Explícaselo a un japonés
Estando en Tokio le conté a un grupo de japoneses que en España existe la posibilidad —y relativamente fácil— de vivir en una casa que no sea de tu propiedad, básicamente lo que sería ocupar un vivienda sin permiso del dueño. Haceros la idea cómo es explicarle a alguien que no sea español o que no resida en el país con una característica delincuencial de este calibre y todas sus variantes.
Todos los japoneses, en su civismo tan impecable, pensaban que se debía a una mala traducción, a que la separación de nuestras lenguas no llegaba al núcleo de la cuestión o simplemente no daban crédito al relato que les estaba trasladando. Comprendieron definitivamente cuando les dije con más énfasis pero con sumo respeto: «La casa de mi madre fue ocupada durante diez años sin que pudiéramos hacer nada que no fuera por medios legales; diez años con nuestra casa ocupada, diez años de juicios y diez años sin saber si algún día esa casa que nos pertenece volvería a nuestras manos».
No es que les interese a los ciudadanos tener armas en sí como a los estadounidenses; es que el hecho de tener una licencia, hace que nadie puede okupar tu casa
"En otra ocasión este mismo acontecimiento lo relaté a una chica panameña y su reacción con respecto a esto fue más taxativa: «En Panamá ni el mayor de los delincuentes se plantearía realizar un acto criminal semejante». En España los okupas están legitimados bajo el amparo de la clase política, asociaciones de derechos humanos y otra serie de organismos.
Para que os hagáis una idea de lo que está sucediendo, en España ha aumentado el permiso de licencia de armas como medida antiocupación. No es que les interese a los ciudadanos tener armas en sí como a los estadounidenses; es que el hecho de tener una licencia, por ponerte un ejemplo, de tiro deportivo, hace que nadie puede okupar tu casa.
Literalmente la Guardia Civil expulsaría a los habitantes que han ocupado no porque estén en una casa de la que no son propietarios, sino porque hay un arma que pertenece al dueño de esa casa. Un arma tiene mayor peso en el marco jurídico que una casa en la protección de los ciudadanos. En todos los países existe una metanarrativa, pero está es de las más asombrosas.