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Las unitarias, el “corazoncito” que mantiene a flote los pueblos

Con 11.600 habitantes y una población mayor que supera con creces a la joven, la isla de El Hierro cuenta con un total de cinco escuelas unitarias. Su alumnado, además de aprender materias y valores, hace de pueblos, generalmente aislados, lugares más alegres para quienes viven en ellos.
Begoña ÁvilaLunes, 25 de marzo de 2024
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¿Es posible dar clase a nueve niños y niñas de cuatro a once años, a la vez? “Lo es. Con ayuda es posible”. Lo afirma y lo confirma Gara Armas García, directora del CEIP Guarazoca y maestra tutora del único grupo del centro.

De los más de 2,2 millones de habitantes que tiene el Archipiélago Canario, solo algo más de 11.600 residen en El Hierro, la más meridional y pequeña de las islas canarias occidentales. En ella, más de un tercio de su población supera los 65 años, y apenas 1.200 habitantes tienen 15 años o menos. Por eso, para núcleos poblacionales como el caserío de Isora, perteneciente a la capital de la isla, Valverde, pero situado en las medianías a 10 kilómetros de su casco urbano, “es muy importante contar con una escuela unitaria”.

Lo cuenta Dunia Armas, madre de Valentina (6º de EP) y Jonay (4º de EP), quien asegura que el centro, que actualmente cuenta con 15 alumnos y alumnas de entre cinco y 11 años, “enriquece muchísimo al pueblo”. No obstante, expone que “los niños y niñas de la escuela aportan alegría, sobre todo, a las personas mayores, que les ven cada día jugar allí mismo y con quienes el centro organiza actividades de manera periódica”.

Valentina, hija de Dunia, trabajando en un taller de manualidades con personas mayores.

Los hijos de Dunia han realizado toda su educación infantil y primaria en este pequeño caserío de apenas 400 habitantes y jamás se ha arrepentido de su decisión. De hecho, siendo consciente de que su hija mayor abandonará el centro al finalizar este curso para ir al instituto de Valverde, espera que “la escuela continúe en el tiempo”.

Expone que en “la unitaria” (como la llama coloquialmente) “no solo alcanzan los resultados que se trabajan en otros centros escolares, sino que, además, realizan tareas como el mantenimiento continuado de su propio huerto escolar». «Además, yo percibo que interiorizan valores como la nobleza o el de saber compartir”, a lo que añade: “Para mí es un orgullo que me paren por la calle y me diga una vecina: “¡Ay, qué niños más buenos!” No lo puedo explicar con palabras”, expone emocionada.

El alumnado trabaja el huerto escolar de su centro.
Más escuelas unitarias que no unitarias

A la isla de El Hierro, la segunda más pequeña de las Islas Canarias (la primera es La Graciosa), la definen, además de la generosidad y amabilidad de su gente, su dispar orografía. Es, con sus apenas 270 kilómetros cuadrados de superficie, la isla canaria con mayor densidad de conos volcánicos, alrededor de 500. Todo ello incide en la distribución de sus pueblos, algunos en medianías, otros en costa, aislados entre sí y unidos por vías que rara vez van en línea recta.

Algunos de esos pueblos, como el de Isora o también Guarazoca, son un claro ejemplo de apuesta por las escuelas unitarias. Aquellas donde la formación se realiza mediante agrupamientos en los que entra alumnado de diferentes edades. Su objetivo es favorecer la permanencia de los niños y niñas en sus núcleos natales a la vez que aprender de una manera más personalizada en su propio entorno, generalmente rural, aunque no siempre.

 

Canarias cuenta con más de 120 escuelas unitarias, cinco de ellas en la isla de El Hierro: El CEIP Mocanal-Juana María Hernández Armas, el CEIP Guarazoca, el CEIP Isora y el CEIP San Andrés, que pertenecen a la capital, Valverde; y el CEIP La Restinga, en el municipio de El Pinar. Curiosamente, esta isla cuenta con más Centros de Educación Infantil y Primaria (CEIP) considerados como escuelas unitarias que aquellos que no lo son: el CEIP Taibique (El Pinar), el CEIP Valverde (Valverde) y el CEIP Tigaday (Frontera).

