Claves para educar en la diversidad
Según la Encuesta sobre Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia, se estima que en España residen alrededor de 130.000 niños y niñas con discapacidad menores de 15 años.
Los tipos de deficiencia más frecuente entre los niños y niñas con discapacidad son las deficiencias mentales y las deficiencias del sistema nervioso. En este contexto, la revista infantil ‘Namaka’ lanza su nuevo número centrándose en la reivindicación de la riqueza que aportan las personas con discapacidad a la sociedad.
Berta Rubio, presidenta de la Asociación de Atención a la Diversidad Familiar, aboga en esta nueva edición, por una educación en la diversidad y destaca las claves para conseguirlo.
Predicar con el ejemplo
Como en todo, la base está en ser ejemplo de conducta. El primer paso para que nuestros niños no discriminen a aquellas personas que son diferentes es que los adultos no lo hagamos. Esto implica revisar y corregir las propias creencias, actitudes y comentarios.
Todos somos diferentes y un equipo
Es crucial, a la hora de educar, visibilizar que todos somos diferentes uno de otros por diferentes motivos. Hay que mostrar a los niños que las diferencias hacen que nuestra sociedad sea mas rica e interesante porque todos podemos aportar cosas distintas.
Visibilizar las capacidades de las personas con discapacidad
Siguiendo con esta idea de poner énfasis en las capacidades de cada uno, de ver cómo podemos ir más allá de las dificultades (de la discapacidad funcional en este caso), es interesante tener algunos recursos concretos como biografías de personajes célebres que hayan tenido alguna discapacidad (Roosevelt —presidente de Estados Unidos que iba en silla de ruedas—, Beethoven —que siguió componiendo a pesar de su sordera—, Jim Abbott —jugador de béisbol profesional al que le faltaba una mano—, Stevie Wonder —músico ciego desde la niñez—, Stephen Hawking (científico muy relevante con ELA—, etc.) y dar a conocer la obra de estas personas a los niños.
Acercarse al otro, a lo diferente de mí
Tenemos tendencia a validar lo que conocemos más, que es lo que tenemos más cerca. Para que los niños puedan ampliar el abanico y darse cuenta de que existen diferentes maneras válidas de hacer y de ser, debemos ofrecerles la opción de conocerlas. Es importante pararse a pensar como podemos ampliar este abanico de muestras, para que los niños vean como hay otras opciones tan válidas como la nuestra: otras culturas y tradiciones, personas con diferentes capacidades físicas e intelectuales, etc.