Clase de mindfulness en el Colegio "El Pinar"
A través del mindfulness, los alumnos del colegio El Pinar han aprendido a gestionar en mejor manera las situaciones de estrés.
Es lunes, el rastro del fin de semana aún persiste en el cuerpo y miles de alumnos y alumnas malagueños del último curso de Bachillerato vuelven a las aulas. No es un año académico más, al menos para ellos. El curso llega a su fin y los nervios afloran mientras miran con ansiedad el horizonte de una de las pruebas más determinantes de su vida estudiantil, la PEvAU. Los jóvenes arrancan con sus clases de Matemáticas, Lengua, Historia o Inglés; pero hoy, como cada semana de este curso, los estudiantes de la especialidad de Ciencias Sociales de «El Pinar« comienzan la jornada lectiva con los ojos cerrados, las manos posadas sobre las rodillas, la respiración controlada y la mente enfocada en un punto. Una voz pausada y suave les guía a través de un proceso que les llevará a concentrar toda su atención en un ritual con el que trabajan la gestión emocional, la relajación y la atención plena. Se trata de su sesión semanal de mindfulness y a estas alturas del curso, nadie se la quiere perder.
Al otro lado de la mesa del profesor se encuentra María José Garrido, docente, licenciada en Psicología e instructora de mindfulness, una experta acreditada por instituciones internacionales en este campo de trabajo ya presente en universidades como Oxford o Harvard, dada la evidencia científica sobre sus beneficios. Desde este año es la titular de la asignatura optativa de Psicología, una opción curricular por la que «El Pinar» decidió apostar “dada la utilidad de los contenidos de la materia, el interés que la misma suscitaba entre algunos de los estudiantes y, por supuesto, los beneficios de una práctica como la meditación, que en nuestro centro hemos decidido circunscribir a este ámbito. Lo hemos hecho a iniciativa de la docente, pero sobretodo pensando en los beneficios emocionales y formativos que puede reportarles a los propios jóvenes», puntualiza la jefa de estudios de la etapa Pepa García.
Se trata de un análisis acertado ya que las evidencias científicas sobre los beneficios de este método van en la dirección de la mejora del rendimiento académico de los estudiantes que se inician y continúan con la práctica. Ahora y a las puertas del final de curso, la veintena de estudiantes de Segundo Curso de Ciencias Sociales de «El Pinar» lo han podido comprobar en un día a día en el que aumenta la presión por las pruebas finales. Tras el escepticismo inicial de las primeras semanas, allá por septiembre, y tras hacerse con las pautas; alumnas como Paola Pallarés aseguran que su estado físico ante situaciones de estrés “ha mejorado”. “La verdad es que se nota mucho. Merece la pena tomárselo en serio porque te cambia bastante la perspectiva y, hoy por hoy, y a las puertas de la Selectividad, creo que me va a ayudar mucho”, explica la alumna.
Merece la pena tomárselo en serio porque te cambia bastante la perspectiva y, hoy por hoy, y a las puertas de la Selectividad, creo que me va a ayudar mucho
Garrido, que atesora una importante experiencia como instructora con grupos, cuenta que el trabajo con estudiantes de este curso le ha resultado muy gratificante por el apoyo que les ha podido brindar en un momento clave de su trayectoria formativa. “Hay que destacar la apuesta del centro por la asignatura de ‘Psicología’, una materia que aborda claves muy importantes de la propia naturaleza humana, como los procesos cognitivos, aspectos biológicos y de la conducta, la personalidad y, en definitiva, claves que ayudan a la mejora de la vida de las personas y que son aún más importantes en esta edad”, explica la docente, que añade que, como instructora de mindfulness otro de los objetivos era poder integrar la práctica en el marco de esta materia y dotar a los estudiantes de las estrategias de control emocional y atención plena que pueden serles útiles ahora y en situaciones como ésta.
“No estaba familiarizado con el método y al principio no fue sencillo. Es necesario concentrarse, dejarse llevar y seguir las instrucciones para poder obtener resultados; pero ahora y después de practicar, lo considero fundamental. No sólo para mantener la calma en situaciones de tensión. En mi caso, hasta me ha servido para conciliar el sueño y dormir mejor, un tema que este curso se me estaba haciendo complicado”, explica Ángel Toribio, otro de los estudiantes que cuenta ya los días para el inicio de los exámenes de Selectividad.
Para Sofía y Manuela, dos estudiantes más del curso, las ventajas son claras. “Yo, de hecho, dedico los minutos previos al estudio, a relajarme y focalizar mi atención como he aprendido para rendir más; incluso cuando voy a la biblioteca”, cuenta Sofía.
En mi caso, hasta me ha servido para conciliar el sueño y dormir mejor, un tema que este curso se me estaba haciendo complicado
La gestión y regulación emocional es otro de los aspectos sobre los que impacta esta disciplina y en ello también abunda Garrido, que además es la primera instructora certificada en Andalucía para impartir los programas de Mindfulness Breathworks: “Nos ayuda a enfocarnos y a poder observar nuestras sensaciones, que tienen también que ver con esas emociones, con más calma, serenidad y sabiduría. Y no sólo hablamos de emociones: Mejora los aspectos relacionados con los procesos de enseñanza-aprendizaje, también la atención y la concentración, la regulación atencional, la gestión de estrés o la resiliencia, entre otros aspectos”.
Con el año académico ya en el descuento y a la vista de los resultados, los jóvenes vuelcan ya toda su intensidad en las tareas de repaso para abordar con éxito unas pruebas que este año llegan antes que en los cursos precedentes. La Selectividad llama a la puerta. Los nervios serán inevitables, si bien parar y respirar será el paso a seguir antes de escribir la primera línea sobre el folio en blanco.