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No hay intención de prescindir de ninguna escuela unitaria en El Hierro

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La directora insular de Educación del Gobierno de Canarias en la isla, Yanely Santana, reconoce que el hecho de que la isla cuente con esta cantidad de centros “se debe al empeño de las familias, que ven en este sistema de enseñanza una oportunidad para sus hijos e hijas, ya que se trata de un modelo pedagógico del que unos y otros se retroalimentan y aprenden entre sí”.

Del mismo modo, entiende que haya “padres y madres que prefieran que sus hijos estudien en su entorno a que vayan en una guagua al colegio, con apenas tres añitos, a las 7 de la mañana”.  Expone, de hecho, que “no hay intención, actualmente, por parte de la Consejería de prescindir de ninguno de estos centros”.

Por otro lado, expone que “la idea, en los últimos años ha sido dotarlas de los servicios que han necesitado, como el de comedor”. A lo que añade: “No obstante, el Gobierno de Canarias decidió asumir este servicio en todos los centros de la isla (antes solo algunos lo tenían y se asumía por distintas partes), ya que algunos corrían peligro de disminuir matrículas por no disponer de este servicio que permite, al incrementar el horario de salida del alumnado, mejorar la conciliación de las familias”.

Todas las instituciones, a una

La oportunidad que suponen las escuelas unitarias en la isla para la pervivencia de las poblaciones más aisladas es también fruto del esfuerzo de los ayuntamientos donde se encuentran, tanto el de Valverde como el de El Pinar, que facilitan la asistencia del alumnado a actividades realizadas en el casco de sus municipios, aportan fondos para el transporte, actividades extraescolares, etc.

Como institución representativa de la isla, también el Cabildo insular se implica en la formación de los niños y las niñas herreños. Además de aportar partidas para servicios complementarios, el área de Medio Ambiente ha sido la responsable de que cada una de las escuelas disponga de compostera. Además, se encarga de su mantenimiento. Del mismo modo, a finales del año pasado, el alumnado de las cinco escuelas participó en la recogida de residuos en el monte llegando a recopilar y limpiar todo tipo de basura por un peso superior a 600 kilogramos.

Personal de Medio Ambiente del Cabildo de El Hierro, durante la actividad de recogida de basura.

Cabe destacar, no obstante, la implicación de la isla con la sostenibilidad, especialmente la ambiental. De hecho, El Hierro es, en su conjunto, Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO desde el año 2000, y ha sido la primera isla del mundo en autoabastecerse de energías limpias, a partir de la puesta en marcha de una central hidroeólica inaugurada en 2014. Un hito que consiguió por primera vez en 2015, cuando estuvo cuatro horas ininterrumpidas desconectada de la central eléctrica convencional.

Las madres y padres, clave para la continuidad de las unitarias

La directora de la escuela unitaria de Isora, Ana Dolores Yanes González, reconoce el esfuerzo de todas las instituciones por ayudar a la permanencia de estas escuelas que pertenecen al Colectivo de Escuelas Rurales (CER) de la isla, que ella se encarga de coordinar. Aunque, sobre todo, pone el énfasis en los padres y madres del alumnado: “Se involucran los primeros en la vida del centro, buscan actividades, tanto en nuestra escuela como en la calle, para unir a todas las de la isla. Porque desean que sus hijos e hijas sigan estudiando en las unitarias”.

Sin embargo, Ana reconoce también que, para cumplir el currículum, “hay un gran trabajo por parte de los docentes en casa, para planificar y que todos lleguen a sus objetivos”. Aún así, “merece la pena” porque para ella “las escuelas unitarias son ese corazoncito que mantienen a flote los pueblos”. Asegura que el hecho de que las personas mayores vean a niños jugando en las canchas o colaborando con ellos en trasplantar flores de Pascua en Navidad es un aliciente para ellos. Les dan vida”.

Alumnado del CEIP Isora trabajando por vecinos y vecinas de pueblo para colocar flores de Pascua en Navidad.

En la escuela unitaria de Isora existen dos unidades de formación: una para Educación Infantil y primer ciclo de Educación Primaria, y otra para el resto de cursos: de 4º a 6º EP. Los contenidos se adaptan según la dificultad que requiere el nivel. “Un ejemplo: tratamos los sustantivos empezando por los más pequeños, de manera más visual, y según subimos de nivel, vamos introduciendo algo más de dificultad”, expresa.

