100.000 niños afectados en el terremoto de Marruecos
La organización también ha habilitado tiendas de campaña en Ait Ourir, una localidad a 30 kilómetros de Marrakech, para acoger a 50 familias desplazadas que han perdido sus hogares.
Seis días después, el devastador terremoto en Marruecos sigue cobrándose víctimas, con más de 3.000 muertos y 6.000 heridos. Además, se estima que 300.000 personas se han visto afectadas, entre ellas alrededor de 100.000 niños y niñas. En las zonas cercanas al epicentro del terremoto, Aldeas Infantiles SOS está brindando ayuda humanitaria y proporcionando asistencia a las víctimas, incluyendo suministros médicos, mantas, alimentos y otros bienes de primera necesidad.
«Ayer entregamos en Marrakech tres camiones llenos de ropa nueva, zapatos, mantas, colchones, alimentos no perecederos y productos de higiene. Un cuarto camión fue entregado a la Fundación Mohammed V en Taroudant, encargada de la distribución de la ayuda en esta zona tan afectada. Y hoy llegará un nuevo camión con alimentos como agua, harina o cereales», cuenta Samya El Mousti, directora nacional de Aldeas Infantiles SOS en Marruecos.
La organización también está trabajando en colaboración con otros socios locales preparando comidas y distribuyéndolas entre aquellas familias con niños y niñas que se han quedado sin hogar.
Además, la Aldea Infantil SOS de Ait Ourir, la más cercana al epicentro del terremoto, a tan solo 30 kilómetros de Marrakech, se prepara para acoger a 50 familias desplazadas. Se han levantado tiendas de campaña equipadas con camas, botiquines médicos y kits de higiene para acogerlos en las mejores condiciones posibles y satisfacer sus necesidades inmediatas.
“Para hoy se esperan tormentas, algo que puede aumentar el riesgo de las personas que han perdido sus hogares y que también podría dañar los suministros y bienes que les hemos entregado. No olvidemos que, además, sigue habiendo muchas personas durmiendo al aire libre por temor a una nueva réplica”, explican desde la organización.
La ayuda ofrecida por Aldeas Infantiles SOS forma parte de un programa de respuesta a emergencias puesto en marcha tras el terremoto con el fin de abordar las necesidades de las familias y de los niños y niñas afectados. La organización brindará apoyo psicosocial a las víctimas, atenderá sus necesidades básicas de alimentación e higiene, ayudará a los niños y niñas separados de sus padres a reunirse con sus familias y ofrecerá cuidado alternativo provisional a aquellos que se encuentren solos.
“Durante las emergencias, los niños y niñas que han perdido el cuidado de sus padres son siempre los más vulnerables, por lo que el apoyo psicológico será fundamental para ayudarles tanto a ellos como a sus familias a procesar esta experiencia traumática”, explica Samya El Mousti.
Aldeas Infantiles SOS trabajará en estrecha colaboración con las autoridades locales, otras organizaciones humanitarias así como líderes comunitarios para coordinar esfuerzos de manera efectiva y garantizar una respuesta eficaz e inmediata.
Presentes desde 1985
Aldeas Infantiles SOS está presente en Marruecos desde 1985 y cuenta en la actualidad con varios programas de protección infantil y fortalecimiento familiar, en los que brinda su apoyo a más de 2.000 niños y niñas.
“Seis días después del terremoto, los niños y niñas de la Aldea Infantil SOS de Ait Ourir siguen muy conmocionados y algunos tienen miedo y se niegan a regresar a sus hogares. Hemos puesto a su disposición cuatro psicólogos y dos voluntarios que les están dando el apoyo psicológico y emocional que necesitan», afirma la directora nacional de la organización en Marruecos.También explica que las primeras horas son clave, ya que los terremotos pueden provocar miedo, ansiedad y un posible trastorno de estrés postraumático. “Es esencial proporcionar espacios seguros, acompañamiento emocional e intervención temprana para ayudarles a afrontar estos efectos psicológicos”, añade.
Aldeas Infantiles SOS hace un llamamiento humanitario para movilizar recursos y apoyo de sus socios y donantes con el fin de cubrir las necesidades urgentes ocasionadas por el terremoto y ayudar a los niños y niñas afectados.