Los estereotipos y los prejuicios siguen condicionando la elección de estudios tras la ESO
Según ha dicho Aina Tarabini en la presentación del estudio, "la actual falta de una política orientadora efectiva acaba generado, en muchas ocasiones, frustración entre los estudiantes al elegir sus itinerarios formativos" y "abandono escolar".
Así lo ha indicado este jueves la socióloga Aina Tarabini, quien, junto a la también socióloga Judith Jacovkis, han elaborado el informe Perdidos por el camino: desigualdades en las transacciones educativas tras la ESO a partir de los testimonios de 68 estudiantes. Según ha dicho Aina Tarabini en la presentación del estudio, «la actual falta de una política orientadora efectiva acaba generado, en muchas ocasiones, frustración entre los estudiantes al elegir sus itinerarios formativos» y «abandono escolar». Por ello, ha afirmado que «es necesaria una política orientadora más eficaz que llegue a todos los estratos sociales y que no esté basada en juicios predeterminados».
En cuanto a los estereotipos de género, la socióloga ha dicho que están condicionados por «las creencias del profesorado» y que incluso llegan a situaciones en las que «con las misma notas e inquietudes, se orienta de manera diferente a un chico que a una chica». Para cambiar estos marcos mentales preconcebidos «hay que actuar en la ESO» y «abrir los horizontes curriculares» ofreciendo ejemplos como los de mujeres científicas a lo largo de la historia, ha dicho Tarabini. Para mejorar el acompañamiento y la orientación, ha propuesto «ampliar la acción tutorial» con acciones como «dividir a los grupos de alumnos y que todos los docentes ejerzan como tutores» y crear figuras específicas para ello.
El director de la Fundación Bofill, en cuyo seno ha nacido el estudio, Ismael Palacín, ha subrayado el abandono escolar prematuro como «el gran problema» educativo de Cataluña y ha afirmado que ha sido «ignorado» hasta el punto de «naturalizarlo cuando era del 40%». «Ahora ronda el 14%, lo que es una historia de éxito», ha afirmado Palacín, que ha señalado que el 60% de los alumnos que dejan los estudios lo hacen en los últimos cursos de ESO o al acabarla por lo que los tienen «localizados». «El gran reto es conseguir buenas transiciones educativas y la expansión al derecho a la educación» de una manera «efectiva» con oportunidades educativas «que se acaben concretando», ha añadido.
Llegar a la FP desde varias vías
Yasmin Pérez es una joven que está estudiando un Grado Medio de FP de Farmacia y Parafarmacia en el Instituto Bonanova del Hospital del Mar de Barcelona. En una entrevista con Efe, ha dicho que al acabar ESO en un instituto de Badalona, sus profesores le aconsejaron que no estudiase FP porque «era un desperdicio ya que yo sacaba muy buenas notas». La chica ha afirmado que está «muy motivada con los estudios» porque son más prácticos que el Bachillerato y le permiten tener más tiempo libre y que al acabar el Grado Medio estudiará en el mismo centro el superior de Anatomía Patológica o Laboratorio Clínico. «Creo que si hubiese hecho Bachillerato, como me aconsejaban los profesores, me hubiese frustrado y hubiese acabado abandonando, cuando ahora me va súper bien y estudio muy motivada», ha añadido la joven.
Procedente de Bachillerato, Joel Pascual está cursando un Grado Superior de Animación en 3D en el Instituto Tecnológico de Barcelona y cuando lo acabe pretende buscar empleo porque habrá hecho prácticas en el sector o puede que inicie una carrera universitaria, ha dicho a Efe. El joven, que aún no ha decido qué camino tomará, ha reconocido que estudió Bachillerato porque el abanico de oportunidades al acabarlo «es más amplio» y, de hecho, ha podido acceder a los estudios de FP deseados en un centro público muy cercano a su domicilio. «Son pocos los estudiantes de Bachillerato que quieran estudiar este Grado Superior y hay muchas plazas, más que si vienes del Grado Medio, por lo que no me arrepiento del camino tomado», ha dicho.
En el mismo centro, Martí Espinosa está estudiando el Grado Superior de Desarrollo de Aplicaciones al que ha accedido desde el segundo curso de la carrera de Empresa y Tecnología que estaba estudiando en la universidad. «Tras acabar Bachillerato, empecé la universidad porque la mayoría de mis compañeros lo hacían y era la vía natural» pero allí «descubrí mi pasión por la programación», ha reconocido a Efe el joven, que pudo acceder a un grado público aprovechando la renuncia de otros estudiantes. El chico ha afirmado que si no hubiese podido entrar en la pública, se hubiese decantado por cursar los mismos estudios en la red concertada y que cuando acabe el segundo curso no se plantea regresar a la universidad y que quiere empezar a trabajar.
Para los estudiantes procedentes de Grado Medio y de Bachillerato se reservan el 80% de las plazas de Grado Superior, y de este porcentaje, sólo el 36% es para los procedentes del Grado Medio mientras que los de Bachillerato cuenta con el 44% de las plazas. Al respecto, Aina Tarabini ha dicho que se trata de una oferta «desequilibrada», pero que «no se trata sólo de un indicador» ya que se deben ofrecer plazas «con garantías de éxito educativo» lo que «ahora no ocurre».
Para evitar el abandono, una de las demandas recogida por las autoras es «facilitar la transición de la oferta formativa entre los Ciclos Formativos de Grado Medio y de Grado Superior de una misma familia profesional en los mismos centros o en centros próximos».