¿Se está convirtiendo el Máster de Formación del Profesorado en un negocio? Este mes de agosto, esta formación ha vuelto a la palestra, después de que una madre y profesora de instituto, Sara Gómez, escribiera una carta a la directora de El País lamentando que su hijo, que quiere seguir sus pasos, se haya quedado fuera de todos los másteres públicos de Andalucía, por las plazas insuficientes, y esté abocado a irse a la privada, lo que les supondrá un desembolso de entre 6.500 y 8.000 euros, cuando en la pública este máster puede cursarse por menos de 1.000 euros.
Esta vez ha sido una carta al director, que se ha vuelto viral, pero el lamento de Sara Gómez no hace sino repetir lo que cada curso nos recuerdan los sindicatos: las plazas públicas no son suficientes para absorber la demanda. Sin ir más lejos, este año CCOO criticaba que el Máster del Profesorado de la Universidad de las Illes Balears (UIB) es inaccesible y condena a muchos estudiantes a renunciar a su vocación docente. El curso pasado, ocho de cada diez alumnos que solicitaron una plaza del máster no la lograron y «a pesar de ello, la UIB no ha aumentado el número de plazas», condenaba CCOO.
Pasa en Baleares, pasa en Canarias (300 plazas para 1.209 preinscritos) y pasa en la Península. Este curso, pero también el pasado, y el anterior. Cada año se matriculan en el máster entre 45.000 y 50.000 alumnos, que son muchos, pero también muchos se quedan fuera.
¿Deberían aumentar sus plazas las universidades públicas? ¿Se está convirtiendo el Máster de Secundaria en un negocio?
Para Jesús Manso, decano de la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la UAM, en el caso de las universidades públicas, en general, «el límite para no ofrecer más plazas lo marca el número de profesores que tenemos para poder dar esas clases: tantos profesores tenemos en las facultades, tantos estudiantes del Máster de Secundaria podemos asumir». «Si en el módulo genérico tenemos cinco grupos, de 50 alumnos cada grupo, y queremos abrir otro grupo más de 50 alumnos, tendríamos que contratar a tres o cuatro profesores más ¿Habría posibilidad de hacer contrataciones de esos profesores extra? Sí, pero eso conlleva procesos largos, una mayor inversión por parte de la universidad, y si no sigue el máster ¿qué pasa con esos profesores? En general, hay una tendencia a no contratar más profesores para el Máster de Secundaria. El límite de capacidad docente de las universidades públicas marca el número de alumnos que podemos formar».
¿Se está convirtiendo el Máster de Secundaria en un negocio? «Yo no haría esa afirmación, pero sí es evidente que hay demanda, hay una necesidad que cubrir, y, por tanto, en parte, hay mercado para las universidades privadas».
Para Carmen Fernández Morante, profesora de la Universidad de Educación de la Universidad de Santiago de Compostela y presidenta de la Conferencia de Decanos y Decanas de Educación entre 2018 y 2022, sí que se puede hablar de negocio, «sobre todo en la privada con ánimo de lucro y en formato virtual«. Algo, que para ella está muy alejada de una formación de calidad para los futuros docentes: «La formación docente en formato virtual no es adecuada, lo cual no quiere decir que pueda haber unos formatos híbridos, y que algunos conocimientos más teóricos no se puedan trabajar de forma online o semipresencial». La pública, a su juicio «no puede responder a esta dinámica mercantilista». «Nuestro objetivo es otro: la calidad y formar a los mejores maestros», proclama.
La oferta en la privada no ha dejado de aumentar, hasta superar a la oferta de la pública. De la oferta de la privada, además, más de un tercio ya es online. Sin embargo, Fernández Morante considera que el máster ya era un negocio cuando nació. «El máster de Secundaria se convirtió en un negocio a partir de su transformación, hace 15 años. Lo que tuvo muchísimas ventajas, al ser un título de un año de duración, con un contenido práctico importante, aun así para mí insuficiente, se ha convertido en un negocio».
¿Por qué razones? «La primera, porque es un máster profesionalizante y necesario para ejercer y, por tanto, hay una amplia demanda. La segunda, porque muchas universidades privadas lo ofrecen de manera completamente online, con lo cual resulta mucho más fácil cursarlo para personas que trabajan, que están en activo o en otros contextos», formula Fernández Morante.
Radicalmente contraria a que un maestro se pueda formar solo online –»las competencias básicas del maestro o algunos de los procedimientos didácticos fundamentales, como la creación de materiales o el diagnóstico pedagógico no se pueden formar completamente online»– reconoce que la formación online tiene una demanda altísima: «El número de plazas está descontrolado, en los últimos 10 años crece exponencialmente cada año, del orden de 6.000 plazas nuevas más cada año. Es algo que solo ocurre en los títulos de Educación y está claramente vinculado a instituciones con ánimo de lucro, algunas de las cuales incluso pertenecen a fondos que cotizan en Bolsa, y no con instituciones centradas en la formación de profesorado».
La profesora apunta que no todas las universidades privadas son iguales, que también las hay que ofrecen el título con calidad y sin ánimo de lucro, pero relata cómo esta dinámica está sometiendo a una enorme presión a la universidad pública. Sin embargo, no considera que se deban ampliar las plazas públicas y, nuevamente expone sus motivos: «En primer lugar, porque debe ser una oferta alineada con la necesidad, dentro de un proceso de revisión constante, con cierto margen. En segundo lugar, porque esta profesión, a mi juicio, requiere seleccionar a los más idóneos«. Ese número de plazas, en realidad, no es necesario, pues el sistema educativo no puede absorber tantos nuevos profesores. «La cuestión es por qué razón tantos futuros estudiantes deciden realizar estos estudios. Quizá porque es una titulación que se entiende que es barata, pero probablemente si este título tuviera un procedimiento de selección de admisión, como hemos dicho y existe en otros países, la demanda se reduciría». Así, en las 24 propuestas de mejora para la reforma de la profesión docente el Ministerio de Educación incluye «valorar la posibilidad de establecer una prueba de acceso al Máster de formación del profesorado».
La máxima calidad en la formación a la que debe aspirar la universidad pública también requiere «ratios adecuadas que permitan ejercitar en contextos reales las competencias profesionales», prosigue Fernández Morante. «Esta alta demanda y esta oferta de plazas también está generando unas distorsiones altísimas en el sistema, porque estos títulos tienen una carga de prácticas de casi el 22% del título, y esto requiere que el sistema educativo asuma a este elevadísimo número de alumnos, entre 45.000 y 50.000 alumnos matriculados en el Máster de Secundaria cada año. Y el sistema educativo no puede absorber todos estos alumnos en prácticas».
A esto se suma, de nuevo, la competencia desleal de la oferta privada virtual: «Está generando grandes problemas a las universidades públicas, pues [la privada online] realiza conciertos deslocalizando al alumnado». Esto ha supuesto, concluye, que en comunidades como el País Vasco se haya tenido que regular que solo el alumnado de las universidades vascas pueda realizar prácticas en centros educativos públicos vascos como una manera de poner coto a esta competencia desleal.
