Sara Giménez: "La brecha es abismal: el 62,8% del alumnado gitano fracasa escolarmente”
Los datos son dolorosamente elocuentes. Seis de cada diez alumnos gitanos fracasan escolarmente y dos de cada diez en tercero de Primaria ya han repetido algún curso; en quinto ya son cuatro de cada diez. ¡Cuatro de cada diez críos de diez años que ya se han visto obligados a repetir! Se ha hecho mucho pero aún queda demasiado. Tal vez de ahí el sabor agridulce que nos dejan las palabras de la directora de la Fundación Secretariado Gitano, Sara Giménez.
Me dicen que la Fundación Secretariado Gitano va como un rayo…
–El salto ha venido por la gestión de fondos estructurales del Fondo Social Europeo. Esto nos ha permitido crecer territorialmente, ya estamos en todas las comunidades autónomas excepto en La Rioja. Tenemos más de 70 sedes de trabajo y actualmente somos en torno a 1.200 trabajadores. Y colaboramos con más de 15.000 empresas.
¿Y a qué os dedicáis?
–Somos una organización intercultural y como propuesta social trabajamos con personas gitanas y no gitanas, de manera conjunta.
Pero nuestra principal actividad viene muy guiada por promocionar la igualdad de trato para los gitanos y las gitanas. Este ha sido nuestro foco.
Empezamos hace 20 años con el programa de empleo “Acceder” enfocado en el acceso de las personas gitanas al mercado por cuenta ajena. Ha sido un programa del Fondo Social Europeo, pionero, que ha provocado la transformación social en las personas gitanas, en las empresas y en la sociedad.
¿Ha cambiado la imagen del colectivo gitano?
–Empecé trabajando en este programa y te das cuenta de que ha habido un cambio en la mirada, tanto desde como hacia los gitanos y gitanas de nuestro país.
Por un lado, los gitanos dejan de mirar la venta ambulante o ese tipo de oficios y se ven como asalariados, con su nómina y su estabilidad económica.
Las empresas han madurado muchísimo en cuanto a la incorporación de las personas gitanas. Al principio el prejuicio y el estereotipo pesaba y ahora, aunque nos queda camino por recorrer, hemos hecho un gran salto.
¿Cuestión de Educación?
–En efecto, uno de los ejes principales ha sido la Educación. Cuando empezamos a trabajar con este programa nos dimos cuenta de que para acceder a empleos dignos tienes que tener una formación y una educación.
Aquí veíamos las grandes brechas que hay con el alumnado gitano y cómo eso condiciona el salto al empleo. Por ello, desarrollamros otro de los programas del Fondo Social Europeo, el programa “Promociona”, con el que les ayudamos en materia educativa.
¿Queda mucho para alcanzar esa igualdad de oportunidades?
–Somos conscientes de los temas pendientes y graves de nuestro país –chabolismo, infraviviendas…– cuando hablamos de igualdad de oportunidades.
¿Sigue habiendo mucho chabolismo?
–Actualmente, los datos de nuestro último estudio revelan que aún hay 25.000 personas en España que todavía viven en asentamientos chabolistas, de ellas 18.000 son personas gitanas y de esas 18.000, el 50% son menores de 16 años.
Uno de nuestro foco de incidencia es el chabolismo, pensamos que que una democracia avanzada debe acabar, a medio plazo, con él. Luego hay otro foco relacionado con igualdad de la mujer gitana, este lo llevamos a través de nuestro programa “Calí”, porque somos conscientes de que las brechas de género nos afectan más a las mujeres gitanas.
Llama la atención que la discriminación por ser gitano sigue siendo la mayor y que la mejora de la percepción es lenta.
–En la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia, de la que soy la representante española, ves cómo la dimensión del rechazo a las personas gitanas a nivel europeo es brutal.
Pero el propio barómetro dice que en España estamos por encima de la media en la reducción del antigitanismo. Esto es porque se ha trabajado desde hace años en políticas de asistencia a las víctimas de discriminación y de sensibilización social.
En la anterior legislatura se ha incluido el antigitanismo como reforma en el propio Código Penal. En España hemos sido la avanzadilla en esta materia, pero ya se ve que es insuficiente por los datos que observamos.
¿Hay más rechazo o más conciencia de rechazo?
–Creo que la gente es más consciente de ese rechazo. Las propias víctimas de la situación son mas conocedoras de su derecho y reivindican su defensa. Pero no creo que estén peor las cosas.
Pero queda mucho por hacer, ¿no es así?
–Claro. Sigue habiendo personas que no quieren que su hijo comparta pupitre con una persona gitana. Hay que seguir cambiando esta percepción errónea de la diversidad. La historia y la cultura del pueblo gitano no se conoce y esto tiene que ver mucho con la discriminación.
La última reforma educativa incluyó que debía estar dentro de los contenidos curriculares la historia y cultura gitana. Se ha incluido en la ley, pero no en la práctica. La gente suele rechazar lo desconocido.
Sigue habiendo personas que no quieren que su hijo comparta pupitre con una persona gitana
"¿Cómo debería incluirse todo esto en los currículos?
–Creo que se debería de ir incluyendo de manera transversal en todas las asignaturas. Pero si los avances jurídicos no los llevas a la práctica, no se avanza.
¿Cómo se pueden desintegrar los prejuicios?
–Mostrando una imagen heterogénea. Nosotros tuvimos una campaña centrada en eso porque parece que, o estás en el ámbito de la exclusión o estás en el ámbito del folclore… Ahora, sin embargo, hay una masa de comunidad gitana que no se corresponde con eso. Hay que mostrar más la diversidad de los gitanos, esos referentes que forman parte de la sociedad y pasan desapercibidos.
Yo lo he vivido en primera persona. Cuando digo a la gente que soy gitana se sorprende. Así también se contribuye a desintegrar estos prejuicios.
¿También hay que hacer pedagogía dentro del pueblo gitano?
–Los gitanos somos conscientes de las diferencias, pero el pueblo gitano tiene claro que quiere formar parte de esta sociedad.
Volvamos a las aulas. ¿Qué datos tenéis?
–La educación es una de nuestras mayores preocupaciones, es el mayor reto que tiene la administración central cuando se habla de desigualdad. La brecha es abismal. El 62,8% fracasa escolarmente, en tercero de Primaria más del 23% de los alumnos han repetido una vez, pero si te vas a quinto de Primaria, más del 40% han repetido. Las diferencias con el alumnado general son muy duras.
La situación del abandono escolar es del 86,3%, esto da unos indicadores de hacia dónde va el futuro del pueblo gitano. No hay que olvidar que la salida de la raza gitana de la pobreza depende del nivel educativo.
¿Habla por propia experiencia?
–Cualquiera de las personas gitanas que nos hemos formado y que hemos tenido oportunidad educativa, hemos dado un salto a una vida digna. Hay programas específicos que vemos que funcionan, pero hay un sistema que no da respuesta.
¿Qué es exactamente lo que solicitáis desde la fundación?
–Nuestro programa “Promociona” ofrece apoyo educativo, apoyo digital y además proporciona un orientador que habla con las familias y con el propio centro. Los alumnos que acuden a este programa, que serán unos 1.500, tienen un éxito de un 80% en titulación en Educación Secundaria Obligatoria. Pero este programa es una gota en el océano.
Queremos solicitar, que sabiendo que hay cosas que funcionan, sea la Administración la que abandere este programa y establezca un eje de trabajo específico en materia educativa para corregir esta brecha.