Jessica de Abásolo y Marta Molero: “Las redes sociales deberían estar prohibidas para menores de edad”

Marta Molero y Jéssica de Abásolo son madres y empresarias. Ambas están convencidas de que el juego es la mejor manera de aprender conceptos como la comunicación, el respeto, el trabajo en equipo o la empatía. Conceptos que, aseguran, aprendidos desde pequeño, construyen adultos más sanos mentalmente, con mayor autoconocimiento y mejores habilidades, para sí mismos y para el empleo.

Hablamos con ellas sobre el aprendizaje basado en el juego, sus características y ventajas, el actual sistema educativo español y el uso de redes sociales en edades tempranas. Ellas lo tienen claro: mejor que cualquier pantalla es un buen juego de mesa.

Sois cofundadoras de Petit Smarts, una tienda online especializada en juegos de lógica, cálculo, habilidad mental… ¿Qué os lleva a crear Abjorro?

Jessica: Abejorro surge por la necesidad de motivar a nuestros hijos por aprender. A raíz del covid, de tenerlos en casa e intentar mantenerlos activos intelectualmente, esa curiosidad que nos surgió de buscar juegos educativos que les motivaran para aprender fue lo que nos llevó a montar la tienda de juegos, por lo difícil que es encontrar un sitio donde encontrar juegos educativos donde se trabajen las competencias.

A raíz de tener la tienda online, y de conocer a dos expertos en el tema como son Juan Carlos Ruiz y Raúl López, que son los directores socios de Átomo Games y creadores de juegos, surgió la idea de llevar el aprendizaje basado en juegos a colegios.

Que no se quede en que un docente en su cuenta de Instagram te cuente cómo puedes trabajar con un juego, sino ir mucho más allá y llevar nuestro proyecto a los colegios. Formar a los docentes para que sepan adaptar un juego en un aula. No es lo mismo jugar con cuatro personas que adaptarlo a 20 ó 25 alumnos. Así fue como surgió la idea. Lo hablamos con Raúl y Juan Carlos, les encantó, fuimos desarrollando el contenido, y ahora lo estamos llevando a los colegios.

¿Podéis explicar de forma breve y sencilla en qué consiste? ¿Cómo y dónde se aplica?

Jessica: Para nosotros, lo más importante al desarrollar el contenido es que está basado en el contenido curricular conforme a la LOMLOE. Para poder justificarlo a nivel de dirección e inspección en todos los centros educativos. Tiene que estar bien desarrollado para cubrir todo el contenido que te marca la ley. Cubrimos todas las competencias: lingüística, matemáticas, inteligencia emocional, ahora también vamos a desarrollar una parte de ciencia y tecnología… la parte social, medioambiental…

¿Qué incluimos en el proyecto? La ludoteca personalizada según el centro por número de alumnos y aulas, la formación a los docentes, que es online. Los centros pueden contratar la formación presencial, un taller en el aula con los niños, las situaciones de aprendizaje, que hacemos por ciclos…

Ahora está el ciclo Infantil, primer ciclo de Primaria que es primero y segundo, segundo ciclo y tercer ciclo de Primaria. Y también acceso a una plataforma donde subimos material descargable, todo tipo de recursos, vídeos, las fichas didácticas de los juegos…

Y constantemente vamos actualizando ese material. No les abandonamos, sino que estamos con ellos y les damos asesoramiento durante todo el curso académico.

¿Cómo funciona, ellos se ponen en contacto con vosotros, vosotros se lo ofrecéis…?

Jessica: La primera presentación de Abjorro fue en una formación sobre el aprendizaje basado en juegos que dimos en Tres Cantos, a la que invitamos a todos los colegios del municipio. Vinieron cerca de 160 profesores. En 24 horas vendimos todas las plazas del turno de mañana y fue un éxito, gustó mucho. Vino Juan Carlos Ruiz desde Córdoba a impartir la formación y tuvimos a los directores los colegios públicos de Tres Cantos.

Nuestra formación se llama inclusión y motivación en el aula. Lo que explicamos es la parte teórica sobre el ABJ, que es el aprendizaje basado en juegos, la diferencia con la gamificación y los diferentes tipos de juego. También las competencias que se trabajan con los juegos en el aula, y la forma de trabajarlo, cómo adaptarlo: en grupos, con pantallas táctiles, con el juego físico… También se ven discapacidades como TDH, TEA…

Y damos la parte didáctica, donde todos los profesores juegan por mesas con juegos de competencia lingüística, matemáticas, de emociones, de inteligencia emocional… para que lo vean, para que vivan cómo sería un aula…

A raíz de esta formación que tuvimos en septiembre hablamos con los directores que estaban interesados y empezamos a tener reuniones con los colegios, que han empezado a contratar el proyecto.

