Anna Salvia: "Debemos dar una Educación sexual que permita discernir lo que es violencia sexual y lo que no"

El acceso a la pornografía se está dando cada vez en edades más tempranas. El desconocimiento de la sexualidad y la búsqueda de respuestas aparecen como las principales causas por las cuales los jóvenes acceden a este tipo de contenidos. Ante esta curiosidad mal solventada, el pasado 18 de enero se publicó El porno no mola.

El libro está protagonizado por Ed Sex, un chico que viene del futuro con el fin de concienciar sobre las consecuencias que ha tenido el consumo de porno sobre la población del futuro al que pertenece. Durante su exposición, el personaje abarca distintos temas inherentes a la pornografía, yendo desde la propia definición de lo que es el porno, a la manera con la que puede afectar las relaciones interpersonales y la propia autoestima del consumidor –a razón de no poder cumplir con los estándares irreales establecidos dentro de dichos contenidos– así como la correlación que existe entre consumo de pornografía y casos de violencia sexual.

Hablamos con Anna Salvia sobre su nuevo libro y acerca de la actualidad que ronda en torno a la pornografía. Durante la entrevista, recalca la importancia de romper los tabúes y hablar de sexualidad con los jóvenes, para que así no sea la pornografía quien se encargue de educarlos.

PREGUNTA: Ya has publicado varios libros que tratan temas de educación sexual. Desde que iniciaron a publicar esta clase de libros ¿qué cambios han percibido en la sociedad?

­­–Los libros han tenido una gran acogida entre los chicos y chicas, las familias y el profesorado. Personas de todas las edades me cuentan que les han ayudado a conocer mejor la sexualidad humana y a encontrar la manera de hablar de este tema con sus hijos y alumnado de una manera más espontánea y cercana.

Recientemente se ha comentado la intención de crear una ley de protección de menores que restrinja el acceso a la pornografía por parte de menores ¿cómo valoras esta propuesta? ¿Qué resultados crees que se pueden llegar a obtener a partir de esta ley?

–Es una ley urgente y necesaria. Debemos proteger a los menores de estos contenidos de la misma manera que lo hacemos en el mundo offline. Así de simple. Esta ley debería aumentar la edad de primer contacto y reducir el consumo de porno en la adolescencia.

Hace unos meses se publicó un informe que indicó que casi la mitad de los jóvenes españoles afirmaban no haber recibido educación sexual de calidad tanto en sus centros educativos como en sus familias, por lo que optan por la pornografía para averiguar en relación a temas de sexo ¿sigue existiendo un tabú en torno a este tema? En caso de que sí, ¿cómo podemos crear un entorno en el que pueda existir una comunicación efectiva en relación con este tema?

–La sexualidad sigue siendo un tema tabú en la mayoría de familias y de centros educativos. Es un tema sobre el que se empieza a hablar cuando los niños ya son mayores y de forma muy esporádica. Para que deje de ser tabú deberíamos hablar sobre sexualidad desde que son pequeños y tan a menudo como lo hacemos con cualquier otro tema. Todos los menores necesitan educación sexual, si su familia y su escuela no responde a sus preguntas acaban buscando las respuestas en el porno.

Con la irrupción de la Inteligencia Artificial se han detonado una serie de nuevos problemas que se evidencian, por ejemplo, en el caso de las menores de Almendralejo ¿qué medidas se deben tomar para evitar que esto vuelva a ocurrir?

–Debemos dar una buena educación sexual que permita a los jóvenes discernir entre lo que es violencia sexual y lo que no lo es, para que lo puedan aplicar a cualquier novedad tecnológica que aparezca en el futuro. Este caso es un claro ejemplo de que hemos mejorado en la educación sexual que damos a las chicas pero no lo estamos haciendo tan bien con los chicos. En muchas familias aún existe la creencia de que no es necesario hablar de sexualidad con los chicos, pero es urgente hacerlo para que no se eduquen con el porno y para que no ejerzan violencia sexual contra las mujeres y niñas, así como para que se responsabilicen de su fertilidad.

Otro elemento que ha nacido a partir de la digitalización es el sexting. ¿cómo valoras esta práctica? ¿qué educación se debería impartir en relación con esta práctica?

–Es una práctica sexual con un alto riesgo de ser usada para ejercer violencia sexual contra las mujeres y niñas. Deberíamos hablar sobre este tema desde que tienen acceso a redes sociales y mail, explicando muy bien el mal uso que se puede hacer de las fotos. A nivel de escuela, un buen momento para hacerlo es quinto de primaria, que es cuando detectamos que empiezan a ocurrir estas cosas.

Recientemente se publicó en EE.UU el informe Teens & Screens: Romance or Nomance. En él, aproximadamente la mitad de los jóvenes encuestados consideraron que el sexo y el romance son excesivamente prominentes en el contenido audiovisual de ficción, prefiriendo ver «relaciones platónicas y de amistad». Además, un 39% de los encuestados busca personajes arrománticos o asexuales dentro de los contenidos audiovisuales. A partir de esta tendencia ¿sería muy descabellado pensar que, en algún momento, el porno llegase a perder la influencia que tiene en estos momentos?

–Soy muy optimista en este aspecto porque hay un acuerdo social muy amplio sobre que el porno no es un buen educador sexual y que debería estar vetado a los menores. Estoy convencida que entre todos conseguiremos reducir la influencia que tiene sobre los menores. Para lograrlo debemos trabajar en tres direcciones: vetando el acceso a menores, explicando cómo les afectará ver porno, y dando una buena educación sexual en casa y en los centros educativos.

De cara al futuro ¿cuáles serían futuros proyectos en los que les gustaría participar, sea en cuestión de libros o proyectos de otra índole?

–Seguiré trabajando para mejorar la educación sexual de personas de todas las edades a través de mis libros y de los talleres y formaciones que imparto en los centros educativos con alumnado, profesorado y familias.