Cantabria publica una nueva normativa que refuerza la Inspección educativa
Según ha explicado el consejero Sergio Silva, se trata de actualizar la norma «al día a día de la vida escolar que exige a este servicio un elevado número de tareas» y para hacerlas frente, se ha optado por un modelo de planificación plurianual de actuaciones, que se pondrá en marcha a partir del curso 2024-25.
Entre las novedades introducidas, tendentes a la mejora continua del servicio educativo, está también el refuerzo de la estructura de dirección de este servicio, que pasa a tener una jefatura de servicio y dos jefaturas adjuntas. Además, el servicio de Inspección pasa de 24 a 27 efectivos. También la planificación plurianual de sus actuaciones, que se vincula directamente con la variedad y el número creciente de tareas asumidas por el Servicio de Inspección.
El consejero ha indicado que el carácter permanente y progresivo de muchas de las intervenciones propias de la inspección educativa aconsejan un planteamiento «a más largo plazo», que permite un diseño de objetivos «más complejo y global», sin perjuicio de las sucesivas concreciones en forma de planes anuales que se van a ir produciendo. Esta elección proporciona una mayor transparencia en las actuaciones del servicio, así como la mejora en la implementación de eventuales medidas de corrección y de mecanismos de evaluación periódicos respecto de los objetivos establecidos.
El Plan de Acción de la Consejería de Educación, Formación Profesional y Universidades para los cursos 2023-2027 considera a la Inspección de Educación como uno de los factores clave para asegurar la calidad del sistema educativo. Sus miembros desarrollan un trabajo esencial en constante progreso hacia la mejora continua, teniendo presente su carácter de servicio a la ciudadanía y conscientes de la responsabilidad asociada a su labor, en permanente colaboración con el resto de agentes implicados en la educación de Cantabria.
La Inspección
Actualmente, el Servicio de Inspección Educativa está compuesto por un total de 27 efectivos que atienden a 188 centros públicos, de los que 137 son centros de Infantil y Primaria, de Educación Especial y 51 de Secundaria y FP.
En los últimos años ha aumentado de modo importante el número de aulas de Infantil para alumnado de 1 año y se prevé la futura puesta en funcionamiento de un nuevo Centro Integrado de la Familia Profesional Marítimo-Pesquera y de un nuevo IESO. Son también objeto de supervisión los centros de personas adultas, los conservatorios, las escuelas oficiales de idiomas y los equipos y estructuras de orientación. Asimismo, el Servicio de Inspección atiende a 128 centros concertados y privados de todas las etapas y enseñanzas.
Su tarea principal es la labor global de orientación, asesoramiento, supervisión y evaluación que se extiende a gran variedad de aspectos. Cabe mencionar, a título de ejemplo, algunas de ellas, como es la revisión periódica de los documentos institucionales de los centros a fin de asegurar su adecuación a la normativa −especialmente a las novedades introducidas por la Lomloe, con particular énfasis en los enfoques competenciales que deben primar en los procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación−.
También es fundamental su trabajo de asesoramiento en lo referente a la nueva ley orgánica reguladora de la FP (LO 3/2022), que introduce no pocas novedades que afectan a la gestión de los centros educativos y que deben ir incorporándose progresivamente. En lo que se refiere al personal docente, el Servicio de Inspección tiene un papel clave en la evaluación y seguimiento del profesorado en prácticas, previo a la toma de posesión como funcionarios y funcionarias de carrera.
En el curso 2023-24 se encuentran en esta situación un total de 100 docentes y se prevé que para el curso 2024-2025 se precise evaluar el desempeño de alrededor de 423 docentes que accedan a las plazas convocadas en los procesos que se celebren durante el presente curso. También en este ámbito se enmarcan otro tipo de labores de supervisión relativas al cumplimiento de obligaciones por parte del profesorado, tarea imprescindible para asegurar la calidad del sistema en su conjunto.
A todo lo anterior se suma el seguimiento, evaluación y asesoramiento que los inspectores e inspectoras realizan respecto de gran número de planes, programas y proyectos desarrollados en los centros educativos. En este ámbito, como en otros, inspectores atienden habitualmente consultas o solicitudes de información procedentes no solo de equipos directivos, sino también de familias, asociaciones y otros agentes, para lo que disponen de canales de comunicación telefónica, electrónica y presencial.
Finalmente, no es menos importante su labor en el ámbito de la convivencia en los centros educativos, que presenta una complejidad creciente. En este contexto, la Inspección Educativa está llamada, de nuevo, a orientar y asesorar a los equipos directivos en la resolución de conflictos, impulsando, y participando, si fuera preciso, en los procesos de mediación.