Cómo hacer un cómic en clase
Utilizar cómics en el aula es una estrategia pedagógica valiosa que fomenta el aprendizaje activo y significativo. Los cómics enriquecen la experiencia educativa al estimular la creatividad, mejorar las habilidades de lectura y proporcionar una plataforma interactiva para el aprendizaje.
- Suponen un estímulo visual importante: como mezclan imágenes y texto, captan la atención de los estudiantes y los hacen participar más en su proceso de aprendizaje.
- Fomentan la comprensión lectora: como requieren una atención plena, hacen que entiendan mejor las relaciones entre viñetas y textos, además de su capacidad de concentración.
- Combinan distintas habilidades: para leerlos bien, deben tener capacidad de resumir, interpretar visualmente y leer a la misma vez. Todo esto, de una manera sencilla y progresiva.
- Son un recurso muy creativo: cuando son ellos quienes los crean (después veremos cómo) fomentarás su imaginación y la expresión de sus ideas.
Conviene que veas las partes de un tebeo para que puedas explicarlas en una clase inicial. Intenta también generar interés en este recurso por parte de tus estudiantes para que se sumen a los ejercicios que veremos después:
- Portada: es la primera página de la historia y suele ser la que más incluye imágenes y títulos que muestran un pequeño resumen de lo que se encontrarán.
- Páginas centrales: cuentan los hechos que suceden para desarrollar toda la trama de un modo distendido y ameno.
- Viñetas: son cada uno de los recuadros que tienen las imágenes y diálogos. Están siempre ordenados en secuencia, y suele ser de izquierda a derecha y de arriba a abajo.
- Bocadillos: contienen todos los diálogos y pensamientos de los personajes, lo que posiciona al narrador como omnipresente y en tercera persona (generalmente).
- Onomatopeyas: imitan los sonidos y añaden distintos efectos auditivos a la historia. Están en bocadillos con líneas chocantes entre sí para reflejar una pausa breve en la narración.
- Efectos visuales: pueden ser líneas de movimiento o sombreados, y agregan dinamismo y profundidad a cada una de las imágenes del cómic.
- Cierre: es la página (aunque pueden ser varias) que resume lo que ha sucedido y da un final a la historia, aunque puede dejarla abierta si el autor lo desea.
Vista la teoría y la importancia de aplicar esta dinámica, veamos cómo puedes llevarla a la realidad en tus clases. Nuestro consejo es que acompañes a tus alumnos durante todo el proceso creativo para que no se sientan frustrados al quedarse sin ideas.
1. Transformar un poema en un cómic
Pídeles a tus alumnos que seleccionen un poema sencillo del que puedan adaptar su contenido. Esto les ayudará a entender cómo es el estilo propio del tebeo, por ejemplo, el dinamismo y el enfoque distendido. Deberán crear personajes que sean coherentes con ambos formatos, es decir, que se queden a medio camino.
Durante el proceso, acompáñales para que logren reflejar el tono y el ambiente mediante las ilustraciones, que deberán hacer de cero porque las composiciones literarias no suelen tener. Esto les obligará a ser todavía más creativos, que es lo que buscamos.
2. Hacer un tebeo de una situación satírica
Invítales a elegir una situación satírica actual (evitando siempre temas polémicos) y expresarla a través de un tebeo. Deben crear personajes que representen la situación y desarrollar una trama divertida que exagere los aspectos cómicos de la situación. Los bocadillos y las expresiones faciales deben mostrar un tomo muy humorístico.
Como adoptarán un estilo caricaturesco, caerán en la sátira con mayor libertad. Eso sí, explícales que el mensaje que deben transmitir debe ser claro y conciso, sin caer en adornos que desvíen el tema (es un error común).
3. Contar una anécdota personal en cómic
En todo momento, han de escoger una anécdota personal y compartirla con la clase. Luego, deben transformarla en un tebeo para que puedan ponerse a sí mismos como protagonistas. El resto de personas serán actores secundarios, o así se lo deberías transmitir a tus estudiantes para que se interesen más.
Cada uno de los bocadillos debe reflejar los diálogos y pensamientos de manera real, como hicieron ellos.
Esperamos haberte dado una nueva visión sobre un formato tan apasionante, enriquecedor y original como este. Después de todo, el paso de los años puede haberlo dejado en un cierto olvido, pero todavía podemos retomarlo en las aulas. En este caso, eres tú quien tiene la capacidad de hacerlo, y nosotros lo veremos.
¿Qué otras actividades para hacer un cómic en clase conoces? ¡Cuéntanos en los comentarios y te leeremos!