Por lo que estáis comentando, es algo que habéis adaptado mucho a los nuevos tiempos, con la preocupación por el medio ambiente, incluyendo a niños con discapacidades…

Jessica: Eso es. También lo estamos adaptando a la agenda 2030.

Marta: Otra de las cosas importantes es que le explicamos al profesor que también puede evaluar al alumno aplicando estos juegos.

¿Qué hace especial a esta forma de aprendizaje, por qué jugar ayuda a interiorizar conceptos complejos? ¿Por qué deben implantarlo los centros educativos?

Marta: Está científicamente comprobado que el cerebro es más receptivo en la medida en la que se le pone el juego como método de aprendizaje, porque el ser humano aprende jugando, porque la vida es juego. No solo el jugar por jugar, sino aprender jugando. Todos los conceptos se quedan más arraigados cuanto más hayas aprendido aplicándolos con el juego.

Por eso nace Petit Smarts, con la idea de desarrollar el juego para desarrollar el cerebro humano. Tenemos contacto con personas que gestionan altas capacidades y tratan a niños, adolescentes, y a chicos con déficit de atención o trastorno del espectro autista.

También con gabinetes de psicólogos y de pedagogos que utilizan el juego con niños y adultos, para que aprendan, por ejemplo, a gestionar sus emociones, o la facultad de ejecución, que necesitas cuando eres adulto, en cualquier trabajo. Y te enseñan con esas herramientas que te hacen divertirte pero también aprender.

De momento lo habéis planificado para chicos de Infantil y Primaria. ¿Os planteáis, con el tiempo, ir más allá en cuanto a edades se refiere?

Jessica: De hecho, lo vamos a hacer también para Secundaria. Porque ya no son niños pero reciben el juego…se puede trabajar mucho mejor con un adolescente a través del juego que con un niño, es más fácil. Ellos te agradecen mucho más aprender así, puedes hacer muchas más cosas con un adolescente que con un niño.

Marta: Uno de los factores determinantes para aprender es estar motivado, y hacer todo el día lo mismo, ir a clase y esperar que un profesor suelte su discurso… no motiva al alumno. Si le introduces cosas distintas, juegos distintos… el alumno se encuentra más motivado. Y tiene un aliciente mayor, porque les supone un reto.

Escuchar a un profesor leyendo un libro no es ningún reto. La mayoría de alumnos mira por la ventana, se distraen, están pensando en otras cosas… Pero si les pones un continuo reto de juegos distintos, se van a poner mucho más en marcha y el cerebro se les va a activar.

¿Creéis que puede ayudar con la salud mental?

Jessica: Totalmente, porque desde pequeños, desde los tres años, trabajan la inteligencia emocional, el trabajo en equipo, la comunicación y las relaciones sociales… todo esto es lo que se trabaja a través del juego. Al trabajar en un aula, de manera individual, cada niño con un libro en un pupitre, en su silla… no están comunicándose, no cuentan lo que piensan y sienten. En cambio, a través de un juego, sí o sí tienen que jugar en equipo. Hay muchos juegos, sobre todo de Infantil, que son colaborativos, no competitivos.

Tienen que aprender a trabajar en equipo…

Jessica: Eso es. O se ponen de acuerdo con sus compañeros o no ganan. Y para eso tienen que comunicarse, ponerse de acuerdo… trabajan también la frustración, tienen que respetar los turnos… Se trabajan muchas cosas con un simple juego, sobre todo los más pequeños.

¿Creéis que la educación peca de demasiada teoría y debería ser más práctica?

Marta: En España sí, desde luego. Hay colegios en los que se trabaja por proyectos y el resultado es mejor, la implicación de los alumnos es mayor y la alegría de los niños por ir al colegio existe. Porque si van a un colegio donde el profesor solamente lee el libro y les hace tomar apuntes…

Eso, además, es reducir el conocimiento. Porque un juego que trabaja la competencia lingüística no solo trabaja la competencia lingüística, sino también la cooperación, el respeto, la frustración… son muchas cosas que a veces se olvidan en la educación, sobre todo en España.

