Cómo trabajar los sinónimos en clase de Primaria
El dominio de los sinónimos refleja, en buena medida, la soltura y el manejo de un idioma concreto. En el caso de los niños, conocer un buen número de palabras con significados idénticos o similares aumenta su capacidad de comunicación.
Ahora bien, no solo los faculta para expresar bien sus ideas, opiniones, emociones y sensaciones. También les ayuda a pensar mucho mejor, no olvides que lo hacemos a través de las palabras. En consecuencia, aumentar el dominio de los sinónimos los hace madurar conceptual y verbalmente.
¿No crees que merece la pena trabajarlo en clase? En paralelo, y poco a poco, tus alumnos empezarán a desenvolverse en la órbita de la precisión y el rigor.
Cuando un peque se refiere en su comunicación a un ‘cacharro’, la ambigüedad es evidente. En cuanto maneje más palabras, podrá diferenciar entre un mueble, un dispositivo electrónico, un accesorio culinario o cualquier otro elemento.
Su capacidad de comunicación y comprensión de la realidad crece de este modo. Si desconoce la palabra correcta, aludirá a su mascota o su animal. Cuando conoce el significado de la palabra ‘cobaya’, aportará máximo rigor a su lenguaje.
Si ya estás convencido de la importancia que tiene trabajar los sinónimos en primaria, necesitas disponer de un buen abanico de recursos para su aprendizaje.
Como siempre ocurre, adecuar el método de enseñanza a las características, preferencias y circunstancias del alumnado es clave para el éxito.A continuación, te proponemos algunos juegos y ejercicios con sinónimos que te ayudarán en tu propósito. Combínalos en función de tus recursos.
1. Series a contrarreloj
Divide a tus alumnos en varios equipos. Tres, cuatro o cinco, según el total de la clase. Deben disponer de papel y boli. Tú necesitas contar con un cronómetro.
La dinámica es ágil y muy fácil. De un listado de palabras sencillas para su edad que previamente has preparado, propón una y pídeles que escriban en su hoja de papel cuantos sinónimos conozcan. Los integrantes de cada grupo han de proponerlas en voz baja para no dar pistas a los otros equipos.
Finalizado el tiempo establecido –uno o dos minutos–, cada grupo lee los suyos. Gana la ronda aquel que ha conseguido el mayor número de ellos, siempre que sean válidos. Los ganadores reciben dos puntos en el juego; en caso de empate, se reparten uno para cada uno. Puedes jugar a cuatro o cinco rondas.
2. Frases cortas de cuento
Selecciona un listado de sinónimos fáciles de recordar para tus alumnos: lo mejor es extraerlos de los cuentos populares que les gustan. Prepara frases y deja un hueco en ellas para que las completen. Como referencia, incluye entre paréntesis dos o tres sinónimos, con el fin de que elijan e incluyan su favorito.
3. ¿Qué ves?
Es un divertido juego de mesa para mayores de cuatro años, muy útil para trabajar la conciencia semántica. Cada participante recibe una carta que debe colocar, sin mirarla, en una diadema situada en su cabeza. Todos la ven salvo él, que debe adivinarla.
Para conseguirlo, ha de hacer preguntas simples que puedan responderse con ‘sí’, ‘no’ o ‘no sé’. El que antes logre identificar su carta gana; para ello, hacer buenas preguntas se convierte en decisivo.
4. Un dos tres, responde otra vez
¿Recuerdas este legendario concurso de televisión de los setenta y los ochenta? En la fase inicial, por parejas, los concursantes debían responder series de palabras sobre un tema o una pregunta concretos.
Aprovecha esa dinámica. Lanza una palabra madre, adaptada a su nivel, y pide a tus pupilos que, uno a uno, vayan acuñando un sinónimo o término muy parecido. Hazlo por orden de sitio: el que falla, queda eliminado hasta la siguiente ronda.
Es una dinámica ágil y muy estimulante, seguro que les gusta y aprenden un montón.
5. Crucigramas
Efectivamente, estos pasatiempos clásicos continúan siendo recursos estupendos para ampliar el vocabulario. Es importante contar con formatos y contenidos adecuados al nivel de la clase, en Internet encontrarás referencias.
Puedes mandarlos como deberes originales para casa, hacerlos en el aula e incluso montar una pequeña competición. Quien termina primero, gana.
La imaginación es tu mejor aliada para estimular a tus alumnos. En Magisterio ponemos a tu alcance recursos útiles para trabajar el lenguaje en clase. Piensa también en otras fórmulas adicionales como las palabras encadenadas y los dictados con sinónimos. ¡Crea tus propios métodos!
No lo dudes: trabajar así los sinónimos hará que tus estudiantes mejoren su vocabulario, su precisión y su capacidad de pensar. ¡Cuéntanos tus experiencias y danos tu opinión sobre este tema!