fbpx

Las EBAU de las distintas comunidades autónomas

Porcentajes de los contenidos de la asignatura Historia de España de segundo curso de Bachillerato, que se preguntan en la prueba de acceso a la Universidad (EBAU) en las 17 comunidades autónomas. Los porcentajes que superan el doble y los que no llegan a la mitad de los recomendados por el Ministerio de Educación, aparecen resaltadas en rojo. Datos extraídos del informe elaborado por Escuela de Todos.
Antonio JimenoMartes, 14 de mayo de 2024
0

El pasado lunes 6 de mayo de 2024 se presentó en Madrid un estudio comparativo de las pruebas de acceso a la Universidad, las denominadas EBAU o PAU, que se realizan en las 17 comunidades autónomas. El estudio fue realizado por la entidad Escuela de Todos. En él se comparan los exámenes correspondientes al año 2023 de tres materias que cursan todos los alumnos del segundo curso del Bachillerato de la modalidad de ciencias, concretamente de: Lengua castellana y Literatura II, Matemáticas II e Historia de España.

Las diferencias de dificultad encontradas son enormes, de forma que las calificaciones obtenidas en las 17 comunidades no son homologables. Debido a ello, es muy frecuente que un alumno de una comunidad autónoma en la que se hace una EBAU relativamente exigente, no pueda entrar en una Universidad a hacer el grado que desea, porque la plaza que él hubiera ocupado, ha sido ocupada por otro alumno que, aunque supiera menos, tiene una nota de EBAU más alta, ya que la ha hecho en una comunidad que es más permisiva. Para evitar esta situación, sería necesario que en todas las comunidades autónomas se hiciera la misma EBAU, solo así habría una auténtica igualdad de oportunidades para todos los estudiantes.

En el estudio se han detectado cuatro causas de desigualdad, que son: las diferencias en los contenidos a aprender en cada comunidad, las diferencias en la influencia de cada uno de los bloques de contenidos en la nota final, las diferencias en el tipo de preguntas del examen, las diferencias en el grado de opcionalidad, es decir en la proporción de preguntas que se pueden dejar de contestar del total de preguntas, y en los criterios de corrección a seguir por parte de los correctores.

En la materia Lengua castellana y literatura II se distinguen tres bloques de contenidos (”Comprensión y expresión”, ”Conocimiento de la lengua” y ”Educación literaria”). Respecto a estos tres bloques, hay dos comunidades autónomas, que son Canarias y Cataluña, en las que sus responsables de enseñanza han decidido que no entre la “Educación literaria”, es decir la literatura castellana, por lo que este tema no es objeto de preguntas. En cambio, en otras comunidades la literatura castellana influye en un 25% de la nota final, como pasa en Andalucía, en otras influye en un 40%, como pasa en Castilla-La Mancha, o entre un 0 a un 40% como sucede en Asturias, o entre un 0 a un 80% como pasa en Galicia, etc. Por otro lado, debido a la opcionalidad, es decir a la proporción de preguntas que no hace falta contestar, se da la situación de que en algunas comunidades estudiando solo uno de los tres bloques, por ejemplo el bloque de “Conocimiento de la Lengua”, ya se puede aprobar la materia, que es lo que sucede en Asturias, en la Comunidad Valenciana y en Galicia. Debido a ello, estas son las tres comunidades en las que resulta más fácil aprobar el examen de Lengua castellana y Literatura II.

En los criterios de corrección también hay grandes diferencias. Concretamente hay seis comunidades en las que solo se dan indicaciones generales a los correctores y tres en las que sí se dan indicaciones precisas, pero solo sobre algunas preguntas. Lamentablemente en muchas de las comunidades que sí se dan indicaciones precisas, estas no siempre son las mismas. Por ejemplo, en cuanto a la penalización de las faltas de ortografía, en Extremadura si se cometen más de 5 faltas ya se suspende el examen, mientras que en Castilla-La Mancha, por ejemplo, se descuentan 3 puntos, en Murcia se descuentan 2,5 puntos, en Aragón su penalización se deja a la decisión del corrector, mientras que en Baleares, por ejemplo, no se penalizan en absoluto este tipo de errores.

En la materia Matemáticas II la situación es parecida. De los cuatro bloques de contenidos establecidos (“Álgebra”, “Geometría”, “Análisis” y “Estadística y Probabilidad”), en Andalucía, Cataluña y Navarra no se imparte uno de ellos, concretamente el bloque “Estadística y Probabilidad”, y en siete de las catorce comunidades restantes, no se respeta que los cuatro bloques tengan la misma influencia en la nota final, que es lo establecido por el Ministerio. El desequilibrio más alto se da en las tres comunidades anteriores en las que un solo bloque, el de “Análisis”, influye en un 50% de la nota final. Esto quiere decir que estudiando un solo bloque se puede llegar al aprobado. También es diferente el grado de opcionalidad ya que en unas comunidades se permite elegir el 50% de las preguntas mientras que en otras, concretamente Cataluña y Galicia, la opcionalidad es menor. En el informe se indica que si en Andalucía y Navarra todas las preguntas que se eligen son de “Análisis”, preparando un solo tema se podría obtener un 10. Respecto a los criterios de corrección también se observa una gran diferencia entre las comunidades. Por ejemplo, si se cometen errores de cálculo, en Murcia se puede descontar todo el apartado, en Baleares por lo mismo se descuenta entre el 25% y el 50%, en Castilla y León se descuenta el 40%, en otras comunidades solo se restan unas décimas, mientras que en once de las diecisiete comunidades no se penaliza nada por ello.

