Pablo Borrega: "Es fundamental que nuestros líderes educativos estén comprometidos con la promoción de la inclusión"

El CEO de Habilitips, Pablo Borrega, estará presente en Innovative School Facilities y arrancará la jornada con una conferencia titulada Liderazgo de equipos para dirigir las instituciones educativas del presente y del futuro.

Borrega piensa que un líder debe tener una visión única de la realidad y necesita ser capaz de identificar oportunidades y riesgos con agilidad. Además, debe ser capaz de anticiparse a los cambios y tendencias que se producen en su entorno. «Puede haber liderazgo sin éxito, pero es muy difícil que haya éxito si no hay liderazgo», explica Borrega.

¿Por qué cree que es necesario conocer más sobre el liderazgo de equipos?

–Atravesamos un momento histórico donde estamos abriendo puertas que nos están llevando a territorios completamente inexplorados (Inteligencia Artificial, Web 3, blockchain, metaverso, ciberseguridad, desinformación…) En este contexto, los equipos que entiendan la complejidad, hagan los diagnósticos adecuados y respondan ágil y sosteniblemente a los retos, liderarán sus industrias en los próximos años.

¿Qué papel tiene aquí el liderazgo? En este futuro tan digital y a veces tan confuso, el liderazgo y las personas serán la clave para el éxito de las organizaciones.

Esto lo estamos viviendo intensamente en Habilitips, donde acompañamos a las organizaciones en la atracción y conexión con el mejor talento; diseñamos experiencias de aprendizaje innovadoras; impulsamos equipos híbridos, y co-creamos narrativas que permitan a las empresas e instituciones alcanzar sus objetivos, y acelerar sus procesos de negocios.

¿Qué es para usted el éxito?

–Me gusta mucho el tenis (cuando juego tengo bastante mejor actitud que resultados…no te voy a engañar). El tenista estadounidense Arthur Ashe –que es quién da nombre a la pista central del US Open– decía que “el éxito es un viaje, no un destino”. Me gusta este enfoque porque nos recuerda que no hay una fórmula única para el éxito, y que cada uno, sumando sus ideas, sus experiencias, y sus aprendizajes pueden construir un camino tan válido como otro.

Profesionalmente, para mí éxito es que tu trabajo mejore de alguna forma la vida de los demás.

¿Guarda relación con el liderazgo?

–Yo creo que son inseparables. Por ejemplo, para alcanzar el éxito necesitamos líderes que sean capaces de compartir su visión única de la realidad, y de dibujar un horizonte del que toda la organización quiera formar parte. Esto implica que un líder o una líder debe tener una visión única de la realidad, identificar oportunidades y riesgos con agilidad, entender las dinámicas y la complejidad de su sector, y ser capaces de anticiparse a los cambios y tendencias que se producen en su entorno. Puede haber liderazgo sin éxito, pero es muy difícil que haya éxito si no hay liderazgo.

¿Qué cualidades debe tener un buen líder?

–Esta pregunta es muy personal…Para mí un buen líder o una buena líder debe ser, ante todo, una persona que tenga una motivación sincera por mejorar la vida de los demás y de sus equipos. Y este punto es fundamental. Si la motivación no es sincera simplemente estamos coordinando procesos u organizando recursos. Y al ritmo que vamos, cada vez suena menos lejano que en un futuro estas tareas puedan hacerlas algún tipo de tecnología.

Como decíamos antes, el liderazgo debe aportar una perspectiva única de las cosas, y debemos ser capaces de comunicar esta visión. Y por último, no hay liderazgo sin capacidad para escuchar. La habilidad de escuchar a nuestros equipos, de entender sus preocupaciones, ideas y necesidades, y responder de manera adecuada es fundamental para el éxito de cualquier líder. Si tuviera que resumirlo solo en tres palabras: humildad, visión, e integridad.

¿Cómo podemos vincular el liderazgo con el mundo de la Educación?

–Hace tiempo que superamos el debate sobre alumnos del s. XXI en aulas del s. XIX, y aunque debemos ser ambiciosos y seguir avanzando, ya se trabaja en incorporar herramientas, metodologías y recursos que preparen mejor a nuestros estudiantes. Sin embargo, hay un debate previo que no podemos ignorar: existe una relación directa entre la estabilidad económica de las familias, y el rendimiento académico (y después profesional) de sus hijos e hijas. Además, crisis como las del COVID o la inflación agravan esta situación, y la recuperación no siempre llega al mismo tiempo a todos los hogares.

