Cómo trabajar los antónimos en clases de Primaria
En nuestro post Cómo trabajar los sinónimos en clase de Primaria relacionamos el manejo de estas palabras con la mejora en las competencias lingüísticas. Se trata de un procedimiento esencial para ampliar el vocabulario y mejorar la capacidad de expresión.
En paralelo, los antónimos se presentan como un complemento productivo en esta labor formativa. Además, su manejo:
- Ayuda a pensar mejor.
- Fomenta el espíritu crítico.
- Amplía la capacidad de expresión infantil.
¿Qué son los antónimos y qué tipos existen?
Básicamente, son términos que presentan significados opuestos entre sí. Es decir, palabras que significan lo contrario.
En la práctica, existen tres clases de antonimia:
- Complementaria. Son los términos que se excluyen o resultan incompatibles entre sí. Por ejemplo, lícito/ilícito y rico/pobre.
- Gradual. La oposición es gradual o progresiva, porque existen palabras con significados medios. Es el caso de los grises existentes entre el blanco y el negro.
- Recíproca. Aunque son palabras que se oponen, también se complementan porque el uno requiere del otro. Se ve muy claro en cobrar/pagar y vender/comprar.
Palabras contrarias en clase
Realizar actividades y ejercicios con antónimos en el aula de Lengua de los peques es sumamente importante. Se convierte en un proceso progresivo de mejora lingüística que conviene poner en marcha cuanto antes.
Tus alumnos acumularán más capacidad de expresarse, mayor sentido crítico e, incluso, una habilidad superior para conocerse e interpretar sus emociones.
Una vez que has tomado la decisión de enseñar y aprender antónimos en clase, necesitas contar con los mejores recursos para hacerlo.
A continuación hemos seleccionado algunos; con ellos, te resultará mucho más fácil alcanzar estos objetivos lingüísticos de manera ágil, amena y eficaz.
Lluvia de ideas
Es una fórmula excelente para todas las edades. Sirve, además de para dominar estas palabras contrarias, para afianzar destrezas del lenguaje y el pensamiento.
El procedimiento resulta bastante sencillo; se trata de una especie de Un dos tres, responda otra vez. Se facilita una palabra de partida y se pide a los alumnos, de forma individual o grupal, que aporten una relación de antónimos.
La práctica incluye anotarlos y relacionarlos. Si trabajas por equipos, puedes crear una competición e ir sumando puntos por los términos contrapuestos mencionados.
Sopas de letras y crucigramas
Bien concebidos, estos pasatiempos se convierten en una actividad dinámica, motivadora y muy estimulante para los chavales. Tus alumnos se divierten tratando de encontrar estas palabras contrapuestas.
En el caso de las sopas letras, lo ideal es proporcionar una o dos palabras base y tratar de localizar sus antónimos entre todas las letras.
En los crucigramas, tienes que crear las pistas correctas para que tus pupilos den con los antónimos ocultos.
Para los cursos más avanzados, pídeles que sean ellos quienes creen estos pasatiempos en vez de resolverlos. Puedes formar grupos. Resulta muy motivador que sus propias obras sirvan luego a sus compañeros como ejercicios de Lengua.
Flechas entre columnas
Es uno de los ejercicios con antónimos más populares, en gran parte debido a su eficacia. Consiste en enfrentar dos columnas de palabras para relacionar, mediante flechas, las que son antónimas en cada bloque.
Es un ejercicio individual. Si se lo planteas a niños pequeños, pídeles que usen colores y dibujos para hacerlo más divertido.
‘¿Qué ves?’
Es un juego educativo de la marca Cayro para mayores de cinco años. Viene con una serie de diademas para los jugadores; en cada una de ellas es posible colocar una carta. Así, todos los niños pueden ver la carta destacada menos quien la porta.
A partir de las preguntas formuladas a los compañeros —quienes solo pueden responder sí, no o no sé—, hay que adivinar el objeto. La dinámica se debe enfocar para primar el uso de antónimos y sinónimos.
Sorteo de palabras
Crea una relación de entre cincuenta y cien palabras que te interese trabajar. Imprímelas en papelitos con letras de colores. Incluso puedes pedir a tus alumnos, para implicarlos, que traigan de casa algunas de sus favoritas.
Durante unos días, introduce las palabras que van llegando en una bolsa opaca, la cual estará visible en clase. Después, cuando ya haya suficientes, comienza el juego.
Consiste en extraerlas de una a una e ir pidiendo antónimos o sinónimos de la que sale. Se conceden dos puntos en el primer caso y uno en el segundo. El equipo o la persona que más palabras acumule, gana.
En clase de Lengua, por lo tanto, aprender antónimos ha de ser una de tus prioridades. Con estas actividades lograrás impulsar las habilidades lingüísticas y reflexivas de tus alumnos. ¡Cuéntanos cuáles de estos recursos han funcionado mejor en tu aula!