En la materia Historia de España también se han detectado grandes diferencias entre las comunidades autónomas. En primer lugar cabe resaltar que en 10 comunidades solo se imparten 3 horas semanales de esta materia, mientas que en las otras 7 comunidades se imparten 4 horas semanales. En cuanto a los contenidos que se enseñan también hay diferencias en función de aquellos períodos que se ha decidido omitir y de aquellos períodos que se ha decidido resaltar. De los 5 períodos establecidos (ver la tabla que hay al principio de este artículo), en Cataluña no se imparten ni el primero, ni el segundo, ni el tercero. En el País Vasco no se imparte el primero el segundo y el cuarto, en la Comunidad Valenciana no se imparte el primero y el segundo, y en la Región de Murcia no se imparte el quinto. Por otro lado, la influencia que se le da a cada periodo en la nota final es muy diferente a la indicada por el Ministerio. Por ejemplo, la influencia del cuarto período, que comprende de 1902 a 1939, oscila entre un 0% en el País Vasco a un 80% en Cataluña. En cuanto al tipo de preguntas también hay una gran diversidad. En algunas comunidades básicamente solo se hacen preguntas concretas cerradas o semiabiertas, es el caso de Asturias, Cantabria, Galicia y La Rioja. Otras piden desarrollar temas y análisis del contexto a través de una fuente histórica, como pasa en el País Vasco, y en otras comunidades se combinan dos o los tres tipos de preguntas.

En cuanto a la opcionalidad también hay grandes diferencias. La opcionalidad llega a un 0,67 en Cantabria, es decir puede excluir 6 preguntas de entre 9, un 0,64 en Andalucía, y así va bajando hasta llegar a un 0,24 en Baleares que es la comunidad en la que el alumno tiene una menor capacidad de elección.

Para poder sacar un 10 en esta materia, hay comunidades en las que es indispensable preparar 5 bloques, como sucede en Asturias, Canarias o  Castilla y León,  mientras que en otras es suficiente preparar 2 temas como sucede en Cataluña, Galicia, Murcia y País Vasco. En cuanto a los criterios de corrección, solo la mitad de las comunidades dan criterios de corrección específicos. En relación a la ortografía sólo seis CCAA concretan la penalización por errores ortográficos.

Las causas por las que se ha llegado a tener diecisiete pruebas de acceso a la Universidad muy distintas entre sí, aunque todas permiten acceder a las mismas Universidades, tienen tres orígenes. Por un lado, las consejerías de Educación autonómicas no han respetado los contenidos mínimos establecidos, ni los porcentajes en los que cada uno debe influir en la nota final, por otro lado, las Universidades están interesadas en que no queden plazas vacías, para asegurar así que todo su profesorado sin plaza fija podrá seguir trabajando en ellas. Esto ha propiciado que los responsables de elaborar los exámenes de las EBAU, atiendan las sugerencias del profesorado de Bachillerato de eliminar algunos temas para disponer así de más tiempo para enseñar el resto de los temas.

El resultado de la situación actual es que en unas comunidades se eliminan algunos temas, se disminuye el nivel de exigencia de algunos aspectos, se concreta qué tipos de preguntas aparecerán y que grado de opcionalidad se le permitirá al alumnado, mientras que en otras comunidades se siguen otros criterios completamente diferentes. A todo esto se suma que el Ministerio de Educación nunca ha intervenido comunicando a las consejerías autonómicas que se anularían los resultados de sus pruebas de acceso a la Universidad, si no se ajustaban a los contenidos y a los niveles de exigencia establecidos.

Actualmente el Ministerio de Educación ha elaborado un borrador de una futura reforma de la EBAU, pero en ella ni se corrigen las causas de las diferencias antes mencionadas, ni se contempla cómo se actuará en el caso de su incumplimiento, por lo que de salir adelante no se arreglaría nada.

La única manera de evitar las graves desigualdades que actualmente hay entre las diferentes pruebas EBAU autonómicas, sería realizar la misma prueba en todas las comunidades autónomas y durante los mismos días. Esto no solo supondría restablecer el principio de igualdad de oportunidades para todos, sino que aseguraría al alumnado recibir todos los contenidos previstos, sería un estímulo para el profesorado para actualizar sus conocimientos en todos los contenidos y aseguraría que todo el alumnado que accede a un grado universitario, está suficientemente preparado para aprovecharlo. En el caso de que el Ministerio de Educación no lo quisiera hacer, nada impide que varias comunidades autónomas, convencidas de las ventajas que ello supone, se pongan de acuerdo entre sí para hacerlo. En muy poco tiempo podrán constatar cómo mejora todo su sistema educativo.

Antonio Jimeno es presidente del sindicato AMES

0
Comentarios