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Una docena de colegios mayores no mixtos se reconvertirán este curso para cumplir la ley

La LOSU prohíbe que los colegios exclusivamente masculinos o femeninos estén adscritos a una universidad pública. La mayoría pasarán a ser mixtos, otros dependerán de universidades privadas u optarán por otras vías.
Marina SeguraMartes, 29 de agosto de 2023
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Los colegios mayores "Elías Ahuja" –masculino– y "Santa Mónica" –femenino–, donde se produjeron los cánticos machistas el curso pasado.

Una docena de colegios mayores adscritos a universidades públicas que hoy segregan por sexo, masculinos y femeninos, se reconvertirán en mixtos durante este año académico 2023-24 y otros tantos lo harán en los siguientes dos cursos para cumplir la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU).

La ley, que entró en vigor en abril pasado, prohíbe que los colegios mayores con un régimen no mixto dependan de una universidad pública a consecuencia de la incorporación al texto de una enmienda de Más País pactada con el PSOE tras el episodio de los cánticos machistas en el colegio mayor «Elías Ahuja» de Madrid –masculino– en 2022.

La previsión es que al final del curso que comienza unos 10-12 ya se hayan reconvertido, y dentro de dos cursos otros tantos lo hagan también; el resto quizá se adscriban a universidades privadas o tomarán otras decisiones, calcula el Consejo de Colegios Mayores Universitarios de España.

En una entrevista con Efe, su presidente, Juan Muñoz, recuerda que aquellos centros no mixtos con un convenio vigente a la entrada de la nueva ley podrán mantenerse hasta su vencimiento, pero no renovarse.

El número de colegios mayores masculinos o femeninos afectados por la LOSU por tanto adscritos a universidades públicas–, se elevan a 42 en el Consejo, la organización mayoritaria del sector con aproximadamente 110 asociados y en torno a 15.000 alumnos.

Primer aniversario de la Ley de Convivencia Universitaria

Algo más de un año después de la entrada en vigor de la Ley de Convivencia Universitaria, donde se regula y sancionan asuntos como el de las novatadas, Muñoz opina que «la experiencia ha sido positiva, porque nos ha dado un marco jurídico más claro del que teníamos antes»; «ha obligado a mucha gente» a evaluar de nuevo sus normas de régimen interno.

En cuanto a las novatadas explica que «se están aplicando los regímenes sancionadores de una manera muy clara», aunque son unas prácticas que no han desaparecido ni de los colegios mayores ni en la sociedad en general, pese al avance de la concienciación, añade.

La salud mental, una preocupación

Este año, el Consejo ha organizado un curso para formar a los equipos directivos de los colegios mayores para afrontar los problemas de salud mental entre los jóvenes universitarios, que llevan detectando desde tiempo atrás.

Por ejemplo, hay necesidad de atención psicológica ante crisis de adaptación: «La gente sale de su casa, de una ciudad más pequeña, de un entorno muy seguro» a lugares a veces muy competitivos y «ahí se requieren unas necesidades de adaptación importantes». También han registrado casos de depresión, de trastornos de alimentación etc.

El colegio mayor que dirige el propio Muñoz, Chaminade –adscrito a la Complutense– tiene un convenio suscrito con el servicio especializado en salud mental de esta universidad pública; otras tienen psicólogos en plantilla y otros poseen servicios equivalentes.

Ocupación a casi el 100% de su capacidad

Por estas fechas, la ocupación en la mayoría de los colegios mayores es prácticamente del 100% –sobre todo en los ubicados en ciudades grandes–, pese a la competencia con las residencias universitarias durante los últimos años, impulsadas en muchos casos por fondos de inversión y grandes inversores.

Es uno de los factores, aunque no el único, de que hayan desaparecido una decena de colegios mayores en los últimos años, con la pérdida de un millar de alumnos –hoy suman 15.000 –.

«La aparición de las residencias es un problema relativo para nosotros porque somos otra cosa distinta (…); una residencia universitaria es fundamentalmente un centro hotelero. Nosotros somos un centro universitario, en donde además de alojamiento, la gente viene a vivir un proceso de convivencia y de formación».

En el caso de los siete u ocho colegios mayores que han tenido que echar el cierre, «muchas veces» se ha debido a que pertenecían a órdenes religiosas que se han quedado sin personal suficiente para atender a los usuarios; estaban en las afueras de las ciudades «donde es más difícil llenar» o bien eran de pequeño tamaño, lo que complica su viabilidad económica.

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