La Comunidad de Madrid estudia la creación de cuatro nuevas universidades privadas
Fuentes del Departamento que dirige Emilio Viciana indican que las gestiones están en fase inicial y que es un proceso largo, que requiere informes de diferentes instituciones, antes de que los proyectos lleguen a la Asamblea de Madrid. Tres de ellos corresponden al Centro de Estudios Superiores Felipe II, de Aranjuez, adscrito a la Universidad Complutense; la Universidad Abierta de Europa; y la Escuela Universitaria de Artes TAI, ligada a la Universidad Rey Juan Carlos, según ha publicado la Cadena Ser y han confirmado a EFE fuentes parlamentarias. El director ejecutivo de la Escuela TAI, Álvaro Ordóñez, explica que iniciaron el proceso administrativo hace dos años y todavía tienen un largo camino por delante hasta lograr la aprobación de una ley en el Parlamento regional.
En los últimos cinco años se aprobó la creación de cinco centros privados, el Colegio Universitario de Estudios Financieros (Cunef), la Escuela de Negocios y Centro Universitario (Esic), la Universidad Internacional Villanueva, la Universidad Internacional de la Empresa y la Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología (Udit). Además, en la región funcionan las universidades privadas Alfonso X el Sabio; Antonio de Nebrija; la Camilo José Cela; la Europea de Madrid; la Francisco de Vitoria; CEU San Pablo; Universidad a Distancia de Madrid (Udima), y la Pontificia de Comillas.
Mientras, la Comunidad de Madrid sigue teniendo seis universidades públicas: la Complutense, la Autónoma, la Politécnica, la de Alcalá, la Carlos III y la Rey Juan Carlos, fundada en 1996.
Más Madrid, PSOE y CCOO acusan al PP de favorecer a las universidades privadas
El diputado de Más Madrid y profesor de la Universidad Complutense Alberto Sánchez considera que la tramitación de cuatro nuevas universidades privadas es «una agresión más al maltrecho sistema universitario público» de la Comunidad de Madrid, que está «en quiebra técnica» y «en una situación de precariedad extrema, con los planes de promoción y de estabilización del profesorado paralizados y, a veces, sin dinero para la calefacción». La región madrileña, indica Sánchez, alberga más de la mitad de las universidades privadas de España, que en muchos casos no cumplen con los criterios para ser consideradas como tales porque no disponen del número de doctores, de los proyectos de investigación y de la producción académica que se le deben exigir a un centro de enseñanza superior.
La parlamentaria socialista Mar Espinar subraya que su grupo no tiene nada en contra de la universidad privada, pero no quiere que haya «un favoritismo», como el que suele aplicar la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, cuando hay una empresa detrás, y plantea que los centros privados paguen las tasas y no se beneficien de rebajas en los impuestos. «De hecho, lanzamos ya una propuesta y es que todos los beneficios que esas universidades privadas ingresen en las arcas de la Comunidad de Madrid reviertan directamente en las universidades públicas, que están completamente abandonadas y a su suerte», plantea Espinar.
«El problema es que el Gobierno de la Comunidad de Madrid está haciendo una apuesta clara y unilateral por la enseñanza privada. La señora Ayuso está ahogando y asfixiando a la universidad pública, mientras les está poniendo todo tipo de facilidades a las universidades privadas», sostiene la diputada socialista.
Desde CCOO Madrid, el responsable de Políticas Sociales y Diversidad, Manuel Rodríguez, expresa la «total oposición» del sindicato a la creación de nuevas universidades privadas, en lugar de potenciar las universidades públicas, mejorar su financiación, incrementar el número de plazas e, incluso, poner en marcha alguna universidad pública más. Rodríguez carga contra «el modelo privatizador del PP» en los ámbitos de la educación, la sanidad y las residencias de mayores que supone «un negocio redondo para las empresas que intervienen», pero tiene «un coste mucho más elevado para las familias» en comparación con los recursos públicos.