¿Quizá si el sistema educativo fuera más práctico se aproximaría a las demandas del mercado laboral?

Marta: Completamente. Un trabajo requiere una facultad de ejecución y utilizar unas herramientas. Si no sabes cómo… Pero si las has aprendido por un juego y sabes desarrollarlas en un ámbito que es cómodo para ti, cuando llegue uno desconocido tu estima estará a la altura de tus capacidades, y serás capaz de desarrollarlas.

Hay mucha gente que es capaz pero tiene la estima por los suelos porque no la ha desarrollado. El profesorado tampoco te conoce, no sabe cómo te desarrollas en tu ambiente y entonces no te puede ayudar. Si ve cómo funcionas en el juego, sabe por dónde dirigirte.

Ya conoce mejor tus capacidades y personalidad y puede personalizar…

Jessica: El niño también se da cuenta de lo que más le gusta o lo que se le da mejor a través del juego. Yo tengo una niña de seis años y otra de diez. Ellos están acostumbrados a jugar desde muy pequeños con todo tipo de juegos: de experimentos de química, de robótica, de ciencia y tecnología, matemáticos, lingüísticos, creativos, de manualidades… Y saben decir cuáles les gustan más y pueden ver qué es lo que mejor se les da.

Hay niños que nunca se han sentado con sus padres a jugar. Nosotros nos damos cuenta en los talleres que damos. Vienen niños con ocho ó diez años que nunca han jugado a un juego de mesa y no saben seguir las reglas, no respetan los turnos, no escuchan las instrucciones… Estos niños, cuando tienen 15 ó 16 años y tienen que tomar la decisión de qué carrera estudiar, no han desarrollado todas las habilidades que deberían. Y no saben qué les gusta. Con el juego es fácil darse cuenta de eso.

A niños adolescentes, ponerles un taller con juegos cuando tienen que tomar esa decisión de qué estudiar… debe ser un bálsamo para ellos…

Marta: Completamente. Esto ayuda a que el día de mañana, cuando decidan que quieren estudiar algo porque creen que se les da mejor, se basen en el conocimiento que tienen de sí mismos, y no en hacer Química, por ejemplo, porque han tenido una profesora muy buena. A lo mejor ellos son más creativos, pero como su profesora de Historia del Arte no les dejó crear… no tienen ni idea de que el niño es creativo.

Jessica: Nunca lo han desarrollado.

¿Qué esperáis que pase con Abejorro a corto y medio plazo? ¿Qué ideas tenéis?

Jessica: Desarrollar más de lo que necesitan los centros educativos. Según vamos hablando con colegios, les surgen necesidades. Ahora lo digital está muy presente, aunque a muchos padres no nos gusten las pantallas. Es parte de este nuevo mundo, y no podemos escapar de ello, por mucho que a nosotros nos guste más todo lo que es manipular con las manos, el juego físico y demás. Tenemos que adaptarnos a las nuevas tecnologías y apoyar nuestro proyecto manipulativo con algo digital también. Eso es una parte.

También lo que comentaba antes de ciencia, tecnología y robótica, donde tengamos las dos partes, la digital y la física o manipulativa, la agenda 2030…

Seguiremos creciendo y desarrollando más situaciones de aprendizaje para poder ir a Secundaria, y llegar a toda España. Hemos empezado con una pequeña parte de Madrid, y ahora tenemos que expandir el proyecto para que todos nos conozcan. Y que no lo vean, sobre todo los colegios, como un extra.

Ahora nos topamos con que no tienen presupuesto, porque el que tienen es el de los libros de texto y demás material. Hay ciertas cosas en las que sí se gastan, como plataformas digitales. Ven como algo más importante gastar en pantallas o en tablets, y queremos llegar a que nuestro proyecto sea una herramienta más dentro de su metodología de aprendizaje, de su presupuesto educativo. No que sea un capricho del profesor.

¿Vais a seguir dedicándoos a vuestra tienda online, a Petit Smarts?

Marta: Sí, seguimos con ello.

Jessica: Es importante, porque Petit Smarts va a ser una salida para los padres. Queremos que el niño llegue a casa y diga “hoy he aprendido el área y el perímetro jugando a un juego matemático”. Y que los padres, cuando quieran saber qué juego es y donde comprarlo, puedan hacerlo, y jugar con su hijo.

Y así pasan tiempo de calidad con su hijo…

Jessica: Esa sería la salida para los padres, por eso también tenemos Petit Smarts.

