“Educar con enfoque de género es la única manera de enseñar al alumnado a aceptarse a sí mismo y a los demás”

Para lograr una igualdad efectiva entre mujeres y hombres, la educación es la mejor herramienta. Aunque se ha avanzado mucho en los últimos años, es imprescindible continuar con la búsqueda de la igualdad para acabar con la desigualdad entre mujeres y hombres en nuestra sociedad, en general, y en el ámbito educacional, en particular.

Para ello, la LOMLOE introdujo, entre otras medidas, una nueva materia en Primaria y Secundaria sobre valores cívicos y éticos, que presta especial atención a la igualdad entre mujeres y hombres y al valor del respeto a la igualdad. Además, en Bachillerato, se incorpora entre los objetivos de la etapa “consolidar una madurez personal, afectivo-sexual y social que permita prever, detectar y resolver posibles situaciones de violencia”, según el Ministerio de Educación.

En Magisnet hablamos con Sara Martín, profesora de latín y griego en un colegio público de la Comunidad de Madrid, para saber cómo aplica ella la perspectiva de género en su día a día en el aula y por qué es tan importante hacerlo.

¿Has observado algún avance en los espacios educativos en cuanto a enfoque de género?
–Creo que se trabaja mucho más que antes y que, además, se hace de una forma mucho menos forzada. Mientras antes solo se trabajaba en fechas marcadas, hoy en día se trabaja de manera transversal en el currículo, sin ser muchas veces conscientes de ello.

¿Acogen bien los alumnos este tipo de enfoque?
–Con el tiempo he aprendido que si tratas de forma muy directa el tema, como hacíamos antes en Atención Educativa (antiguo nombre de la asignatura en la que se trabajan los ODS), los alumnos sienten rechazo y se ponen a la defensiva o, lo que es peor, lo ven como una ocasión para perder clase.

¿Por qué es tan importante educar con enfoque de género?
–En etapas como la Secundaria, una etapa primordial cuando hablamos de la creación de identidad de un alumno, tratar este tema es imprescindible. Muchas veces se piensa que educar con enfoque de género es adoctrinar, pero la realidad es que es la única manera en la que se consigue fomentar la aceptación de uno mismo y de los demás. Se fomenta el respeto y se facilita la convivencia de todo el mundo independientemente de su género.

¿Recibís los profesores formación para saber cómo tratar estos temas?
–Los profesores recibimos cada vez más formación para aprender a educar con perspectiva de género y conseguir que los alumnos se acepten y respeten. Poco a poco, estamos viendo cómo este enfoque está logrando que se derriben muchos estereotipos de género, aunque debemos seguir trabajando porque aún hay muchos temas, como el uso del femenino genérico, que son motivo de burla y risa, incluso entre alumnas.

¿Qué cambios puede generar el enfoque con perspectiva de género en el entorno educativo?
–Hemos visto cómo después de muchos años hay niñas en el patio jugando al fútbol con chicos, o incluso entre ellas, y niños saltando a la comba. En mi colegio, por ejemplo, hay una pequeña liga de volleyball, fútbol y baloncesto en el recreo en la que no existe diferenciación de género. La educación con perspectiva de género es esencial para educar al alumnado y que se respeten entre ellos.

¿Consideras que es posible instaurar el enfoque de género en la totalidad del sistema educativo nacional?
–Creo que sí, no vería a priori ninguna razón por la que no pudiese ser así, aunque somos muchos docentes, y conseguir que todos pensemos igual es imposible. La última ley fuerza un poco a trabajar este tipo de temas en etapas más tempranas y nos obliga, muchas veces, a replantearnos las maneras de educar. Existen muchos docentes a los que tratar este tipo de temas les puede parecer contraproducente, pero la clave siempre está en encontrar el equilibrio y la manera de hacerlo con cada grupo.

¿Cómo puede ayudar la educación con perspectiva de género en el día a día?
–En este cole en el que estoy ahora tenemos un niño trans en Primaria. Los alumnos y profes necesitamos obviamente educación de género porque muchas situaciones que se dan son nuevas y, a veces, no sabemos cómo actuar. Educar en lo que podemos preguntar o no, por ejemplo, permite que este alumno se sienta cómodo en su día a día en el colegio y facilita la convivencia entre el alumnado. Muchas veces este tipo de cuestiones nos parecen lejanas, pero son una realidad que tenemos en las aulas y que hay que saber tratar.

¿Sientes que tu realidad como mujer docente es distinta a la que vive un hombre?
–Sí, yo como profesora me he sentido especialmente juzgada a la hora de hablar de ciertos temas, incluso por alumnas. No sé cómo es la realidad de un hombre, pero me da la sensación de que no tienen que ir con tanto cuidado como nosotras.