Loida González: “Tenemos la responsabilidad de que los niños y niñas sean felices en el aula”

Después de llegar a la final en seis ocasiones anteriores, a la séptima venció. Loida González (1980) recibió el pasado 24 de febrero el galardón de mejor docente de Educación Infantil de España en los premios que otorga cada año Educa Abanca. Y reconoce que ha sido uno de los momentos más emocionantes de su vida.

“Recibí la noticia en tiempo real, porque se hizo una gala en La Coruña, e íbamos conociendo las puntuaciones allí mismo”, afirma la también directora del CEIP Lajares, ubicado en el municipio de La Oliva, en Fuerteventura. Recuerda que sus nervios se incrementaban cuando era consciente de que iban nombrando a otros compañeros y compañeras finalistas, “lo que podía implicar que podría ganar”.

Y así fue. “La verdad es que fue un orgullo estar allí y ser consciente de que el propio consejero de Educación, Poli Suárez, y su equipo, estaban siguiendo la gala en directo, en streaming. De hecho, me felicitó nada más conocerse el resultado, y eso, para mí también es un reconocimiento a un trabajo de años”, añade.

La fórmula que ha llevado a Loida a convertirse en la mejor docente de Educación Infantil de nuestro país tiene muchas horas de dedicación. No obstante, afirma pasar mucho tiempo fuera de su horario laboral “ideando, planificando, incluso recortando, coloreando o plastificando”. Y es consciente de que es un trabajo que “no se ve”.

Para la docente, que compagina el hecho de haber sido reconocida entre más de 2.000 compañeros y compañeras es “oxígeno para continuar con un trabajo al que le pongo mucho corazón todos los días”. Aún así, y por duro que sea, es mejor hacerlo todo “con positividad”. “Tenemos la responsabilidad de que los niños y niñas sean felices en el aula; por eso, y a pesar de lo que nos ocurra fuera, debemos recibirlos cada mañana con una sonrisa y un gran abrazo. Ponernos en su lugar y convertirnos en el profe o la profe que nos gustaría que nos diera clase”, añade.

Para Loida la formación continua en la docencia es la clave para alcanzar el éxito en la atención de los niños y niñas. Y, aunque no lo basa todo en ello, también utiliza innovadoras metodologías, entre las que se incluye el uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Entre ellas, la realidad aumentada o el uso de impresoras 3D.

“Utilizo el cubo de Merge, un cubo de gomaespuma con códigos QR. A partir de él, los niños y las niñas pueden tener en su propia mano todo el sistema solar”. Explica que para el alumnado “no es lo mismo verlo en una ficha o en un dibujo, que también está bien –aclara–, que tener los planetas en su mano; y, encima, si tocas el Sol, puedes incluso ver su núcleo”, explica docente, que añade que con el ciclo del agua hace una actividad muy similar.

Sin embargo, Loida expone que sus estrategias para llegar al alumnado más pequeño van “un poquito más allá. Quiero que el aprendizaje sea un juego, pero es un juego muy planificado y muy elaborado; y los padres y madres lo saben desde que tenemos la primera reunión al comenzar el curso”.

Ellos son los primeros en comprobar en qué consisten las metodologías de Loida, antes que sus propios hijos: realiza pruebas con ellos “y se divierten mucho cuando ven lo que hago y cómo lo hago. Y lo que es más importante: entienden mi metodología”. En todo caso, añade que si hubiera algún papá o mamá que no lo entendiera “se lo explicaría” porque afirma que “la comunicación con las familias es muy importante”.

Afirma, en todo caso, que la innovación digital es solo una parte de su día a día. Le gusta trabajar mucho los valores y las emociones, “Yo intento que los niños y las niñas vengan a clase y se sientan bien, valorados, a gusto. Por eso, trabajo mucho con ellos sus potenciales y pongo en valor las destrezas en las que destacan y trabajamos aquellas que les cuestan más. Mi trabajo es también es sacar un diamantito de cada uno de ellos, que lo tienen”.

Loida González reconoce que ser docente y dedicarse al Magisterio es complicado. “Es una profesión muy quemada, que ha ido perdiendo prestigio, pero yo intento siempre tener energía para seguir creando e, incluso, formándome fuera del horario de clase. Voy a muchos cursos y aprendo mucho de otros compañeros y compañeras”.

“Me gusta mucho compartir lo que hago”. Por eso publica sus metodologías en su Instagram “La clase de Loida”, con el objetivo de tratar de inspirar a otros docentes para que se animen a innovar y a hacer de sus clases “un lugar divertido donde el aprendizaje no esté reñido con las risas y con pasarlo bien”.