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El problema del bullying: una mirada profunda a sus causas y consecuencias

María Martín de Oliva GarcíaMartes, 5 de septiembre de 2023
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© ADOBE STOCK

Introducción

En la sociedad actual, el bullying es un problema constante y preocupante que afecta a niños, adolescentes y adultos a nivel mundial. Este fenómeno se caracteriza por el maltrato físico, verbal o psicológico intencional y repetitivo que se produce entre compañeros, provocando desequilibrios de poder y dejando profundas cicatrices en la víctima. Este artículo tiene como objetivo analizar el problema del acoso escolar, identificar sus causas y resaltar el impacto devastador que puede tener en la vida de quienes lo experimentan. Además, se presentarán varias estrategias y programas de intervención que pueden contribuir de manera efectiva a prevenir y combatir este fenómeno.

Causas del bullying

El acoso puede tener muchas causas diferentes y es importante entenderlas para poner en marcha las medidas de prevención e intervención adecuadas. Las causas típicas incluyen:

  1. Factores familiar. La violencia doméstica, la falta de afecto y supervisión de los padres y los patrones de conducta agresiva en el hogar pueden contribuir al desarrollo de conductas agresivas en los niños (Smith et al., 2008).
  2. Factores escolares: un entorno escolar inseguro, la falta de políticas claras contra el acoso y la tolerancia a la violencia entre compañeros pueden contribuir al acoso (Olweus, 1993).
  3. Factores personales: los niños con baja autoestima, dificultad para controlar la ira o la frustración, falta de empatía y habilidades sociales deficientes tienen más probabilidades de ser víctimas y perpetradores de acoso (Rigby, 2003).

Consecuencias del bullying

El acoso puede tener efectos a corto y largo plazo tanto en la víctima como en el perpetrador. Algunas de las consecuencias más comunes incluyen:

  1. Impacto emocional: las víctimas de acoso escolar pueden experimentar depresión, ansiedad, baja autoestima, sentimientos de soledad e incluso pensamientos suicidas. Estas consecuencias emocionales pueden persistir hasta la edad adulta (Arseneault et al., 2010).
  2. Problemas de aprendizaje. El acoso puede interrumpir la educación de la víctima, lo que genera dificultad para concentrarse, abandono escolar y abandono temprano (Ttofi et al., 2011).
  3. Comportamiento autodestructivo: tanto las víctimas como los perpetradores de bullying tienen más probabilidades de involucrarse en comportamientos autodestructivos como abuso de sustancias, comportamiento agresivo o psicosis por comer y beber (Copeland et al., 2013).
  4. Consecuencias sociales. Las víctimas de acoso escolar pueden tener dificultades para formar relaciones sociales saludables, lo que puede conducir al aislamiento social y al aislamiento (Gini et al., 2008).

Prevención y abordaje del bullying

Para hacer frente al acoso escolar, es importante implementar estrategias de prevención y programas de intervención eficaces. Algunas de las medidas que se pueden tomar son:

  1. Educación y Concientización: Se necesita mayor educación y concientización para que los estudiantes, maestros y padres reconozcan y respondan a la violencia (Farrington, 1993).
  2. Implementar la política escolar. Las escuelas deben desarrollar políticas anti-bullying claras y efectivas que incluyan prevención, intervención y consecuencias claras para los acosadores (Smith et al., 2004).
  3. Promoción de la empatía y las habilidades sociales: es importante desarrollar programas que promuevan la empatía, la resolución no violenta de conflictos y las habilidades sociales entre los estudiantes para prevenir el acoso escolar y promover la cultura del respeto (Salmivalli et al., 2011).
  4. Apoyo a las víctimas: Es importante brindar apoyo emocional y social a las víctimas de bullying mediante el despliegue de grupos de consejería, asesoramiento y apoyo (Rigby, 2012).
  5. Participación social: la comunidad en general, incluidos los padres, los profesionales de la salud y los líderes comunitarios, debe participar en la prevención del acoso escolar, colaborar en la implementación del programa y brindar recursos y apoyo (Espelage et al., 2014).

Conclusiones

El acoso escolar es un problema grave que afecta a personas de todas las edades y puede ser devastador tanto para las víctimas como para los perpetradores. Comprender las causas y consecuencias del acoso es esencial para una resolución exitosa. La implementación de estrategias de prevención en escuelas y comunidades, junto con el apoyo emocional y social a las víctimas, son medidas clave para prevenir y combatir el bullying. Todos, desde familias hasta comunidades enteras, tienen la responsabilidad de trabajar juntos para crear un entorno seguro y respetuoso, libre de acoso.

Referencias:

  • Arseneault, L., Bowes, L., & Shakoor, S. (2010). Bullying victimization in youths and mental health problems: ‘Much ado about nothing’? Psychological medicine, 40(5), 717-729.
  • Copeland, W. E., Wolke, D., Angold, A., & Costello, E. J. (2013). Adult psychiatric outcomes of bullying and being bullied by peers in childhood and adolescence. JAMA psychiatry, 70(4), 419-426.
  • Espelage, D. L., Polanin, J. R., & Low, S. K. (2014). Teacher and staff perceptions of school environment as predictors of student aggression, victimization, and willingness to intervene in bullying situations. School psychology quarterly, 29(3), 287-305.
  • Farrington, D. P. (1993). Understanding and preventing bullying. Crime and justice, 17(1), 381-458.
  • Gini, G., Albiero, P., Benelli, B., & Altoè, G. (2008). Determinants of adolescents’ active defending and passive bystanding behavior in bullying. Journal of adolescence, 31(1), 93-105.
  • Olweus, D. (1993). Bullying at school: What we know and what we can do. Malden, MA: Blackwell Publishing.
  • Rigby, K. (2003). Consequences of bullying in schools. Canadian Journal of Psychiatry, 48(9), 583-590.
  • Rigby, K. (2012). Bullying in schools: A basic overview of programs, policies, and prevention. Journal of educational administration, 50(3), 375-392.
  • Salmivalli, C., Lagerspetz, K., Björkqvist, K., Österman, K., & Kaukiainen, A. (2011). Bullying as a group process: Participant roles and their relations to social status within the group. Aggressive behavior, 22(1), 1-15.
  • Smith, P. K., Mahdavi, J., Carvalho, M., Fisher, S., Russell, S., & Tippett, N. (2008). Cyberbullying: Its nature and impact in secondary school pupils. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 49(4), 376-385.
  • Smith, P. K., Schneider, B. H., Smith, A. B., & Ananiadou, K. (2004). The effectiveness of whole-school antibullying programs: A synthesis of evaluation research. School Psychology Review, 33(4), 547-560.
  • Ttofi, M. M., Farrington, D. P., Lösel, F., & Loeber, R. (2011). The predictive efficiency of school bullying versus later offending: A systematic/meta-analytic review of longitudinal studies. Criminal behavior and mental health, 21(2), 80-89.

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