Pero en la escuela unitaria de Isora también se trabajan proyectos que, reconoce Ana, “en otro tipo de centro serían más complicados de ejecutar”, como el de disponer de un gran huerto escolar y la compostera. «Aquí, las familias traen sus desechos, igual que la tienda y el bar del pueblo”. De esta manera, “ellos mismos ven cómo se genera el compost que usamos en el propio huerto del centro, o que se llevan a casa para los suyos”.

Compostera, que se encuentra en todas las escuelas unitarias de El Hierro.
¿Es posible dar clase a nueve niños y niñas de cuatro a once años, a la vez?

“Lo es. Con ayuda es posible”. Lo afirma y lo confirma Gara Armas García, directora del CEIP Guarazoca y maestra tutora del único grupo del centro. A su cargo tiene, cada día, a niños y niñas desde Infantil a 6ª de Primaria, a quienes imparte Matemáticas, Lengua y Conocimiento del Medio. Reconoce que “la ayuda de los compañeros y compañeras que vienen a impartir otras materias es fundamental para poder enseñar lo que corresponde a cada nivel”.

Gara explica, en todo caso, que, al contar con horas liberadas por ser directora, aquellas en las que otros docentes imparten clase, aprovecha para desdoblar el grupo y reforzar la formación de los mayores. Todo un reto, sin duda, para una directora primeriza que ha cogido el cargo con mucha energía; hasta el punto de haber renovado, en apenas seis meses, la imagen del colegio y el mobiliario más antiguo. Su objetivo: “que los niños y las niñas estén más cómodos”, añade.

No es para menos. Este año, además, se han ido de viaje, junto a compañeros y compañeras de los otros centros al Museo de las Ciencias y el Cosmos, en Tenerife. “Era la primera vez que se iban sin sus padres, y, aprovechando el proyecto STEAM llevamos al alumnado que participa en él en dos jornadas diferentes. Al final los ves tan contentos, porque muchos no habían cogido un avión nunca, ninguno había viajado sin su familia, ni habían visto un museo como ése. La verdad es que fue una experiencia preciosa que valió, sin duda, la pena”, afirma convencida.

Visita al Museo de las Ciencias y Cosmos, en Tenerife.
Proyecto STEAM

Las escuelas unitarias de Canarias llevan tres años teniendo la oportunidad de acercarse más a la ciencia, a través del Laboratorio STEAM en el aula rural del Gobierno regional. Un proyecto guiado para fomentar la disminución de la brecha en ciencia y tecnología que afecta a los entornos más rurales, especialmente en las islas no capitalinas, y favorecer la calidad, la equidad, la igualdad e inclusión en el sistema educativo canario.

Alumnado del CEIP Isora mostrando su proyecto del Laboratorio STEAM de una edición anterior.

La coordinadora de las escuelas rurales de El Hierro y directora del CEIP Isora explica que, en su caso, llevan inscritos desde la primera edición. Y gracias a él, utilizan el pensamiento computacional para implementarlo en un proyecto donde integran la electricidad. Este año, la temática es el Patrimonio y cada centro ha de realizar un proyecto diferente.

Este curso, el alumnado de Ana, tras haber hecho en una edición anterior una maqueta interactiva que tuvo gran éxito, está haciendo un proyecto relacionado con la Bajada de la Virgen de El Hierro, el acontecimiento más importante que tiene lugar en la isla cada cuatro años. “Ahora, por ejemplo, están aprendiendo a coser, y posteriormente irán avanzando hasta realizar un sistema que permita a los gorros de los bailarines de la bajada iluminarse según toque un pito o un tambor”.

Un alumno de Isora cosiendo, para el proyecto STEAM.
Una alumna de Guarazoca cosiendo, para el proyecto STEAM.

Lo mismo, a coser, están aprendiendo justamente en Guarazoca, cuyo proyecto se basará en realizar figuras de fieltro que representen el patrimonio arquitectónico, gastronómico o natural de la isla: “unos han elegido el faro de Orchilla, otros la quesadilla, etc.” En definitiva, será un recorrido por todo aquello de lo que ellos y ellas se sienten orgullosos y que realizarán en su propio entorno, en la escuela unitaria del pueblo que les ha visto crecer y aprender de sus propias raíces.

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