¿El presidente menos bélico de la historia?
Donald Trump dirigió Estados Unidos desde las bases de un empresario y a golpe de tuit, pero no como un político. Esto, añadido a otros matices, hizo que sus errores se hicieran notar con más altavoz que sus aciertos, que por cierto fueron muchos. Para Donald Trump todo eran números y beneficios, el resto carecía de interés en su manera de dirigir una nación de calibre, como lo es Estados Unidos.
De todas las obras que hablan y analizan a Donald Trump la más acertada sin dudarlo es La habitación donde sucedió, del exconsejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos John Bolton. John Bolton, republicano y de la vieja escuela, relata en esta obra imprescindible los 14 meses que estuvo trabajando bajo el mandato de Donald Trump como consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos hasta que presentó su dimisión el 10 de septiembre de 2019.
John Bolton precisamente no tiene palabras elogiosas hacia el expresidente Donald Trump. En su obra, a lo largo de más de 500 páginas, relata minuciosamente lo que para él es uno de los presidentes más incompetentes de la historia moderna de los Estados Unidos. Lo que para John Bolton es incompetente, para muchos de los lectores una vez analizada la obra es una virtud.
De todas las obras que hablan y analizan a Donald Trump la más acertada sin dudarlo es 'La habitación donde sucedió', del exconsejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos John Bolton
"Donald Trump detesta la guerra, le espantan los muertos, busca el diálogo sorprendentemente, y esto el ala dura de los republicanos jamás se lo perdonaron… Con Corea del Norte buscó soluciones de manera agotadora para presionar en la desnuclearización del inexpugnable país con el compromiso de eliminar sanciones en la ya maltrecha economía norcorena, llegando a verse en numerosas ocasiones con el dictador norcoreano Kim Jong-un para intentar así llegar a un consenso.
Presionó para que las maniobras que el ejército de Estados Unidos realizan en conjunto con Corea del Sur se redujeran frente a su histórico enemigo, Corea del Norte, en contra de todos los analistas. Con Irán, Donald Trump, impidió que se lanzará un misil, ya que no podía soportar que muriesen 150 iraníes inocentes, no iba a tolerar verlos en bolsas para cadáveres al día siguiente en todos los telediarios del mundo.
En otro acto de osadía Donald Trump mandó a mediar entre Irán y Estados Unidos al primer ministro de Japón, Shinzo Abe, a que por medio de la diplomacia con el presidente Hasán Rohaní rebajara la tensión ya de sobra conocida, y de ese modo poder acercar posturas. Sacó paulatinamente las tropas estadounidenses de Afganistán, de Siria e Irak. Y con respecto a China, Donald Trump obligó a su equipo gubernamental a mantener un discurso neutral sobre cuestiones tan delicadas como las que atañen a la soberanía de Taiwán, Hong Kong o Tíbet, y no entorpecer así las relaciones con su homólogo, Xi Jinping.
John Bolton, el pentágono, varios generales condecorados y la CIA como burócratas inamovibles buscan el continuismo que ha llevado durante décadas Estados Unidos en su afán expansionista
"John Bolton, el pentágono, varios generales condecorados y la CIA como burócratas inamovibles buscan el continuismo que ha llevado durante décadas Estados Unidos en su afán expansionista, pero el indómito de Trump se impuso a todos diciendo que la época de guerra y muerte eran hechos del pasado; él aspiraba, acertadamente, a no mantener elevados aranceles para todos los países en estrecha colaboración, que sus socios europeos invirtieran más en la OTAN y que Estados Unidos no sea el eterno vigilante en responsabilizarse militarmente a lo largo y ancho del planeta de todos los acontecimientos que sucedan, pidiendo Trump más compromiso al resto de naciones.
Pero no todo va a ser elogioso para Donald Trump, ya que utilizó su posición de poder para intereses meramente personales, y su hundimiento nada tiene que ver con adjudicarse a dedo las participaciones de una petrolera o la evasión de impuestos a un paraíso fiscal; es todavía más ridículo. Básicamente una de las mayores estupideces de su carrera política fue pedirle al recién elegido presidente de Ucrania Volodímir Zelenski que investigara a una empresa de su país que había “presuntamente” alterado las elecciones mientras se disputaba su candidatura en el año 2016 frente a su rival demócrata, Hillary Clinton.
El hundimiento de Donald Trump nada tiene que ver con adjudicarse a dedo las participaciones de una petrolera o la evasión de impuestos a un paraíso fiscal
"Según John Bolton, esto que hizo Trump con Zelenski atenta contra varias leyes en Estados Unidos y es claramente un delito, utilizar un interés particular que nada tiene que ver con sus funciones como presidente, y que aparte también afecta de forma directa a los demócratas. Está información sensible procedía de su abogado, Rudy Giuliani, que es él que informó a su cliente, Donald Trump, que una empresa de hackers ubicada en Ucrania había alterado los resultados en favor de los demócratas y en contra de los republicanos.
Trump se tomó esto como algo personal, y aprovechó esta coyuntura para filtrar por medio de su equipo que el hijo de Joe Biden, Hunter Biden, tenía turbios negocios en Ucrania, problemas con las drogas y era consumidor de prostitución. Pero tampoco se las vería mejor con su otro abogado, Michael Cohen, al que le pagó 150.000 dólares para que fueran ingresados a la actriz Stormy Daniels para que no aireara su affaire una década antes, ya que estaba en juego su candidatura a la presidenciales de Estados Unidos en el año 2016. Este último hecho es por lo que va a ser juzgado y probablemente condenado Donald Trump, ya que se consideran pagos ilegales y es una violación de la ley de financiamiento de campaña.
Donald Trump tendrá, como cualquier delincuente ordinario, su huella dactilar en el departamento policial.