El PSOE madrileño propone 200 psicólogos para alumnos con conductas autolesivas
El número tres de la lista del PSOE madrileño a las elecciones del 28M, Esteban Álvarez, cifra en «menos del 0,5% del presupuesto educativo» el coste de esta medida, que permitiría atender los «diez protocolos abiertos por autolisis que tiene de media cada instituto. Algunos han tenido que ingresar, otros no, pero son todos casos graves y ya los hay también en Primaria», explica en una entrevista con Efe.
Tras seis años como presidente de la Asociación de Directores de Institutos de Madrid (Adimad), estima que «cerca del 1% del alumnado madrileño está sufriendo y urge ayudarles», por lo que el PSOE contratará psicólogos educativos «ya el próximo curso» si gana las elecciones, y aunque esta figura todavía no está establecida por el Ministerio de Educación, la mayoría de centros privados y concertados ya tienen psicólogo, porque «son absolutamente necesarios ahora mismo».
Álvarez, que lleva 35 años como profesor de Secundaria, asegura que los institutos madrileños, con 800 a 1.000 alumnos de media, suelen tener «un orientador o uno y medio», frente a la recomendación de la UE de un orientador cada 300 alumnos. «La mitad son pedagogos y, aun cuando son psicólogos, tienen prohibido dar atención psicológica a los alumnos», añade.
Según el protocolo de la Consejería de Educación, estos alumnos «no pueden estar solos en situación de riesgo, como cuando acuden al baño, en los recreos, en los cambios de clase. Pero los centros no tienen personal para cumplir ese protocolo». Asimismo, la coordinación con los centros de salud es «muy complicada porque no tienen recursos suficientes y no pueden atender a los alumnos con la urgencia debida».
El profesor sabe qué «alumnos suyos tienen protocolos. Cuando alguno pide ir al baño, el profesor manda a otro compañero, por privacidad, a solicitar un documento a alguien del equipo directivo», según como tengan acordado. «Esta persona le acompaña al baño y de vuelta a clase. En los recreos es muchísimo más complicado, es imposible estar pendiente. En los cambios de clase, procuramos que el profesor salga el último», explica.
La respuesta de la Comunidad de Madrid fue «crear una unidad con cinco o seis personas para todo Madrid y elaborar protocolos, pero sin dotación económica. El protocolo es burocracia, lleva muchas horas de trabajo y reuniones, y por falta de medios humanos y materiales no está funcionando como debe».