Diez medidas para la integración sociolaboral de los jóvenes que crecen en el sistema de protección
Según Aldeas Infantiles SOS, "el momento de dejar atrás el acogimiento debe ser contemplado como un paso más en el marco de la políticas de protección a la infancia".
Más de 48.000 niños, niñas y adolescentes en España crecen en el sistema de protección. Un total de 3.684 cumplieron la mayoría de edad el pasado año, lo que automáticamente supone el cese de la medida de acogimiento y marca el inicio de su independencia. Sin redes familiares que les sirvan de apoyo para continuar con sus estudios y sin ayudas sociales, su integración social y laboral es muy complicada. Lo habitual es que tengan que enfrentarse a un tránsito breve y acelerado a la etapa adulta con solo 18 años, lo que los sitúa en una clara desventaja respecto al resto de jóvenes y contribuye a su distanciamiento del sistema educativo y del mercado laboral, convirtiéndolos en uno de los grupos más vulnerables de la sociedad.
Con motivo del Día Internacional de la Juventud, que se celebra el 12 de agosto, Aldeas Infantiles SOS recuerda que «No basta con alimentar, educar y proteger al niño o niña durante su acogimiento, es necesario procurar su desarrollo integral con vistas a su plena integración en la sociedad». Por ello, consideran que «El momento de dejar atrás el acogimiento debe ser contemplado como un paso más en el marco de la políticas de protección a la infancia, en una etapa más tanto para los y las jóvenes que deben emanciparse como para los profesionales de su cuidado».
A través de sus Programas de Jóvenes, la organización lleva más de 50 años acompañando a chicos y chicas que han crecido en sistema de protección o se encuentran en situación de vulnerabilidad y que, al cumplir la mayoría de edad, necesitan ayuda para completar su independencia. En el último año la organización atendió a un total de 1.430 chicos y chicas.
El trabajo comienza cuando aun son adolescentes, a través del Proyecto Tránsito a la Vida Adulta, en el que se prepara su Proyecto de Vida, una hoja de ruta en la que se plantean sus alternativas de futuro, y se realizan talleres de formación para desarrollar competencias y aprender a desenvolverse en cuestiones del día a día.
Tras cumplir la mayoría de edad, mediante el Proyecto de Autonomía se les proporciona alojamiento, acompañamiento y apoyo económico. Asimismo, se les ayuda con gestiones administrativas y se les continua brindando orientación académica y laboral. Además, Aldeas cuenta con un Programa de Becas para ayudar a aquellos jóvenes que deciden retomar sus estudios. En 2022, un total de 187 jóvenes participaron en este proyecto.
El Programa también cuenta con un Servicio de Empleo que les ofrece información, asesoramiento y capacitación en la búsqueda de trabajo, así como seguimiento de sus procesos formativos y laborales. El pasado año, se atendió a 271 chicos y chicas.
Una vez que los chicos y chicas alcanzan la independencia, a través del Proyecto de Emancipación, Aldeas continúa facilitándoles apoyos puntuales de diversos ámbitos en función de sus necesidades particulares: económicos, psicológicos, ayuda en la búsqueda de empleo, etc. Un total de 893 jóvenes recibieron este apoyo en 2022.
Aldeas Infantiles SOS también cuenta con dos Talleres profesionales de automoción y de cocina dirigidos a jóvenes de 16 a 18 años que, por diferentes motivos, han abandonado el sistema educativo y se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Al concluir la formación, realizan 120 horas de prácticas que les permiten tener una primera experiencia laboral y, en muchos casos, acceder a su primer empleo.
En base a esta experiencia, la organización propone las siguientes medidas para mejorar la salida de los y las jóvenes del sistema de protección:
- El interés superior del niño o niña ha de ser el principio fundamental en la toma de decisiones sobre su emancipación.
- Debe tenerse en consideración el género, la edad, el grado de madurez y las circunstancias particulares en cada decisión.
- Debemos garantizar el derecho a la participación de los jóvenes en la planificación de su salida del sistema de protección y asegurar que esta se realiza de forma gradual.
- La preparación para la transición a la vida independiente debe comenzar como mínimo dos años antes de alcanzar la mayoría de edad.
- Asignar a cada joven, siempre que sea posible, un educador/a de referencia que le acompañe en su camino a la independencia.
- Ofrecerles oportunidades de educación y formación profesional, así como acceso a servicios sociales, jurídicos y de salud, y una asistencia financiera adecuada.
- Homogeneizar las ayudas, los servicios y los apoyos que reciben los y las jóvenes que han crecido en el sistema de protección en las distintas comunidades autónomas.
- Formar y capacitar a los profesionales tanto de los servicios sociales como del ámbito educativo en la transición a la vida independiente.
- Permitir que los jóvenes con necesidades especiales opten a servicios de apoyo que les permitan evitar una institucionalización innecesaria al llegar a la mayoría de edad.
- Alentar a los sectores público y privado a emplear a los y las jóvenes que crecen en el sistema de protección con el fin de garantizar que cuenten con las mismas oportunidades que cualquier chico o chica de su edad.