Yo creo que la primera línea de defensa contra estas desigualdades deben ser unas políticas públicas fuertes y eficaces de apoyo a las familias, y paralelamente, las instituciones educativas sigan trabajando para darle a nuestros estudiantes todas las oportunidades que merecen.

La Educación avanza hacia un modelo cada vez más competencial, la formación profesional afortunadamente está superando viejos clichés (lo que es una magnífica noticia), y aunque todavía queda camino por recorrer, somos poco a poco más permeables a los cambios que se producen a nuestro alrededor.

¿Cuál considero que debe ser aquí el papel del liderazgo? Creo que los equipos directivos de las instituciones educativas deben seguir desempeñando un papel activo y relevante en la promoción y mejora de la Educación en España. Esto implica la creación de comunidades educativas sólidas y cohesionadas, en las que nuestros estudiantes puedan desarrollarse académica y personalmente, así como fomentar una cultura de innovación y colaboración.

¿Cómo puede mejorar la Educación con la incorporación del liderazgo?

–Muy en línea con lo anterior, creo que es fundamental que nuestros líderes educativos estén comprometidos con la promoción de la equidad, la inclusión y la diversidad, adaptándose a las necesidades cambiantes de la sociedad y asegurando el acceso a una Educación de calidad para todos los estudiantes.

Según un estudio de McKinsey, el equipo de dirección es el factor más relevante a nivel de logros de aprendizaje, solo por detrás de los profesores y las profesoras. Este dato te da pistas sobre el impacto del liderazgo en nuestras instituciones educativas.

En resumen: creo que el liderazgo y los equipos directivos deben ser agentes de cambio, que mejoren diariamente la experiencia educativa de nuestros estudiantes, y que respondan con agilidad a los retos del siglo XXI.

¿Con una buena estrategia de liderazgo podemos conseguir un mayor compromiso escolar por parte del alumnado?

–Estoy convencido. Estamos hablando de una estrategia de liderazgo que ayude al alumnado a entender qué se espera de ellos, que les motive, y les prepare para gestionar la incertidumbre; que cree un entorno de colaboración, innovación y de confianza con el profesorado; y que por último impulse una comunidad activa y participativa en torno al centro educativo.

¿Por qué es tan relevante contar con una estrategia de liderazgo? Estamos educando y preparando a nuestros estudiantes para desenvolverse un mundo desconocido, donde muchos de los trabajos del futuro todavía no se han creado (esto lo estamos viviendo ahora con la Inteligencia Artificial), y donde la tecnología jugará un papel decisivo.

Por tanto, si las únicas certezas de futuro son la aceleración, la incertidumbre, y el cambio, es crucial que las organizaciones prioricemos las estrategias de liderazgo, aprendizaje, y personas.

¿Los estudiantes ven en los líderes educativos un ejemplo a seguir de cara a su futuro laboral?

–Creo que esto es algo a lo que deberíamos aspirar, pero que si ocurriera, sería un fenómeno sin precedentes.

De cara a los estudiantes, el rol de los equipos directivos es, en muchas ocasiones, un papel difícil de entender. No dejan de representar a la autoridad, y la rebeldía –bien entendida– no deja de ser una parte importante del desarrollo de los estudiantes.

¿Cree que potenciar las soft skills en el aula debe tener la misma importancia que una asignatura?

–Puede sonar polémico (o que tiro piedras contra mi tejado), pero creo que crear una asignatura específica de soft skills puede lanzar un mensaje equivocado a nuestros estudiantes y a la comunidad educativa.

La Universidad de Harvard calcula que el desarrollo de soft skills –o habilidades blandas– como la comunicación, la creatividad, el trabajo en equipo o el pensamiento crítico son responsables del 85% de nuestro éxito profesional.

Creo que la pregunta que deberíamos hacernos es cómo conseguimos que nuestros estudiantes desarrollen sus soft skills, y que a la vez entiendan su impacto en la resolución de problemas complejos, en su relación con otros estudiantes, en su capacidad para entender el mundo, y en la generación de nuevas ideas que den respuesta a nuevas realidades.

Creo que daremos un paso de gigante cuando seamos capaces de conectar de forma integrada matemáticas, historia, filosofía, o inglés, con inteligencia emocional, comunicación, creatividad, o liderazgo.

Para finalizar, ¿qué le dirías a los líderes educativos que asistirán el próximo 27 de abril al Innovative School Facilities?

–En primer lugar, agradecerles sinceramente su tiempo y su asistencia al evento, desear que se cumplan todas sus expectativas, y por la parte que me toca, que disfrutemos compartiendo nuevas ideas y enfoques.