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¿Dónde están los árboles y las sombras en los colegios?

Una sombra en verano, más luz natural, espacios amplios y ventilación cruzada son "irrenunciables" en un centro educativo, pero la arquitectura y el diseño caen muchas veces en el olvido y se impone el ahorro económico sobre el confort y la salud de los usuarios, un asunto que se agrava por el impacto del cambio climático y las cada vez más recurrentes olas de calor.
EfeLunes, 26 de junio de 2023
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Los arquitectos Josep María Fabregat y Pablo Olalquiaga explican a Efe que no son necesarias grandes inversiones para mejorar la construcción o remodelación de estos espacios, pero afirman que en las licitaciones públicas prima lo económico y, en consecuencia, no ganan siempre los mejores proyectos. En el caso de España, la media de antigüedad de los colegios públicos de infantil, primaria y secundaria -más de 34.000- supera los 25 años, es decir, fueron construidos antes de que existieran criterios de eficiencia energética y han tenido un escaso mantenimiento.

«En España, con proyectos estupendos y otros más dudosos, muchas veces se acaba eligiendo lo económicamente más beneficioso cuando con un poco más de inversión hay mucho retorno», añade Olalquiaga, vicedecano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), que apuesta por un diseño «equilibrado, funcional y amable». En este sentido, opina que las administraciones son «sensibles a la mejora de los programas educativos, la formación del profesorado etcétera, pero se echa en falta la atención al espacio, sería bueno un decálogo de cuestiones irrenunciables. Por ejemplo, una sombra en verano, un cobijo en invierno, luz natural, ventilación cruzada, espacios generosos… todo lo cual redunda en que el lugar sea más saludable y confortable para sus usuarios».

Históricamente, añade, «se ha estado más pendiente de que el colegio dure, las esquinas tengan protectores, que en los patios no haya jardines ni árboles porque son elementos que tienen más mantenimiento…». En el mismo sentido, Josep María Fabregat explica que los arquitectos luchan en cada ocasión por incorporar la variable medioambiental en los colegios, que encarece el proyecto en torno a un 15%.

Pese a las evidencias del impacto del cambio climático, «estamos llegando tarde, yendo a remolque», añade Fabregat, cuyo estudio ha ejecutado centros escolares que han obtenido reconocimientos por su innovación y sostenibilidad en Cataluña. A juicio del socio fundador de Fabregat & Fabregat, se plantea con «excesiva frecuencia la falsa discrepancia» de que no se puede pagar un 15% más cuando «a medio-largo plazo el coste será muy superior. Tenemos que cambiar la mentalidad de que el vector primordial es el económico. Hay que dar el paso de invertir las prioridades».

Por ejemplo, se pregunta, ¿qué habría pasado si hace 50 o 80 años se hubiera aplicado en serio la supresión de las barreras arquitectónicas, en lugar de hace apenas dos décadas? Nos habríamos ahorrado mucho dinero en remodelar y adaptar edificios y espacios urbanos. Hacer las cosas bien tiene un coste inferior a tener que remendarlas».

¿Faltan árboles en los centros? "Sí, faltan muchísimos árboles y vegetación. Uno de los motivos por los que se ponen tan pocos es que implica tener un cuidado, lo cual supone un coste de mantenimiento", subraya Fabregat

¿Faltan árboles en los centros? «Sí, faltan muchísimos árboles y vegetación. Uno de los motivos por los que se ponen tan pocos es que implica tener un cuidado, lo cual supone un coste de mantenimiento», subraya Fabregat. Igual que el vicedecano del COAM, apuesta por una buena ventilación forzada y medidas que favorezcan la protección térmica. «Si cogemos un edificio y le ponemos una gran manta que lo proteja del calor o del frío, pues probablemente incluso no haga falta ni la calefacción en invierno».

Los proyectos de su estudio siguen la metodología BIM (Building Information Modelling), basada en la sostenibilidad, el menor impacto ambiental, la industrialización y la personalización. Una de sus premisas, junto a la comunicación horizontal constante entre todos los agentes implicados en el proyecto, es el empleo de la madera, cuya huella ecológica oscila de entre 114 y 120 kilos de CO2 por metro cuadrado construido frente a materiales como el hormigón, unos 800 kilos por metro cuadrado.

Los alumnos solo estudian en condiciones adecuadas de confort durante un 16% del tiempo que pasan en los centros escolares y ocho de cada diez se han tenido que proteger del frío alguna vez o han usado ventiladores para soportar el calor, según un reciente estudio del movimiento Escuelas Renovadas, apoyado por organizaciones como Ecodes, Aldeas Infantiles y Revuelta Escolar.

Basado en las respuestas de un millar de familias y más 200 profesores y directores de centros públicos, este estudio refleja que más del 90% de los profesores afirma que es mejorable la calidad del sistema de calefacción, el aislamiento térmico de su edificio y el aislamiento acústico (correcto cierre de las puertas y las ventanas para aislar de ruidos las salas).

Por otro lado, las familias explican que hasta el 82% de los alumnos han tenido que protegerse del frío alguna vez y el 85% utilizar ventiladores o refrescarse, y que el 58% han tenido que cambiarse de clase debido a temperaturas extremas de frío o calor.

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