Como madres, ¿cómo creéis que se puede mejorar la educación de las nuevas generaciones?

Marta: Proyectos como el nuestro son un granito de arena que el día de mañana será una montaña. A lo mejor nuestros hijos no lo ven, pero nuestros nietos lo verán. Lo que no puede ser es que el sistema educativo en España siga tal y como está. Entonces vamos a seguir luchando por ello.

Jessica: Menos deberes, menos exámenes y más juego. Más inteligencia emocional, que se le da poca importancia y es mejor que el niño esté sano mentalmente.

Marta: Mira cómo están las unidades de Psiquiatría de los hospitales, colapsadas de adolescentes. Mis hijas de 18 y 16 llevan jugando desde pequeñas, y la de 18 los fines de semana, en vez de salir, la pandilla viene a casa a jugar. Cierto es que el que gana se toma un Tequila, pero juegan. Y quedan a jugar. O vienen los vecinos y les dejamos un juego. A veces estamos toda la tarde en casa con amigos de mis hijas, ellas, mi marido y yo. Y empezamos jugando todos y luego se ponen por grupos y cada uno juega a lo que le da la gana. Y así estamos hasta las once de la noche.

¿Debería incluirse en los colegios alguna asignatura que les enseñe temas de salud mental?

Jessica: En el colegio de mis hijos, desde los tres años, tienen la asignatura de inteligencia emocional. Después del patio entran a clase, y están media hora sentados con la profesora y cuentan si ha habido alguna pelea en el patio, cómo se han sentido… Habla toda la clase de lo que ha pasado, si alguno viene triste de casa… Lo cuentan abiertamente y saben identificar sus emociones desde que son muy pequeños.

Yo lo noto en casa, porque a mí me lo dicen. “Mamá, eso que me has dicho no me ha gustado”. Les enseñan a hablar abiertamente de lo que piensan y sienten. También como padre muchas veces tienes que decir “igual no tengo que gritarle o no tengo que enfadarme tanto porque él está sintiendo esto”. Yo también aprendo de ellos porque en el colegio les enseñan a hablar de las emociones, y eso es fundamental.

Marta: Y otra cosa que es importante: la repercusión que tienen las redes sociales en nuestro estado emocional. Cómo gestionar los miles de haters que tenemos en Instagram, en Twitter… Un adolescente colapsa con esos comentarios. Tiene que aprender que no vamos a gustar a todos. Que hay gente que detrás de una pantalla es capaz de decir miles de cosas a las que hay que aprender a quitar importancia. Las unidades de Psiquiatría están viendo la repercusión de las redes sociales en el estado emocional de las redes sociales y tratando a los adolescentes.

¿Se puede sumergir a los pequeños en el mundo de los juegos en el momento de las pantallas? ¿Cómo arrancar su vista de móviles y tablets?

Jessica: Si encuentran algo que les motive tanto o, por lo menos, igual que un móvil, que es difícil, a por ello. Por eso creo que el juego… ¿Qué es lo que puede motivar a los niños tanto como una pantalla? Jugar. No hay otra cosa.

Marta: También requiere una implicación de los padres, que muchas veces no están dispuestos. El niño no molesta cuando tiene una pantalla. También te digo, el niño tampoco molesta cuando está con un juego. Pero, y sobre todo en edades de niños más pequeños, los padres se tienen que implicar. En los talleres hemos visto a padres que se niegan a ponerse a jugar con sus hijos. Y eso también es tiempo de calidad de la familia.

Cuando nosotros viajamos lo hacemos con juegos. En el rato que esperamos, en un restaurante, a que nos sirvan el primer plato, no tenemos el móvil. Tenemos un juego y nos estamos riendo. Todos los juegos son divertidos y aprendes mucho.

Jessica: Un trabajo también con los padres.

También hay que llamarles un poco la atención y que pongan de su parte.

Jessica: Tendríamos que formarles.

Marta: Primero, retrasar la edad de uso del móvil: tendría que estar prohibido en menores de 14 años. Mis hijas han sido las raras en su colegio, pero es que no se tienen que comunicar más que a través de mi móvil para alguna cosa de deberes. Lo otro no lo necesitan. No tienen TikTok, porque eso no llena. Con eso te sientes frustrado al final del día, porque no tienes la vida de otro, que parece genial y no lo es, realmente. No son lo que muestran.

Jessica: Para menores de edad, las redes sociales tendrían que estar prohibidas.