Consejos para corregir trabajos escritos de Lengua
Ciertamente, las ideas no son propiedad exclusiva de nadie: sirven a cuantos las aprovechan. Ahora bien, en el ámbito académico resulta ilícito fusilar el trabajo ajeno para apropiarse de él.
Una cosa es inspirarse y avanzar desde los contenidos de otros y otra muy distinta hacerlos pasar por propios. Podemos definir el plagio como el uso de ideas o palabras de otros como si fueran de uno mismo.
Hay una frase muy reveladora que debes aplicar durante la revisión de textos. No está clara su atribución, quizás la pronunció Victor Hugo: «En el arte, el robo solo está permitido cuando va seguido de asesinato». Es decir, se admite aprovechar lo ajeno para crear algo nuevo, superior o diferente.
El plagio ha aumentado muchísimo en los últimos años; lo hace cada vez más, conforme se amplían las opciones tecnológicas. En el Reino Unido, por ejemplo, 50 000 estudiantes han sido acusados de ello en el último trienio. No hay estadísticas en España, pero no serán muy diferentes.
Tipos de plagios realizados por alumnos
En realidad, pueden ser voluntarios o involuntarios. A veces es el desconocimiento o la inexperiencia los que los provocan. Otras, una decisión consciente de apropiación en beneficio propio.
Estas son las principales manifestaciones en el ámbito académico:
- Entregar un ensayo o contenido de otro como propio
- Copiar palabras o ideas sin darles el crédito preciso
- No incluir las citaciones entre comillas
- Aportar información incorrecta sobre las fuentes de la citación
- Copiar la estructura de párrafos y frases, aunque se cambie el orden de las palabras
- Repetir excesivos términos o ideas de una misma fuente, sin dar crédito a la autoría
- Autoplagio. Presentar como original un trabajo previamente realizado por el propio alumno
Plagiar es deshonesto y, además, frena el desarrollo personal de tus alumnos. En Lengua, por ejemplo al hacer redacciones o comentarios de texto, impide generar ideas propias y anquilosa la creatividad.
No es fácil frenar las tendencias sociales, pero puedes dar algunos pasos en la dirección correcta. Entre otros:
- Explicar abiertamente qué es el plagio y por qué es injusto, y contraproducente, aplicarlo
- Reunirte con los padres para explicar estas mismas ideas
- Plantear ejercicios muy concretos y únicos. Por ejemplo, cuando pides hacer una redacción sobre la última excursión realizada, en vez de optar por un tema general
- Cambia las actividades de un curso a otro
- Da ejemplo. Cuando utilizas recursos y contenidos ajenos, sé cuidadoso y aplica el mismo rigor que les estás pidiendo a ellos
- Fomenta la realización de trabajos en el aula. Así puedes estar al tanto de cómo trabajan –y copian o no– tus pupilos
- Utiliza algún tipo de software para detectar los plagios
Para aumentar tu tranquilidad, debes saber que más del 90 % de los alumnos son honestos. Por ellos, es tan importante asegurarte de que todos los demás cumplen las reglas.
En cualquier caso, nunca acuses a nadie de haber copiado si no tienes evidencias. Es mejor ser garantista: vale más no condenar a un culpable que castigar a un inocente.
La labor contra el copiado es similar a la mejora de la caligrafía: hay que abordarla cuanto antes. Asimismo, cuando enseñamos a escribir mejor –por ejemplo al practicar la reducción de textos– hemos de aprovechar para aumentar la sensibilidad. Hay que sembrar cuanto antes, e ir regando permanentemente en la dirección apropiada.
Con todo, no seas ingenuo. Antes o después te encontrarás con uno o más intentos de colarte trabajos plagiados.
En la actualidad, existen softwares y recursos tecnológicos que te ayudan a detectarlos. En el ámbito universitario son cada vez más empleados por el profesorado. En Secundaria, sobre todo, te aportarán muchísimo.
4 programas gratuitos para detectar plagios en textos
Las diferentes universidades suelen contar con opciones de pago. Sin embargo, estas herramientas gratis son estupendas opciones para iniciarte en este campo de la revisión de textos:
- Plag.es. Es un detector con capacidad para chequear miles de millones de webs, libros, artículos, textos y publicaciones.
- Viper. Aunque es una solución de pago, cuenta con una variante gratuita. Con ella, podrás, escanear un documento de hasta 30 000 palabras por semana.
- PlagTracker. Comprueba cada documento con una base de datos de 14.000 sitios web.
- Plagium. Es un comprobador de plagio libre con opciones adicionales de pago.
Con estas herramientas, corregir trabajos escritos y evitar las malas artes de copiado es más sencillo. La conclusión es clara: no tienes que obsesionarte con el plagio, pero sí combatirlo y formar a tus alumnos cuanto antes. Cuéntanos tus experiencias al respecto para aprender mucho más todos.