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El abandono escolar sigue siendo el gran problema de nuestro sistema educativo

Martes, 3 de octubre de 2023
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© DEAGREEZ

La OCDE, en su último Panorama de la Educación, ha vuelto a poner de manifiesto que nuestro verdadero problema sigue siendo el abandono temprano. Aunque hemos ido mejorando, en España los jóvenes sin Bachillerato o FP Media todavía son el 27%, frente al 14% de la media de la OCDE. Aunque un título de segunda etapa de Secundaria con frecuencia es la cualificación mínima necesaria para tener éxito laboral, algunas personas de 25 a 34 años todavía abandonan la Educación sin dicha titulación. La media de los adultos jóvenes sin esa calificación es el 14% en la OCDE (27% en España). Con este demoldedor dato, además de constatar que nuestro país está por debajo de los países de su entorno, se pone de manifiesto que el supuesto éxito del modelo de Formación Profesional es, en realidad, un auténtico fracaso: no solo tenemos menos alumnos de FP sino que, de entre los que eligen esta etapa, solo la finalizan a tiempo el 46% (el 63,4% dos años después).

Pero esto no es todo, de media, en los países de la OCDE, el 14,7% de los jóvenes de 18 a 24 años no cursan estudios, ni trabajan, ni siguen una formación, mientras que en España la cifra es del 17,2%. La reducción de las tasas de ‘ninis’ es un reto especialmente importante en todos los países, ya que los que entran a formar parte de este colectivo se enfrentan más adelante a peores resultados en el mercado laboral.

Por otro lado, y aunque el número de personas que alcanza el nivel de Educación terciaria sigue aumentando entre la población en edad de trabajar en la OCDE –donde es tan frecuente alcanzar este nivel como la segunda etapa de Secundaria o postsecundaria no terciaria– en España no es así, ya que el 41% de las personas de entre 25 y 64 años tienen estudios terciarios, un porcentaje mayor que los que tienen segunda etapa de Secundaria o postsecundaria no terciaria (23%).

Con todo ello se demuestra que seguimos fallando en la promoción de la Formación Profesional, así como en unas tasas aceptables de éxito en esta etapa, de manera que todos los esfuerzos de nuestras políticas educativas deben seguir poniéndose en prestigiar la FP. Aunque muchas veces se pone el foco en la escasez de plazas en esta etapa (hay más demanda que oferta), sin embargo, el verdadero reto estriba en que quienes optan por esta formación no solo sean más sino mejores, es decir, que la FP siga siendo no la opción para quienes no quieren seguir estudiando sino para aquellos que quieren triunfar en su profesión.

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