Preocupación en Escuelas Católicas por la polarización política y cómo afecta al diálogo educativo
El Nuncio apostólico en España ha dirigido unas palabras de aliento y reconocimiento a la labor de la escuela católica.
El nuncio de Su Santidad en España, monseñor Bernardito Cleopas, inauguró hoy la Asamblea anual de Escuelas Católicas con palabras de aliento y afecto a la labor educativa que realizan las escuelas católicas en España. Envió a las autoridades y representantes de las instituciones titulares de los centros presentes en la Asamblea, un saludo en nombre del Santo Padre, y expresó su agradecimiento por participar en un encuentro con “responsables comprometidos con la educación de las nuevas generaciones”. Librada Carrera, subdirectora general de Centros del Ministerio de Educación, reconoció la labor educativa realizada por la Iglesia desde hace más de 600 años, y aseguró que el Ministerio al que representa se es plenamente consciente “del carácter complementario de nuestras redes educativas” y que por ello “deben ser dotados por las Administraciones con los medios para llevar a cabo el compromiso educativo”.
Bernardito Auza recordó las palabras recientemente pronunciadas por el Papa en las que aboga por caminar juntos, por el trabajo en red, por apostar por la libertad y la cultura del encuentro y, en definitiva, por la sinodalidad que está en la entraña de la educación. No podría entenderse la misión educativa, –señaló el Nuncio de su Santidad–, “sin pensar en una labor coral”. “Continúen con el mismo esfuerzo y dinamismo esperanzador, para que el trabajo sea fructífero. Sigan comprometidos con llevar la luz del Evangelio a los jóvenes y familias”.
En el acto de inauguración participó también Monseñor Luis Ángel de las Heras, presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, quien en su saludo a los miembros de la Asamblea quiso reconocer la labor que las instituciones de vida consagrada realizan buscando llevar la educación a los menos favorecidos de la sociedad, respondiendo así a su misión y responsabilidad con la cultura de la inclusión.
Instó a todos a seguir caminando juntos en colaboración, con responsabilidad y compromiso, apostando por la misión compartida, “expresión de sinodalidad”, e incrementando la capacidad de trabajar juntos en lo local y en lo nacional en “una misión educativa llena de aciertos y frutos”. “Gracias por tanto, por tanto compromiso con los jóvenes, con las familias y profesores, por la educación inclusiva, por el diálogo y escucha, por el trabajo en red, por educar en valores eclesiales”, subrayó.
Durante su intervención Monseñor Alfonso Carrasco, presidente de la Comisión de Educación y Cultura, aseguró que “la sinodalidad no es solo una tarea, sino una realidad vivida desde hace tiempo en los centros religiosos” donde laicos y religiosos caminan unidos. Para él, “sinodalidad es caminar juntos” y por ello considera que es necesario crecer en la conciencia de nuestra identidad, ser conscientes de la riqueza de lo que somos y de las posibilidades de futuro, “ser expresión verdadera del Pueblo de Dios”.
En alusión al lema de la Asamblea afirmó que “somos en Jesús, somos experiencia, realidad educativa que necesita seguir caminando juntos, porque la sociedad lo requiere”.
Monseñor Francisco César García Magán, secretario general de la CEE, llamó la atención de los presentes sobre la presencia plural y rica de la Iglesia en el ámbito educativo, una realidad que realiza un servicio de “anuncio de la Palabra” y que requiere de un sentimiento de Iglesia, de comunión, de misión y compromiso. Recordó a los educadores e instituciones que, en su labor, están siendo Iglesia, testigos del resucitado, y llevando vida, alegría y paz a los hombres donde hay muerte, guerra, luchas… de ahí la importancia de sentirse miembros de la Iglesia que testimonia.
Asimismo, destacó el compromiso que la escuela católica tiene con toda la sociedad, tanto por su aportación al bien común de la sociedad, como porque su presencia garantiza el derecho a la libertad religiosa y a la libertad de enseñanza. Y concluyó con palabras de esperanza y ánimo: “Adelante, vuestra tarea no es profesión, es vocación, es servicio, es compromiso y hacerlo con esa conciencia de ser testigos de Jesús y enviados por la iglesia”.
Por su parte, Librada Carrera, subdirectora general de Centros del Ministerio de Educación, reconoció la labor educativa realizada por la Iglesia desde hace más de 600 años, y animó a los presentes, representantes del 57% de la enseñanza privada concertada de nuestro país, a continuar su compromiso social a través de la educación, a mantener su compromiso con la atención a la diversidad y a la inclusión, a colaborar con las familias, a ofrecer una educación integral y a crear espacios seguros.
Recordó, además, la labor de los centros de Ceuta y Melilla adscritos a Escuelas Católicas y aseguró que desde el Ministerio al que representa se es plenamente consciente “del carácter complementario de nuestras redes educativas” y que por ello “deben ser dotados por las Administraciones con los medios para llevar a cabo el compromiso educativo”.
La última en intervenir en el acto de inauguración fue Ana María Sánchez, presidenta de EC, quien aseguró que la celebración de esta Asamblea “recuerda la misión, la identidad y el compromiso por la educación de nuestras instituciones” y mostró su deseo de que el tiempo compartido durante su desarrollo “sea momento para entrelazar voces y aportar alegría a quienes nos rodean”.
Destacó, además, la importancia de “mirar más allá de nuestra instituciones para ver todo lo que somos y aportamos a nuestra sociedad, para reconocernos como hermanos de este Pueblo de Dios, como escuela sinodal”.
Desafíos y compromisos
Tras la inauguración, la directora del Departamento de Comunicación, Victoria Moya, presentó la memoria de actividades del año 2023. Por su parte, el secretario general de Escuelas Católicas, Pedro Huerta, expuso el informe de gestión de la institución, en el que hizo un llamamiento a la acción y a la reflexión conjunta. En su intervención, marcada por un firme compromiso con la mejora del sistema educativo y la defensa de la libertad de enseñanza, abordó varios desafíos destacando dos de ellos: la catolicidad y la sinodalidad.
Desde la última Asamblea General, –aseguró– Escuelas Católicas ha mantenido una presencia activa ante las administraciones educativas, abogando por propuestas concretas ante el Ministerio, así como otras entidades relevantes del sector, destacando la persistencia en el diálogo y la búsqueda de consenso como valores fundamental en este proceso.
El secretario general compartió su preocupación por la polarización política que ha afectado al diálogo educativo en el país, así como por una serie de desafíos prácticos, desde la actualización del módulo de conciertos hasta la creciente burocracia impuesta a los centros. Huerta hizo hincapié en la necesidad de un enfoque colaborativo y respetuoso que permita a las instituciones educativas cumplir con un proyecto educativo elegido por las familias que optan por un modelo educativo de identidad católica.
Asimismo, destacó el compromiso de Escuelas Católicas con el Pacto Educativo Global propuesto por el papa Francisco, adoptándolo como un modelo organizativo y de acción transversal. La participación en diversos encuentros con las entidades titulares de los centros y la colaboración con organismos eclesiales y educativos reflejan este compromiso con la sinodalidad y la construcción de una cultura del encuentro en el ámbito educativo.
El informe de Huerta también abordó los esfuerzos continuos de Escuelas Católicas en el desarrollo de proyectos significativos, desde iniciativas de cuidado y acompañamiento hasta reflexiones sobre los desafíos emergentes como la inteligencia artificial y los nuevos paradigmas de liderazgo.
En resumen, la intervención del secretario general subrayó el «compromiso continuo de Escuelas Católicas con la excelencia educativa, la defensa de los valores católicos y el diálogo constructivo en el sector educativo».