudieron ver el proceso de impresión acercándose a la máquina durante el tiempo estimado. Además, el alumno que se prestó como modelo pudo llevarse a casa el ejemplar.