Claves para dominar la perspectiva pictórica

La relación entre perspectiva y dibujo ha sido estudiada durante décadas. Generalmente, se considera que es el punto de vista desde el que se concibe una escena. Esta es la manera que tiene un autor de enseñar la idea que tiene en mente a cualquiera que contemple el cuadro.

Hay distintos tipos en función de cuál sea la que se tome ante la figura protagonista o de la composición en general:

• Jerárquica. Los objetos aparecen representados en función de cuál sea su importancia para el pintor.
• Caballera. La pintura se hace de manera lineal y objetiva, sin variaciones en el tamaño por apreciaciones del autor.
• Axonométrica. Las figuras están todas en un mismo plano, de manera bien distribuida, coherente y uniforme.
• Cónica. El objeto se representa de manera tridimensional y desde arriba o abajo para que se observe su volumen.
• Lineal. Las figuras están siempre desplegadas en orden horizontal y en una escena completamente plana.
• Aérea. El autor se sitúa desde la parte superior de la escena y la recrea de tal forma, siempre con objetividad.

Una vez que hemos entendido cuál es la importancia de que sepan cómo mejorar la perspectiva, pasaremos a la práctica. Con cuatro disciplinas tendremos una base con la que todos aprenderán. Puedes ampliar los recursos que te daremos con estos otros del Gobierno de Canarias y de la artista Andreaga.

1. Determinar el punto de vista de un cuadro

Existen obras muy valiosas que nos permiten contemplar distintos puntos de vista. Proyecta varias con el objetivo de que sean capaces de ver qué perspectiva se ha tomado. Dales tiempo para que puedan explicar cuál creen que se está usando y, sobre todo, para que lo argumenten haciendo referencia a los objetos concretos.

Hay varias propuestas que podemos hacerte, como son Las meninas (de las que hablaremos ahora) o El grito. Muéstrales cómo la primera posee una concepción más objetiva y cómo la otra es plenamente subjetiva. Un ejemplo de distribución lineal es, igualmente, La última cena. Para que puedan desplazar la vista y cambiarla, un recurso ideal son los cuadros interactivos del Museo del Prado.

2. Contemplar las profundidades en Las meninas

Esta obra de Velázquez tiene un potencial muy grande para que los estudiantes aprendan cómo funciona esta forma de representación. Gracias al uso de la perspectiva aérea, fue posible plasmar hasta cinco profundidades diferentes. Igualmente, está el truco del espejo, en el que el pintor pudo recrearse él mismo.

Como en el caso anterior, sería interesante que la proyectaras para que la pudieran ver todos. Después, pídeles que cuenten el número de profundidades y diles cuáles son. Esto ayudará a reforzar la idea de que el punto de vista es idóneo para dar mayor tamaño a una escena, como pueden ampliar con este recurso, también del Museo del Prado.

3. Elaborar un paisaje con distintas escenas

Cuando hayan comprobado cómo lo han hecho otros autores, llega el momento de que lo realicen ellos. Una composición simple como un paisaje puede ser estupenda para que pinten varias escenas. Pídeles que reflejen el que más les guste, sin importar si es de playa, montaña, bosque o hielo, entre otros.

Para complicarlo un poco y añadir una cierta influencia de otras dinámicas, invítales a hacer sus propias gamas cromáticas. Para ello, dales colores blancos y negros que les sirvan para aclarar u oscurecer los que están usando en cada momento. Jugarán de esta manera con las luces y las sombras, como pueden hacer en el lienzo digital Skillshare.

4. Dibujar un cubo desde varias perspectivas

Un cubo es perfecto para que comprueben cómo cambia una figura según qué punto de vista se use. Proyecta uno con lados de distintos colores para que ellos mismos lo recreen. Primero, anímales a seguir la perspectiva aérea y, después, la lineal. Continúa con la cónica y luego con la jerárquica.

Cuando hayan seguido estas cuatro, sería conveniente que compararan todas las creaciones que han hecho. Buscamos con esto que lleguen a entender de qué forma pueden manipular una figura, pero sin modificarla. Simplemente, están cambiando el prisma, y lo están haciendo por su propia cuenta, para lo que pueden optar por el recurso anterior.

Estas ideas han servido para conocer cómo aproximarnos a una técnica que muchos alumnos ven como insalvable. Hemos conseguido darle la vuelta para ponerla en manos de los más pequeños. Con una temporalización de una o dos semanas, lograremos que no solo la entiendan, sino que la lleguen a usar.

¿Sabes de qué otras maneras puedes enseñarles a dominar la perspectiva? ¡Cuéntanos en los comentarios y te leeremos!